La película de terror Heretic (Hereje), de estreno en cines españoles el 1 de enero de 2025 de la mano de DeAPlaneta, empieza con una conversación subida de tono entre dos jóvenes misioneras, las hermanas Barnes y Paxton, mientras se toman un descanso de tanto timbre en un barrio de Colorado. La hermana Paxton (Chloe East) es bastante ingenua y acaba de enterarse de la existencia de los preservativos talla XL, mientras que Barnes (Sophie Thatcher) tiene más calle, se crio en Filadelfia y está superando el fallecimiento de su padre y el trauma de haber estado al borde de la muerte ella misma.

«Las une su devoción y su fe, pero en cuanto a personalidades, no podrían ser más diferentes», comenta Sophie Thatcher, que repite con los directores Scott Beck y Bryan Woods después de colaborar con ellos en The Boogeyman.

Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

Una hermandad particular

«Paxton viene de una familia muy estricta de Utah y tiene siete hermanas, mientras que Barnes es hija única y ha vivido fuera de la iglesia. Barnes es más cuadriculada y estudiosa, mientras que Paxton es más cabeza loca y espontánea». «No creo que hubieran sido amigas en el instituto. No tienen mucho en común. Pero cuando te toca predicar puerta a puerta, no eres tú quien elige a tu compañera. Paxton y Barnes van buscando adeptos y tienen la mala fortuna de toparse con el Sr. Reed», añade Chloe East.

Al escribir los personajes de Paxton y Barnes, los realizadores se inspiraron en las misioneras inteligentes y con inquietudes que conocieron al documentarse para el filme. «Al hablar con estas personas, de primeras se percibía una ingenuidad que hubiera sido muy fácil ridiculizar y exagerar en el guion», comenta Woods. «Pero cuanto más hablábamos con los misioneros, nos íbamos dando cuenta de que eran muy inteligentes y tenían unas ideas muy bien argumentadas sobre religión, sociedad y cultura. Esas fueron las características que utilizamos para los personajes, porque nuestro principal objetivo era que Reed subestimara a Paxton y Barnes».

A las intérpretes el papel les venía como anillo al dedo porque ambas se habían criado en familias mormonas, aunque abandonaron la Iglesia para perseguir su sueño de ser actriz. «Barnes me recuerda a mí, si hubiera tomado otras decisiones en mi vida», comenta Sophie Thatcher, que se convirtió en una cara conocida gracias al personaje de la rebelde Natalie en la popular serie Yellowjackets (Showtime). «Dejé la Iglesia mormona a los 13 años porque estaba centrada en la interpretación. Mi profesión se convirtió en mi vía de escape».

Chloe East se presentó al casting poco tiempo después de terminar de rodar la serie juvenil Genera+ion (HBO), habiendo participado también en The Fabelmans de Steven Spielberg, en la que daba vida a Monica Sherwood adolescente.

«Paxton engaña, porque aparenta ser una chica alegre y dicharachera, parece una cabeza hueca, pero según va avanzando la trama, vemos que es bastante más lista de lo que parece», explica East. «Respeto mucho a la hermana Paxton porque se crio en la burbuja del mormonismo y no sabe cómo es el mundo real. No obstante, cuestiona la religión, argumenta sus creencias y confía en su fe. Probablemente sea la misionera perfecta para predicar de casa en casa, no como Barnes, que se metió en esto por otros motivos».

Adelante, estáis en vuestra casa

Las apariencias engañan una vez más y lo que de primeras parece una casa formal resulta ser un laberinto repleto de cables ocultos en el que Paxton y Barnes acaban atrapadas. Y con el Sr. Reed ocurre lo mismo: está muy lejos de ser el inofensivo, amable y humilde anfitrión que invita a las dos chicas a entrar en su hogar para resguardarse de la lluvia y hablar de su misión.

Según se va desarrollando la historia, Paxton y Barnes deben enfrentarse a los retorcidos trucos y debates embaucadores de Reed. Ante ellas descubren a un hombre muy diferente. Aislado en la fortaleza de su hogar e inmerso en la teoría de la simulación y El Infierno de Dante, Reed se ha encerrado en el estudio de la religión, particularmente en analizar el control que ejercen las religiones.

«La suya es una mente compleja y curiosa, que no se cansa de experimentar, investigar, simular e intentar descubrir la única religión verdadera desde los confines de su casa en las afueras», explica Bryan Woods. «No entiende de límites cuando se trata de buscar la respuesta a sus investigaciones. Al entrar en la biblioteca, caen en su trampa y se dan cuenta de cómo es verdaderamente este señor, quien en manos de Grant pasa de ser un encantador gentleman inglés a una incipiente amenaza». «Le encanta ser un iconoclasta y desmontar creencias ajenas. Le da un subidón tremendo, incluso le excita», explica Hugh Grant. «Por no hablar de que disfruta de la atención y de la compañía de estas dos jóvenes que llaman a su puerta».

