REPORTAJE: La saga «ALIEN» o todo lo que debes saber sobre «Prometheus»

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La franquicia Alien se ha convertido en uno de los referentes claves del género fantástico de los últimos 30 años. El carácter icónico que ha adquirido su criatura y la relevancia que han adquirido sus películas, especialmente las dos primeras, han provocado también un desarrollo paralelo de la franquicia en otros ámbitos, como el comic o los videojuegos, perfilándose como uno de los principales integrantes del bestiario cinematográfico.

ALIEN. EL OCTAVO PASAJERO (Alien, 1978)

En 1979 el estreno de Alien. El Octavo pasajero supuso un distanciamiento con respecto a la ciencia ficción que se estaba llevando a cabo en este fin de década. Después de que George Lucas nos fascinara con ese regreso al terreno de la mitología y la literatura Pulp que era, entre otras cosas, La Guerra de las Galaxias (Star Wars), el director británico Ridley Scott planteó una fusión de ciencia ficción y terror. Tomando como referente el subgénero de las monsters movies y la ciencia ficción de los años 50 (con títulos como Terror en el Espacio o El Terror del Más Allá como principales referentes), Scott generó una cinta donde predominaba la creación de ambientes por encima de la inclusión de innovadores efectos especiales.

Los tripulantes de la Nostromo eran trabajadores de un carguero, cuyas preocupaciones no estaban centradas en la lucha contra un imperio galáctico o el glamour de viajar por el espacio, sino en problemas salariales y sindicales. El hecho de que la historia se desarrollara en el espacio no era más que una excusa para remarcar el aislamiento y la imposible evasión de los protagonistas. El aspecto principal era enfrentarlos al ataque de una criatura hostil e irracional que los iba eliminando uno a uno. A esto se sumó el carácter claustrofóbico de los pasillos de la nave y sus conductos. A medida que la Nostromo va siendo abducida por la presencia del alien, va transformándose también en un espacio agresivo y no un aliado de los protagonistas. Todo esto fue cargado de un enfermizo ritual sexual, heredado principalmente de la imaginería del diseñador de la criatura, H.R. Giger.

La forma de vagina del face hugger, la criatura que salta del huevo a la cara de uno de los protagonistas, depositando el germen del alien en el cuerpo del huésped, contrasta con la forma fálica de la primera etapa del monstruo, el chest burster, o revientapechos, o la mandíbula extensible del alien adulto. Esto es explotado sabiamente por Ridley Scott, quien decide dar finalmente el rol protagonista a uno de los personajes femeninos del reparto, Hellen Ripley, interpretada por Sigourney Weaver, convirtiéndose a partir de ese momento en una de las principales heroínas de la historia del cine y un modelo femenino que rompió moldes.

ALIENS: EL REGRESO (Aliens, 1986)

El éxito de Alien cogió por sorpresa a sus creadores, quienes no esperaban que la cinta tuviera una recepción tan espectacular, transformándose en un título de culto de manera inmediata e inspirando mil y una películas nuevas que imitaban o directamente plagiaban su estilo y argumento. Lógicamente, este filón había que seguir explotándolo y se contrató al guionista James Cameron para que preparara el guión de una secuela, con opción a dirigirla. La producción de esta segunda parte se retrasó, permitiendo a Cameron rodar primero Terminator, lo que pasó a convertirlo en un director revelación.

Lejos de repetir esquemas, Cameron apostó por un nuevo enfoque. Si la primera película era una cinta de tensión y suspense, la secuela se convirtió en un título rebosante de acción, concebido casi como una cinta bélica. Ahora los protagonistas, junto con Ripley, eran un grupo de marines que viajaban al planeta de los aliens para verificar el estado de una colonia terrestre y se encontraban con que ésta estaba infestada por cientos de xenomorfos.

El director y guionista consiguió integrar de manera magistral espectaculares secuencias de acción, con un impresionante trabajo de efectos especiales, sin olvidar el apartado emocional de los personajes. En esta nueva aventura, el tema central es la maternidad y la lucha de Ripley y la Reina Alien por proteger a sus hijos, en el caso de Ripley representada por Newt una niña que es única superviviente del grupo de colonos que se habían instalado en el planeta. Esto enfatizó aún más ese factor de heroicidad en Ripley que había resultado tan innovador en la primera parte.

ALIEN 3 (1992)

Siendo dos películas tan distintas una de otra, las dos primeras partes de Alien se habían convertido en un díptico ideal. En ellas sus directores habían conseguido realizar trabajos complementarios, ambos marcados por la personalidad artística de cada uno. Es por esto que para la tercera parte se quiso repetir este esquema, buscando un realizador que aportara una impronta personal. El primer candidato fue Renny Harlin, en la cresta de la ola como realizador de cine de acción tras el éxito de La Jungla 2: Alerta roja. Tras desistir éste, le pasó el testigo a Vincent Ward, un realizador muy particular que ideó una historia situada en un planeta monasterio construido de madera. Las ideas de Ward resultaban muy costosas y el proyecto volvió a quedar paralizado mientras se ajustaba el guión para reducir gastos.

Una vez hechas las modificaciones oportunas, la silla del director fue a parar a manos del debutante David Fincher, realizador procedente del mundo del videoclip y la publicidad. La experiencia de Fincher resultó bastante traumática, con continuos enfrentamientos con los productores quienes no sólo le iban recortando el presupuesto en cada momento o le modificaban apartados del guión de la noche para la mañana, sino que además no dudaban en hacer público dentro del set del rodaje la falta de confianza que tenían en él. Todos estos problemas produjeron que la realización de Alien 3 fuera la más dificultosa de todas, pasando factura al resultado final de la película.

