Los efectos del COVID han proporcionado a Tom Cruise un nuevo propósito profesional, convertirse en el salvador de las salas de cine. El año pasado con el postergado estreno de Top Gun. Maverick el actor y productor logró revitalizar las decaídas taquillas de las salas de exhibición, recuperando en la audiencia ese sentimiento de regresar a la sala para disfrutar de un espectáculo que no se podía experimentar de igual manera desde el sofá de casa y a través de una plataforma.
Ahora la estrella regresa por todo lo alto con la nueva entrega de Misión Imposible, saga que, a pesar de llegar ya a su séptima aventura, cumplir ya 27 años y tener como protagonista a un actor de 61 años, no sólo no parece decaer con el desgaste, sino que encima parece estar más revitalizada que nunca.
LA MANO QUE MECE LA CÁMARA
Desde hace varios años, Cruise parece haber encontrado al socio adecuado en la figura de Christopher McQuarrie, guionista y director con el que coincidió por primera vez en 2008 con la película Valkiria, dirigida por Bryan Singer. Si bien en las primeras entregas de la saga la propuesta era asignar cada nueva misión a un director diferente, con personalidades muy marcadas, para que cada película se impregnara de las características de su cine, desde hace tiempo Cruise ha cambiado la estrategia, prefiriendo convertir la franquicia en un campo de experimentación para llevar a cabo las más elaboradas y asombrosas secuencias de riesgo.
Se podría decir que, efectivamente, McQuarrie no es un cineasta de fuerte personalidad, como lo fueran Brian De Palma o John Woo, y que las tres últimas entregas de Misión Imposible firmadas por él comparten un patrón muy similar, donde el director es más un artesano que se pliega a las directrices de la estrella y productor; sin embargo, a su favor hay que decir McQuarrie es también un director y guionista de gran capacidad, elegante y efectivo, que ha proporcionado a la saga una narrativa limpia, espectacular y artesanal, con tramas sencillas, pero bien armadas y en las que el perfil de los personajes está perfectamente definido.
AGENTES
En Misión: Imposible – Sentencia mortal. Parte I, Tom Cruise sigue perfilando al personaje de Ethan Hunt como ese héroe dispuesto al sacrificio personal más extremo en favor del bien mundial y para salvaguardar el bienestar de sus amigos y compañeros, un héroe trágico que debe enfrentarse a la futilidad de sus acciones, donde aquellos que están más cerca de él se convertirán en objetivos de sus enemigos, y donde los peligros no dejan de sucederse uno detrás de otro, sin solución de continuidad. Ving Rhames y Simon Pegg recuperan sus personajes de Luther y Benji, manteniéndose como los dos colaboradores más veteranos de Hunt y, por extensión, los dos actores más longevos de la saga, después de Cruise.
Recuperamos también a Rebecca Ferguson como Ilsa Faust, un personaje clave, pero que, en nuestra opinión, ha quedado infrautilizado en la franquicia. A esto se suma el regreso de Henry Czerny, como Kittridge, personaje al que vimos fugazmente en la primera entrega y que aquí recibe algo más de desarrollo, o Vanessa Kirby como la Viuda Blanca, presentado en la película anterior. Afortunadas nos parecen las incorporaciones de Shea Whigham, Pom Klementieff y, especialmente, Esai Morales, cuya presencia amenazadora viene a situarse entre los más destacados adversarios de Hunt.
NO HAY DESTINO SINO LO QUE HACEMOS POR NOSOTROS MISMOS
Como particularismo, esta nueva entrega llega la trama de acción y espionaje por territorios que lindan con la ciencia ficción. Si en aventuras anteriores, el desafío era encontrar un arma que, en manos equivocadas, podía ser perjudicial para la humanidad; aquí el arma es, al mismo tiempo, el villano. Los guiños a Terminator de James Cameron no creemos que sean en absoluto gratuitos, al mismo tiempo que la cinta ha acertado al poner el punto de mira en un tema ahora mismo candente y preocupante, aunque seductor, para nuestra sociedad.
Cruise y McQuarrie han armado una trama sencilla, sin un gran desarrollo, pero con unas bases argumentales y de personajes sólidas, para construir encima toda su deslumbrante e hipertrófica yincana de espectaculares secuencias de acción. Misión: Imposible – Sentencia Mortal. Parte I es la entrega más larga de toda la saga (163 minutos), pero porque cada set piece de acción es llevada al paroxismo.
EN BUSCA DE LO IMPOSIBLE
En esta nueva aventura de Ethan Hunt volvemos a jugar con algunas de las claves de la franquicia, como es el cambio continuo de localizaciones, buscando siempre lugares exóticos y llamativos. En este sentido resultan espectaculares todo lo referente a la macro secuencia que tiene lugar en la terminal de Midfield en Abu Dhabi, la persecución por las calles de Roma (parafraseando a Marcellus Wallace, a mil jodidas millas de la que nos mostró Fast & Furious X) o el vertiginoso salto en motocicleta en Helsetkopen, Noruega.
La cámara de McQuarrie siempre está en la mejor posición para captar las atrevidas acrobacias y las frenéticas carreras de Tom Cruise, que al final son el principal espectáculo de estas películas. El resultado es una cinta donde el espectador se mantiene en un estado continuo de asombro, incapaz de despegarse de la vertiginosa acción en pantalla y la irrefrenable tensión de la narración.
ENHEBRANDO LA MAGIA
El trabajo de montaje es también prodigioso, no sólo para mantener una coherencia cristalina en todo momento y que el espectador no se pierda en escenarios tan extensos y variopintos, sino que para no dejar decaer en ningún momento la atención de la audiencia, manteniéndola agarrada a la butaca las casi tres horas de metraje, sin que sienta desgaste de interés (aunque sufrir de agujetas después de haber mantenido el cuerpo tenso tanto tiempo es altamente probable).
A esto podemos sumar la labor de Lorne Balfe con la música. Este discípulo de Hans Zimmer ya se encargó de la partitura de Misión Imposible. Fallout y había hecho un excelente trabajo. Aquí la partitura no sólo mantiene el tono de tensión y amenaza continua de la trama, o el ritmo endiablado de la acción, sino que aporta un tono más oscuro, ominoso, a la cinta, apuntando la influencia oscura del villano en el pasado de Hunt.
HAIL TO THE KING
Misión: Imposible – Sentencia Mortal. Parte I es una película compacta, frenética, entretenidísima, que, como buen título de Hollywood, promete ser “bigger than life”, pero que lo consigue con creces. No sólo refuerza el excelente estado de salud de la franquicia, a la que el propio Cruise ha aventurado 20 años más de existencia (en relación a los 20 años que separan en cuestión de edad a la estrella y a Harrison Ford tras estrenar la nueva entrega de Indiana Jones), sino que además puede ser el acicate que las taquillas de los cines necesitaban después del fracasos recientes de varias grandes superproducciones.