Llegamos a 2024. Año de estreno de Alien: Romulus. Se opta por concebir un filme que guarda cierta continuidad con el filme original de 1979 y que encaja tanto temporal como conceptualmente, entre éste y el de 1986.

Fede Álvarez con su guionista habitual Rodo Sayagues, han escrito el texto del nuevo filme de la franquicia. El resultado es alarmantemente desigual, aunque entretenido, un poco pobre, aunque ingenioso en el trazado de las reminiscencias a otros filmes de la saga, pero demasiado referencial.

Alien: Romulus comienza de un modo impactante. Los restos en el espacio de la nave Nostromo. El fósil del Alien en el espacio que lanzó Ripley, es recuperado por una nave que se ha dirigido al cuadrante del espacio donde orbitan los restos de la nave de nombre conradiano. Incorpora este filme algunas ideas de interés: un grupo de jóvenes parias desencantados en un implacable mundo de explotación colonial, denominado Jackson, un planeta que podría ser uno de los mundos donde se enviaba a los Replicantes en Blade Runner (ídem, 1982), de Ridley Scott.

Jackson está gobernado y dominado, como no, por la entidad Weyland Yutani que explota a los colonos, prolongando voluntaria y deliberadamente los tiempos de duración de los contratos de trabajo a voluntad, incumpliendo las normas contractuales más elementales. Sabedores de que existe una nave fletada y abandonada en la órbita de la colonia, los jóvenes protagonistas deciden abordarla con la Corbellan, su vehículo espacial, con el propósito de recoger combustible y navegar hacia Yuaga 6, una especie de “tierra prometida” dotada de mejores oportunidades, para lo que necesitan sumirse en un crio sueño de 7 largos años.

La idea de un grupo de jóvenes sin futuro cierto, expertos en tecnología, que buscan una mejor oportunidad y deciden robar a la compañía para escapar de la explotación de la misma, está desarrollada de un modo realmente atractivo. El pequeño inconveniente con el que los jóvenes no cuentan es, primero que la supuesta nave en el espacio que pretenden robar, no es una nave, es la Estación Rómulo y Remo, y su interior está infestado de material clasificado: las famosas criaturas Xenomorfas, deseosas de recuperar el tiempo perdido en el espacio.

Alien: Romulus © 2024 20th Century Studios
Alien: Romulus © 2024 20th Century Studios

Reparto

La actriz Cailee Spaeny, vista recientemente en dos filmes espléndidos como son Priscilla (EEUU, 2023), de Sofia Coppola y Civil War (EEUU, 2024), de Alex Garland, encabeza el reparto interpretando a la joven colona Marie Rain Carradine. Ha perdido a sus padres en las minas y solo tiene en el mundo a Andy (David Jonsson), a quien llama su hermano, un sintético provisto de una sola directriz instaurada por el padre de la joven: hacer siempre lo mejor para Rain.

Cuando Tyler (Archie Renaux), su hermana Kay (Isabella Merced), su primo Bjorn (Spike Fearn) y Navarro (Aileen Ju) le piden a Rain que participe en el robo de equipo sofisticado en el interior de lo que consideran una nave a la deriva, para escapar de Jackson (realmente involucran a la joven porque Andy al ser una inteligencia artificial podría burlar fácilmente las autorizaciones necesarias para abrir compuertas y accesos de seguridad en cualquier nave espacial), a la joven no le quedará más remedio que tomar el relevo de heroínas frente al alienígena más famoso de la historia. Es decir, Rain tomará la antorcha de Sigourney Weaver, Sanaa Lathan, Reyko Aylesworth, Noomi Rapace o Katherine Waterston en propuestas anteriores cuando las cosas se desmadren.

El filme constituye las dos horas que transcurren entre el planteamiento de la trama y la llegada de jóvenes llegan a la estación Romulo y Remo, y en concreto a la sección Romulus, y la huida desesperada de los supervivientes a la Corbellan, la misma nave de reducidas dimensiones en la que llegaron, antes de que la estación colisione o se estrelle contra los anillos del planeta y se destruya, escapando al mismo tiempo de las criaturas monstruosas ya conocidas.

Álvarez emplea un recurso poco utilizado en la saga, como es la propia criatura Facehugger, ese amasijo de patas que se adhiere al rostro del huésped y le introduce la criatura que estallará en el pecho. La propia criatura en sí aparecía en otros filmes, pero siempre tan sólo una de ellas y para proporcionar un susto puntual. En esta ocasión, aparece, pero en un número considerable, y ampliando sus posibilidades al atacar en horda a los jóvenes protagonistas; y en una secuencia se dice que no pueden ver, sino que se guían por el calor que desprenden los cuerpos de sus víctimas.

Otra idea interesante es esa “purga gravitacional” que lleva a cabo la estación, por la cual se termina transitoriamente con la gravedad cero; o la situación de suspense motivada por la necesidad del cambio de credenciales del sintético de a bordo, destrozado en el suelo de la nave, al cerebro de Andy (éste necesita un reseteo de unos minutos, durante una situación de tensión, ante el nuevo disco de información en su cerebro), para salir de la cámara donde dos personajes quedan encerrados con los bichejos abraza rostros. El sintético de la estación, oficial Rook, pertenece a la misma serie que Ash, pues tiene sus mismas facciones (el rostro del fallecido actor Ian Holm en 1979 implantado digitalmente, obviamente), velando siniestramente por los intereses de la compañía, proporcionando a Andy un cambio de directriz en tal sentido, en un momento determinado, para complicar aún más la trama.

