Stephen King es un autor tan prolífico que, siendo uno de los escritores más veces adaptados al cine, todavía se está muy lejos de abarcar siquiera la mitad de su producción literaria. Y es que, a su extensa lista de novelas, hay que sumar también su producción cuentística, de la que han salido, precisamente, algunas de sus mejores adaptaciones, como Cuenta Conmigo o Cadena Perpetua.

QUE VIENE EL COCO

The Boogeyman es la adaptación de uno de estos relatos, de hecho, de uno de sus primeros relatos publicados, El Coco. Aparecido por primera vez en marzo de 1973 en la revista Cavalier, después entró a formar parte de su primer recopilatorio de relatos, El Umbral de la Noche, en 1978. Se trataba de un relato sencillo, de unas 12 páginas de extensión, y que nos presentaba la narración que un paciente contaba a un psiquiatra acerca de la muerte de sus tres hijos a edad muy temprana.

La literatura de Stephen King se ha basado principalmente en la idea de que el tejido del mal enhebra un hilo de fantasía y otro de realidad. Carrie, por ejemplo, su primera novela publicada, era una historia sobre una joven con poderes telequinéticos, pero también sobre bullying escolar. En El Coco, encontramos dos monstruos. Uno es esa criatura que vive en la oscuridad de los armarios y que se alimenta de los seres más débiles; pero el otro es el mismo protagonista, un padre que desatiende a su familia, egoísta, machista y cobarde.
El Coco no entra, ni mucho menos, entre lo más destacado de la producción literaria de King, pero sí era un relato sencillo, bien escrito y que daba una mirada fresca y original a un tema icónico como es el miedo a los monstruos de los armarios.

David Dastmalchian en The Boogeyman (c) The Walt Disney Company
David Dastmalchian en The Boogeyman (c) The Walt Disney Company

TRAUMA Y EMPODERAMIENTO

Los guionistas Mark Heyman, Scott Beck y Bryan Woods parten del relato original de King, pero no podemos decir que la película sea una adaptación del mismo, ya que básicamente la parte literaria queda cubierta en el prólogo de la cinta. A partir de ahí se desarrolla una historia original, a modo de continuación de la trama ideada por el escritor de Maine.

Sí es cierto que en la base del guion hay elementos que son muy cercanos a Stephen King. Aquí de nuevo se unen componentes de terror real y de terror sobrehumano. El Coco se alimenta del dolor de una familia en pleno proceso de luto tras la muerte de la madre. El marido viudo es incapaz de atender a sus hijas, mientras éstas tienen que lidiar con el dolor en soledad. Que el protagonismo recaiga en este caso no en los personajes adultos, sino en una niña y una adolescente, conecta también con esa preferencia de Stephen King por dar a estos personajes la voz cantante de sus historias.

A su vez, la película deposita el protagonismo en dos personajes femeninos, especialmente Sadie, interpretada por Sophie Thatcher. Frente a personajes masculinos débiles y derrotados por las circunstancias, son los personajes femeninos los que adquieren una pose aguerrida para enfrentarse al monstruo.

TERROR CLÁSICO

La película se ajusta a los parámetros propios de este tipo de historias de terror, manteniendo a la criatura escondida en las sombras y dejando que el espectador la vaya descubriendo a medida que los personajes van convenciéndose de que es algo real y no producto de su imaginación o de su dolor emocional. La puesta en escena de Rob Savage es correcta, sin caer en efectismos muy marcados, ni golpes de efecto, sino creando una atmósfera inquietante a lo largo de la película y jugando mucho con la fotografía y el uso controlado de la luz.

Desgraciadamente, el guion cuenta con muchas flaquezas como ese conjunto de personajes amigas de la protagonista o Rita Billings (Marin Ireland), la viuda del protagonista del relato original, cuya presencia en la película, más allá de introducir un par de escenas de tensión con las que engordar el metraje, no resultan determinante para la trama principal.

NADA NUEVO EN LOS ARMARIOS

The Boogeyman no ofrece nada nuevo bajo el sol. Es una cinta de terror carente de originalidad, que se apoya en territorios comunes para dar al espectador aquello que va a buscar, pero sin resultar demasiado inquietante o violenta. Hay otros títulos cercanos en el tiempo similares y algunos más atrevidos, como el caso de Smile. Aquí se percibe un cuidado por mantener el PG-13 para que el público adolescente pueda acceder a la sala. La cinta tiene muy medida la violencia en pantalla o la carga terrorífica de la narración. Esto no quita que el resultado sea correcto y efectivo, pero para nada sorprendente o novedoso.

The Boogeyman (c) The Walt Disney Company
The Boogeyman (c) The Walt Disney Company