Los espacios cerrados y claustrofóbicos, la atmósferas enrarecidas y amenazantes son la especialidad de los guionistas y directores Scott Beck y Bryan Woods. Sus primeros trabajos ya lo avalaban, pero fue su libreto para Un Lugar Tranquilo lo que les permitió entrar en las ligas superiores de la industria del cine. Tras dirigir de manera conjunta La Casa del Terror (Haunt) y 65, los dos directores han presentado como inicio del 2025 Heretic (Hereje), una película donde vuelven a confluir sus obsesiones atmosféricas y claustrofóbicas, con una historia intimista, con tres personajes protagonistas que acaparan casi el completo de la trama y que va partiendo del terror sugerido y cerebral a un terror más explícito y físico.

DENTRO DEL LABERINTO

Hay en Heretic (Hereje) un componente muy teatral que entronca con propuestas clásicas como La Huella o La Soga. De los dos bloques comentados en los que se estructura la película, el primer tiene lugar en tan sólo dos habitaciones, donde la interactuación de los personajes, más que física es dialogada e intelectual. Los directores y guionistas dedican un amplio espacio del metraje para establecer los parámetros intelectuales de su propuesta e ir armando la atmósfera y la tensión entre los tres personajes principales. Hay también una jerarquía de poder, establecida no sólo por el terreno de confort que supone para el personaje de Hugh Grant su propia casa, sino además ser quien establece las reglas del juego; mientras que los dos personajes femeninos se ven inmersos en una situación inesperada y sin saber cómo reaccionar o salir del laberinto en el que han caído. En el fondo la película no difiere de los cuentos de hadas tradicionales, con lobo con piel de cordero y moraleja para las jóvenes incautas.

Hugh Grant en Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Hugh Grant en Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

EL ASESINO CON LA TAZA DE TÉ

El personaje de Mr. Reed es el gran artífice de la historia, no sólo por la trampa atrapamoscas que ha ideado para capturar jóvenes inexpertas e influenciables como las dos protagonistas, sino porque su malsana hospitalidad seduce también al espectador y le conduce con su propio señuelo. Aquí era fundamental encontrar al actor ideal y, desde luego, Hugh Grant, en un cambio de registro inédito en su carrera (lo más cercano en su filmografía previa podría ser Lunas de Hiel, pero allí, él era la mosca), es la encarnación perfecta e inesperada. A Grant se le ve pletórico de interpretar al personaje más oscuro y perverso de su carrera, más cercano al John Doe de Seven que a sus habituales papeles cómicos, aunque, en un principio, el personaje juega la carta de rol afable y cercano. El modo en el que el actor utiliza la templanza británica, incluso algunos de los registros habituales de sus rom-coms, adquiere aquí una relectura turbia y siniestra. Para quien a estas alturas del juego dude de las habilidades de la estrella, Heretic (Hereje) es un buen ejemplo de que sus mimbres van mucho más allá de Cuatro Bodas y Un Funeral.

Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

CAPERUCITAS

Sophie Thatcher y Chloe East interpretan a las dos jóvenes predicadoras inexpertas e incautas, que, llevadas por la buena voluntad y en su deseo de cumplir con su labor evangelizadora, entran en la casa del lobo, pensando que es la casa de la abuelita. Aquí el lobo les tienta, pero no con una propuesta sexual, sino algo más íntimo, con en la base de sus creencias. Es aquí donde podemos encontrar la propuesta más interesante de la película. La exposición de Mr. Reed no sólo es un cebo para atrapar a sus jóvenes víctimas, es la miel con la que los directores y guionistas esperan atraernos como espectadores. La mezcla de discurso religioso, antropológico y pop es el macguffin de la película. Historias de jóvenes tentadas por una figura masculina que las atrae a su trampa hay muchas. Aquí el elemento diferenciador es el discurso religioso, que busca también la complicidad del público. En este sentido, aunque sabemos el peligro que acecha a las dos protagonistas, nuestro favor va con esa bofetada con la mano abierta al fanatismo y carácter abductor de las sectas religiosas.

BODY HORROR

Superada la parte donde los cineastas exponen su premisa intelectual, armada la atmósfera y diseccionadas las personalidades respectivas de los tres protagonistas, la cinta entra en un segundo bloque de violencia explícita, con una imaginería más truculenta y donde el juego adquiere vericuetos más tortuosos. Resulta llamativo cómo, sin dejar de dejar patente esa compartimentación de la cinta en dos bloques tan diferenciados, los cineastas se las apañan para la transición de uno a otro sea fluida y no desconcierte la atención del espectador. Si como decíamos antes, en la parte intelectual de la trama Mr Reed nos recordaba al John Doe de Seven, a partir de aquí la referencia a Jigsaw de Saw no es gratuita. Además, ambos comparten no sólo un carácter sádico y moralista, sino también su gusto por los juegos prácticos, los puzles y los laberintos con trampilla.

Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

FULCROS Y TRAMPILLAS

Scott Beck y Bryan Woods llevan a cabo una puesta en escena que, al igual que la maqueta y la casa del protagonista, está ideada como un mecanismo, donde todo funciona como un juego de relojería, donde cada pieza debe encajar en su engranaje. Hay un componente sádico y lúdico en la estructura narrativa de la película, porque los cineastas nos hacen partícipes del juego. Todos los elementos narrativos que entran en juego (la fotografía, la dirección artística, la música) funcionan con precisión y reman en ese sentido.

También es cierto que esta misma estructura provoca que todo en la película tiene que ser inequívoco y unidireccional. Aunque a los personajes se les den alternativas dentro del itinerario, el camino ya está trazado, incluso cuando algunas decisiones resulten forzadas o ilógicas. Como trama incuestionable el guion es una maquinaria perfecta. Desde el momento en el que el espectador no entra en el juego y empieza a cuestionar algunos giros o explicaciones. En este caso, la película cae demasiados Deus Ex Machina y en los típicos lugares comunes del cine de terror, donde la protagonista sube las escaleras en lugar de salir por la puerta, las trampillas sólo se abren cuando conviene a la trama o aquel personaje que considerabas muerto aparece sorpresivamente.

TARTA DE ARÁNDANOS

Heretic (Hereje) es un estupendo entretenimiento, con ingredientes muy bien cocinados y con la sana intención de sorprender y perturbar al espectador con un elaborado juego de ilusionismo. En este sentido, funciona y aporta al espectador lo que va a ver. Pero, como en los cuentos tradicionales, ¡ay de aquel espectador que se salga del camino establecido, porque corre el riesgo de ver los cosidos del disfraz y arruinarle la función!