Alien: Romulus © 2024 20th Century Studios
Alien: Romulus © 2024 20th Century Studios

No falta la referencia al patógeno de Prometheus en un intento de conciliar este filme con los dos de Ridley Scott estrenados en 2012 y 2017, respectivamente. Scott coproduce a través de Scott Free, su productora.

Alien: Romulus poco aporta realmente a la franquicia. Siendo un filme entretenido, no deja de constituir un “fan service” de principio a fin. Ciertas situaciones de los personajes, determinadas posiciones de la cámara recordando planos y secuencias legendarias, los créditos iniciales con el mismo molde de letras que el filme de 1979, ciertas referencias sonoras (las balas de las ametralladoras con el sonido igual a las que aparecen en el filme de James Cameron disparadas por los marines y por Ripley), o expresiones de los personajes (el mítico: Get away of her, you bitch!) no dejan lugar a la duda de que, en definitiva, es un cúmulo de reminiscencias a los dos primeros filmes de la saga.

Alien: Romulus contiene, por otra parte, algunas incoherencias insalvables, dos en concreto, que dificultan su ensamblaje temporal y narrativo:

  • Primer interrogante. Si 20 años después de los hechos del filme de 1979, se puede viajar tan fácilmente hasta los restos de la nave Nostromo y recuperar el Alien que Ripley lanzó al espacio al final del primer filme ¿por qué no se hace la menor tentativa al respecto 37 años después, es decir, cuando transcurren los hechos del filme de 1986, cuando Ripley blande su inocencia ante la comisión que retira su licencia como piloto, ante la falta de evidencias de su versión de los hechos una vez ella despierta de su criosueño?
  • Segundo interrogante: ¿cómo es posible que los Aliens en todas sus manifestaciones, los facehuggers, los huevos, el Xenomorfo, etc., se encuentren en una estación espacial, que tiene una sección dotada con todas las innovaciones científicas, y la misma esté abandonada en la órbita de la colonia Jackson, sin nadie al mando, con su sintético destrozado, y a punto de ser destrozada por su colisión por los anillos del planeta, cuando todos los filmes de la saga dejan claro que Weyland Yutani está desesperada por utilizar a los alienígenas en su referenciada división de armas biológicas? En los filmes de Scott de 2012 y 2017 incluso vemos a Peter Weyland bajo los rasgos de Guy Pearce, y su particular interés por las referidas criaturas.

Además, la previsibilidad del filme en el segmento final, resulta palpable.

Esquemáticamente es calcado del clímax final del filme original. Rain, ataviada con pantalón corto y camisilla (los tiempos de corrección política no permiten la vestimenta de Ripley directamente en bragas antes de colocarse el traje espacial en el último enfrentamiento con la criatura en el filme original).

A la joven le toca enfrentarse a la criatura nacida del vientre de Kay, más humana que alienígena, en una caracterización que no desentonaría en el filme de Steven Spielberg Mi amigo el gigante (The BFG, EEUU, 2016). Más que miedo da ternura o risa, la criatura final.

Toda la secuencia está, insistimos, armada en la misma estructura del enfrentamiento final en Alien el 8º Pasajero, con la bestia expulsada al espacio incluida. En este caso, con el añadido de que la Corbellan esté a punto de estrellarse contra los anillos del planeta Jackson, cosa que ya ha pasado a esas alturas con la estación espacial. La secuencia es un poco más larga que en el filme de 1979, e intervienen dos personajes más, Kay (dando a luz lo que cree es su hijo, pero realmente no lo es) y Andy, en seguida destrozado por la criatura. Rain transita una y otra vez por los rincones de la nave, incluida la zona de carga por donde, se supone, se va a expulsar a la criatura.

El resultado de Alien: Romulus, en definitiva, es lineal, entretenido, irregular y completamente intrascendente, destacando sin grandes problemas la excelente labor de Cailee Spaney, uno de los nombres del momento en el más reciente cine de su país. El resto de los actores, más allá de mostrar antipatía o ceño fruncido y cara de lamento continuo en el caso de Andy, poco más dan de sí.

UNA CARTOGRAFÍA DE LA SAGA ALIEN. DE NOSTROMO A ROMULUS

1. LOS NUEVOS GRITOS EN EL ESPACIO

2. EL REGRESO DE SCOTT A LA SAGA. DE LA NAVE CIENTÍFICA PROMETHEUS A LA NAVE COLONIAL COVENANT

3. ORÍGENES DE LA SAGA ALIEN. DE LA NOSTROMO AL PLANETA PRISIÓN FIORINA FURY 151. LA IMPORTANCIA DE BRANDYWINE PRODUCTIONS EN EL DESARROLLO DE LAS TRES PRIMERAS HISTORIAS.

4. ALIEN ROMULUS. ATAJO DE MOCOSOS EN LA ESTACIÓN ROMULO Y REMO

5. EL FUTURO DE LA SAGA. ALIENS VS PREDATOR Y ALIEN: EARTH