Escrita y dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (Un lugar tranquilo), Heretic (Hereje) se adentra en un tema sobre el que se reflexiona mucho pero se habla poco: la religión. Esta inquietante historia analiza cómo algo que sirve a tanta gente de consuelo y apoyo puede llegar a atrapar y confundir a sus adeptos cuando la fe y la Biblia se utilizan con fines perversos.
El filme, que llega este 1 de enero a los cines españoles, está protagonizado por Hugh Grant en el papel del Sr. Reed, el encantador, embaucador y diabólico hombre que invita a entrar en su casa a dos misioneras mormonas (Sophie Thatcher y Chloe East), sometiéndolas a un enrevesado juego del gato y el ratón que combina elementos de terror y thriller psicológico.
La velada da pie a diálogos electrizantes y debates sesudos cuando las dos jóvenes creyentes intercambian argumentos para desmontar el curioso intelecto de su anfitrión. Al enfrentar sus creencias a la falta de fe, acaban enredadas en los más oscuros recovecos del laberinto de la mente de Reed.
Heretic (Hereje) es la historia de un hombre aferrado a sus convicciones y decidido a difundir la que él considera la única religión verdadera. Hugh Grant deja de lado su habitual encanto para meterse en la piel de este hombre, ofreciendo una de las interpretaciones más inolvidables y divertidas de su carrera. Reed es una especie de Hannibal Lecter con intereses menos terrenales, que disfruta saltando de las citas religiosas más rebuscadas a las letras de Lana Del Rey, pasando por discursos sobre el Monopoly y la comida rápida.
Un diseño de producción exquisito ha logrado crear una vivienda que parece una banda de Moebius, con mecánicas laberínticas dignas de una casa de muñecas y alusiones al terror cósmico. Heretic (Hereje) plantea una pregunta escalofriante: ¿y si lo que nos acerca al infierno son nuestras propias creencias?
«Heretic (Hereje) es una película valiente, no solo porque cuestiona muchos temas supuestamente sagrados, sino porque se desarrolla en el interior de una vivienda a lo largo de una sola noche plagada de densas conversaciones. No es un planteamiento que abunde en las películas de terror», afirma Grant.
«Heretic (Hereje) habla de la fe, la autodeterminación, las creencias, la prudencia, la amistad, la curiosidad y el irrefrenable deseo humano de resolver las grandes incógnitas de nuestra existencia», comenta la productora Stacey Sher (Django desencadenado, Erin Brockovich).
«Cuando te pones a pensar en ideas para un filme de terror, no hay concepto más aterrador que la muerte», apunta el coguionista y codirector Bryan Woods. «En realidad, es una idea que está muy presente en este género, de una forma u otra. La muerte nos abruma y recurrimos a la religión para intentar entender qué ocurre cuando ya no estamos aquí, quizá para sentir cierta tranquilidad. Pero profundizar demasiado sobre el tema a veces da pie a más dudas y mayor inseguridad».
La Producción
«Eran personas muy normales, con una vida muy humilde. Estábamos de charla y les contamos que queríamos rodar un corto sobre el impacto de un meteorito que acaba con la vida en la Tierra», comenta Woods. «Ellos estaba ahí con su té, asintiendo mientras nos escuchaban y, de repente, nos dijeron que ellos ya sabían lo del meteorito. Que de hecho llegaría en un par de meses e iba a aniquilarlo todo. Entonces nos dimos cuenta de que estábamos allí atrapados, en casa de unos señores que creían en esas cosas».
Beck y Woods siempre han disfrutado de títulos como La noche de los muertos vivientes y La invasión de los ultracuerpos, películas de género divertidas que
planteaban interesantes comentarios sobre la guerra de Vietnam y la amenaza roja, respectivamente.
«Esos filmes forman parte de nuestro vocabulario cinematográfico. Disfrutamos mucho con este tipo de producciones, que analiza temas sociales mientras da que pensar al público», dice Beck. «Queríamos que Heretic (Hereje) incitara a los espectadores a plantearse cómo encaja la religión en sus vidas y por qué habían llegado a estas conclusiones». «Nos pareció que sería interesante escribir escenas en las que el miedo surgiera de los diálogos, por las palabras que se utilizaban y las ideas que se planteaban», añade Woods. «Nos pareció bastante original y sabíamos que si lográbamos nuestro objetivo, el público se enfrentaría a la película de forma diferente según sus propias creencias».
En el lugar correcto en el momento adecuado
Los guionistas se pusieron manos a la obra con Heretic (Hereje) sin tener ni siquiera una productora, pero no acababan de dar con la personalidad del protagonista, el Sr. Reed, y su gusto por las sesudas diatribas sobre religión, filosofía y el sentido de la vida, por lo que decidieron aparcar el guion para centrarse en lo que se convertiría en Un lugar tranquilo.
«Lo dejamos en pausa porque nos dimos cuenta de que necesitábamos documentarnos mejor sobre religión para estar a la altura de lo que requería el personaje de Reed», explica Woods. «Es un señor muy complejo, un genio que sabe más sobre el tema de lo que podríamos aspirar a saber nosotros, o al menos tenía muchos más conocimientos de los que teníamos nosotros en ese momento».
Retomaron el proyecto habiéndose documentado bien sobre las principales religiones y también tras pasar por experiencias vitales que podían integrar en el guion (Woods se había casado con una mormona). Ambos realizadores se habían criado en familias religiosas, pero las charlas que mantuvieron con misioneros mormones los animaron a completar el guion.
«Tenemos amigos que creen en todo tipo de religiones, desde el cristianismo hasta la cienciología, pasando por el mormonismo, que nos fascina», comenta Woods.
La puerta equivocada
«Empezamos a darle vueltas a esa idea de dos misioneras que llaman a la puerta equivocada y cómo eso nos permitiría abrir debates sobre las grandes religiones. Y también nos serviría para analizar cómo la religión se convirtió en un sistema de control». Ese concepto del control lo personifica el Sr. Reed, que de primeras parece un anciano amable que quiere charlar un rato con estas jóvenes, pero según avanza la historia, su conocimiento enciclopédico sobre la materia desarma a las misioneras y las chicas se dan cuenta de que se han metido en un lío muy grande.
Tras el éxito de Un lugar tranquilo, que recaudó casi 400 millones de dólares en taquilla, el guion final de Heretic (Hereje) llegó a manos de Stacey Sher y la productora quedó muy impresionada con su capacidad para combinar la reflexión y el terror.
«Me sorprendió que Heretic (Hereje) fuera tan inquietante y también me gustó mucho el nivel de documentación que se percibía en el guion», comenta Sher. «Los personajes están muy bien trabajados, pero además son muy divertidos. Es una película de género que combina suspense y terror, pero que también toca temas importantes. Es como una montaña rusa, pero al salir del cine el público seguramente salga reflexionando sobre el tema».