Pese a su mala reputación, no podemos decir que esta tercera entrega sea una mala película, sino un intento fallido, que pese a sus logros, no pudo cumplir con las altas expectativas que marcaban sus dos precedentes.

Problemas de ritmo, un guión en ocasiones confuso y débil, y unos personajes secundarios poco atractivos hicieron que los fans de la serie atacaran con dureza este tercer capítulo. En cualquier caso, seguía siendo un título coherente con la franquicia y que ofrecía un cierre magnífico con la escena del sacrificio de Ripley.

ALIEN: RESURRECCIÓN (Alien: Resurrection,1997)

Con la protagonista muerta y la franquicia cinematográfica en horas bajas debido a los malos resultados económicos de esta última película, todo parecía apuntar a un final de la serie en la gran pantalla, derivando el desarrollo de la franquicia al mundo del comic y los videojuegos, donde se había implantado con bastante éxito.

Si hay una regla inquebrantable en el cine es que mientras haya esperanzas de beneficio económico, nada es absoluto ni definitivo, ni siquiera la muerte. Cinco años después de dar por cerrada la serie, 20th Century Fox volvió a plantearse un nuevo episodio de la saga Alien, con o sin Sigourney Weaver. En un principio la propia actriz se negó a participar y se buscó argumentos paralelos protagonizados por otros personajes secundarios de las películas anteriores, concretamente una resucitada Newt.

El guión corrió a cargo de Josh Whedon, creador de Buffy la Cazavampiros, y sus ideas llamaron la atención de Weaver quien se replanteó su negativa a retomar el papel de Ripley. Con algunos ajustes, se hizo resucitar a la heroina, clonándola a partir de unas muestras de sangre tomadas en la tercera parte. Junto con el personaje protagonista se clonó también a la criatura, haciendo que tanto Ripley como la Reina Alien compartieran aspectos de su naturaleza genética.

La dirección recayó en manos de Jean Pierre Jeunet, prestigioso cineasta francés conocido por sus trabajos Delicatessen y La Ciudad de los Niños Perdidos. Jeunet lo orquestó todo para ofrecer una nueva película ágil y novedosa, que ayudara a revitalizar la mitología de la franquicia.

Desgraciadamente, pese a estos esfuerzos y algunas ideas realmente interesantes, como todo lo relacionado con la nueva personalidad de Ripley, mucho más agresiva, Alien Resurrection resultó ser incluso más decepcionante que la tercera parte, en gran medida debido al rol secundario que pasaron a ocupar los xenomorfos, carentes del carácter amenazador de las películas anteriores. Si Alien 3 con el paso del tiempo se ha convertido en un título a reivindicar, esta cuarta parte quedó muy lejos de los logros de Scott, Cameron y Fincher, dando la sensación de ser una franquicia agotada, que pese a los esfuerzos por ampliar su espectro, se encontraba ya sentenciada, al menos en solitario.

ALIEN VS DEPREDADOR (AVP: Alien vs. Predator, 2004)

Tras este nuevo fracaso, el siguiente paso a dar por los productores fue llevar a la gran pantalla el esperado enfrentamiento entre los Aliens y otra peligrosa raza intergaláctica del cine, los Depredadores. Esta idea ya había sido planteada en 1990 en un guiño ofrecido al final de Depredador 2 (Stephen Hopkins), donde se podía ver en la sala de trofeos del depredador un cráneo de Alien. Esto fue aprovechado en el cómic y los videojuegos con éxito, y en 2004 el realizador Paul Anderson llevó esta batalla a la gran pantalla.

Desgraciadamente todo lo relacionado con esta película cayó entre el terreno de la ineptitud y lo delirante. Situando la acción en el presente, se ideó un argumento carente de sentido con el fin de simplemente establecer un contexto de enfrentamiento entre las dos razas, con un conjunto de humanos situados en medio. Pese a la aparición de Lance Henrikssen, quien había interpretado al androide Bishop en Aliens: El Regreso y Alien 3, el reparto destacó por la abrumadora falta de carisma de todos los actores, y el enfoque de entretenimiento rápido y poco profundo del director provocó una puesta en escena simplona y sin fuerza dramática. Curiosamente, pese a esto, la cinta logró funcionar correctamente en taquilla, dando esperanzas de que si bien el apartado artístico ya era irrecuperable, por lo menos el comercial pudiera seguir reportando réditos a la productora.

ALIENS VS DEPREDADOR 2 (Aliens vs. Predator: Requiem , 2007)

Aliens vs Depredador 2 llegó tres años más tarde, con los hermanos Strause, hasta entonces principalmente encargados del apartado de efectos especiales, tras la cámara. Esta nueva película apuntó algunas escenas más salvajes que la anterior, empezando por el asesinato de un niño a poco de empezar la historia, sin embargo de nuevo falló a la hora de generar un argumento sólido y unos personajes interesantes. De hecho, en esta ocasión los humanos resultan tan bidimensionales y carentes de emociones que perfectamente se podía haber prescindido de ellos, ya que lo único que hacen es entorpecer el desarrollo del enfrentamiento de las dos criaturas. En esta ocasión ni siquiera funcionó el apartado económico, y ante la pérdida abismal de la reputación de la serie, la 20th Century Fox decidió finiquitar también esta línea hibrida.

PROMETHEUS (2012)

El futuro de la franquica ha vuelto a caer en manos de del realizador que le dio inició, Ridley Scott, quien ha regresado al planeta de los Aliens con el fin de presentarnos una historia alternativa, anterior a lo narrado en Alien. El Octavo Pasajero.

Del éxito de Prometheus podrá nacer una nueva línea de películas, o si no, al menos, una última oportunidad para redimir a la criatura.