Fueron muchos los actores que compitieron por el papel del brillante y pérfido Sr. Reed, pero pocos hubieran podido manejarse como Hugh Grant una vez metido en faena durante el rodaje de Heretic (Hereje). Después de que su agente le recomendara echar un vistazo al guion, Grant quedó prendado de la historia y empezó a documentarse a fondo para interpretar a este personaje, plenamente consciente de que un papel como este aparece una vez en la vida de un actor.

«Me pareció una combinación fascinante y atrevida de terror y thriller psicológico», añade Grant. «Al prepararlo, me di cuenta de que podía disfrutar con el personaje del Sr. Reed. Le veía como un “profe buenrollista”, ese que suele dar un poco la nota con ideas un tanto diferentes, ese que “conseguía que la teología fuera divertida”».

Hugh Grant en Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Hugh Grant en Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

Los realizadores se decantaron por Grant después de repasar la filmografía reciente del carismático actor británico, que en las últimas décadas había interpretado a personajes más extraños, sorprendiendo al público en diferentes géneros. Llevaban dándole vueltas a la idea de trabajar con él desde que vieron El atlas de las nubes de las hermanas Wachowski hace más de una década. El filme se ha convertido en una película de culto con los años.

«Hugh se ha ido estableciendo como uno de los actores más versátiles del panorama actual», comenta Beck. «Y gracias a esa versatilidad, se come la pantalla con cada uno de sus personajes. Vimos El atlas de las nubes en el cine y cuando terminó la película, nos quedamos en la sala, alucinando con lo increíble que era el filme por la ambición y la valentía de lo que contaba a esa escala tan grande. Recuerdo que me giré hacia Bryan y lo primero que le dije fue, “¡Madre mía, Hugh Grant!” y Bryan me miró y me dijo, “¡Ya ves!”. Nos impresionó mucho que hubiera arriesgado tanto al apostar por ese proyecto, y después fue encadenando papeles que iban desmontando la idea preconcebida que se tenía de él como actor. Sorprende mucho ver su filmografía reciente porque ha tirado por caminos inesperados».

Grant ha interpretado a villanos simpáticos y personajes inquietantes que pasan por momentos vitales complicados en proyectos de todo tipo, desde Un escándalo muy inglés, sobre un diputado del Partido Liberal envuelto en un escándalo sexual, hasta Paddington 2 y Wonka, donde demuestra que sabe combinar mala uva y humor.

«Cuando empezamos a preparar el rodaje de Heretic (Hereje) nos dimos cuenta de que este material tan oscuro podría enamorar aún más al público que ha disfrutado durante tantos años con sus comedias románticas», comenta Beck.

«Hugh es perfecto para el papel de Reed porque nunca le hemos visto interpretar un personaje así. Reconocemos perfectamente todos los elementos característicos de Hugh Grant, aunque en esta ocasión utiliza sus armas y encantos de una forma totalmente diferente», añade la productora Stacey Sher.

«Para crear el personaje me he inspirado en gente que conozco y que por diferentes motivos ha acabado llevando una vida bastante solitaria. Para compensar su estilo de vida utilizan bromas para llamar la atención, trucos de magia y debates grandilocuentes«, explica Grant. «Reed tiene pinta de haber sido profesor, de esos que levantan pasiones entre el alumnado hasta que han tenido que dejar la universidad por algún problema grave».

Hugh Grant preparó el papel estudiando a iconoclastas religiosos como Richard Dawkins y Christopher Hitchens y se documentó sobre asesinos en serie y líderes de sectas para entender su motivación para hacer el mal. «Hugh es tan minucioso e intenso como cualquier otro actor con el que hayamos trabajado», comenta Woods. «Se empapa bien del material, dándole vueltas hasta entenderlo todo y nos ha planteado un montón de preguntas. Si no le encajaba alguna de sus frases, se preocupaba por entenderla en contexto. Quería comprender al personaje, su pasado y sus motivaciones, porque una vez se mete en el papel, se convierte en ese hombre».

«Algunos intérpretes odian los diálogos y prefieren los silencios y las escenas de acción, pero por suerte yo nunca he sido uno de esos», bromea Grant.

Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta
Heretic (Hereje), de Scott Beck y Bryan Woods. (c) DeAPlaneta

La mente es un lugar muy oscuro

Heretic (Hereje) está ambientada en las afueras de Colorado y la mayoría de las escenas se desarrollan en el interior de la casa del Sr. Reed, pero el rodaje se llevó a cabo en Vancouver, donde el diseñador de producción Phil Messina (El sexto sentido, Los juegos del hambre) construyó varios decorados para representar diferentes estancias de la vivienda. Con sus ventanucos, puertas cerradas con llave y pasillos engañosos, el mundo de Reed se parece mucho al interior de su mente: un lugar oscuro plagado de recovecos donde se ocultan las ideas más retorcidas.

«La vivienda de Reed es muy extraña porque aparenta ser una casa normal, pero todo parece de exposición. No da la sensación de ser un hogar. En todas las estancias hay algo que da mal rollo», comenta Chloe East. «Según van adentrándose en las diferentes habitaciones, a Paxton y Barnes les va pareciendo cada vez más inquietante y la sensación de estar peligro se va acrecentando».

Los realizadores recurrieron al veterano director de fotografía Chung Chung-hoon para lidiar con esos pasillos angostos y los espacios irreales y agobiantes de la casa. Conocido por su aclamada colaboración con el director Park Chan-wook, ha demostrado su pericia con la cámara en escenas tan inolvidables como las peleas acrobáticas y las terribles venganzas de Oldboy, los bellísimos paisajes y las delicadas escenas de sexo de La doncella (The Handmaiden) y los contrastes cromáticos de las masacres de la película de terror erótico sobre vampiros y religión Thirst. Entre sus proyectos más recientes para el cine occidental, ha trabajado en la adaptación cinematográfica de la novela de Steven King IT y en Última noche en el Soho, en la que Edgar Wright reinterpretaba el Londres de la década de 1960. Ambos proyectos demostraron su enorme capacidad para plasmar los miedos más básicos con imágenes espectaculares en aplaudidas películas de género.

Conscientes de que uno de los ejes del filme eran los diálogos y debates religiosos, los realizadores quisieron huir de la sensación de estar montando una obra de teatro. De ahí que contaran con Chung-hoon y Messina para recrear la siniestra fortaleza de Reed de la forma más cinematográfica posible. «Ya en nuestras primeras reuniones estuvimos hablando de cómo transmitir que la casa es otro personaje de la película: un cuarto personaje con gran influencia sobre los otros tres protagonistas», explica Woods. «La claustrofobia parte de esa sensación».

«Empezamos por analizar cómo funcionaba la mente de Reed para poder entender por qué vive en una casa que se convierte en una trampa para las jóvenes misioneras», añade Beck. «Podría decirse que Reed está jugando a ser Dios, obligando a las chicas a pasar por cada una de las habitaciones como si fuera un juego que va poniéndose cada vez más complicado y retorcido. Para ello, trabajamos codo con codo con el equipo de diseño de producción para dar con una metodología que nos permitiera mostrar por qué hace las cosas que hace».

Phil Messina comenzó por las diferentes habitaciones que se van atravesando al recorrer la casa: el salón, la biblioteca, la capilla y el sótano. «No son muchas estancias, pero se van mostrando una detrás de otra, siguiendo el tono de la historia según se va desarrollando», comenta Messina. «El diseño de la casa nos ha permitido acompañar de la mano a los personajes mientras van quedando atrapadas. El público comparte esa terrorífica sensación de claustrofobia con las misioneras».

La película se recrea en esa sensación de incomodidad. Por ejemplo, el salón de Reed parece una estancia normal, si se ignoran los detalles. «De primeras no llama la atención, pero cuanto más tiempo pasas ahí, te vas dando cuenta de que hay algo que no encaja», explica Messina. «¿A qué vienen esos ventanucos? ¿Y ese papel pintado? Parece demasiado cuco».

Heretic (Hereje) empieza a irse de madre al llegar a la biblioteca de Reed, que hace las veces de capilla y de laboratorio. Hay una especie de tablero en la esquina, con unas figuritas talladas. «Estamos en la parte trasera de la casa y es ahí donde Reed saca a relucir su narcisismo y capacidad intelectual», sigue Messina. «Quería utilizar ángulos expresionistas para subrayar la geometría de la habitación y que pareciera una telaraña. Hay cositas por ahí que resultan muy inquietantes, que le darán un susto al público al verlas. Llegados a este punto del guion las chicas ya saben que están atrapadas en una casa que parece una banda de Moebius».

El sótano

Cuanto menos se sepa sobre el sótano de Reed mejor, pero cuando las chicas creen que han dado con la forma de escapar de su trampa infernal, Scott Beck y Bryan Woods le dan otro giro a Heretic (Hereje) para adentrarnos en una nueva dimensión. La casita de muñecas y las figuritas se convierten en protagonistas del tercer acto y la cámara de Chung-hoon realiza una serie de movimientos imposibles y vertiginosos, acercándose y alejándose para mostrar el ojo que todo lo ve de Reed.

«Su casa es su laboratorio y según avanza la historia, las chicas se encuentran atrapadas en el infierno», añade Messina. «Para salir del sótano hay que adentrarse más y más en él».

Messina se documentó sobre demonología, satanismo, paganismo y brujería para preparar las escenas subterráneas. Beck y Woods le pidieron que se leyera El infierno de Dante, uno de los libros favoritos de Reed. Las paredes están decoradas con referencias al texto, que sirve como referente visual de algunos de los secretos más oscuros y terroríficos de Heretic (Hereje).

«El infierno de Dante es un libro clásico que hemos estudiado en muchos cursos de literatura. Nos parecía que trazaba interesantes paralelismos entre la mente de Reed y su casa», explica Beck. «Le comentamos a Phil que queríamos encontrar el tono que transmitiera que la historia va siendo cada vez más escalofriante, al ir sumando capas y capas de terror. Con cada estancia que atraviesan, Reed y su casa parecen estar arrinconando a las jóvenes. A cada paso que dan se van acercando cada vez más al infierno».

Extracto de las Notas de Producción de Heretic (Hereje)