En plena ebullición de los romances medievales, el poeta francés Chrétien de Troyes rubricó su obra magna artúrica, Perceval o El Cuento del Grial, donde sublimaba el concepto feudal de que Rey y Reino son uno, y la agonía de uno implica lo baldío del otro. La enfermedad del Rey Pescador convertía a su reino en una tierra yerma, donde sólo la cura de uno podía remitir la desolación de lo otro. No sabemos si conscientemente o inconscientemente, pero es inevitable leer en la nueva entrega del Universo Cinematográfico Marvel una variante de aquel Rey Tullido y de su agonizante reino.

ADIÓS AL REY

Cuando Chadwick Boseman falleció, Black Panther. Wakanda Forever se encontraba ya en proceso de preproducción, contando con T’Challa como protagonista tras los eventos de Vengadores: Endgame. El fallecimiento de un actor siempre supone no sólo un shock emocional para el equipo de la película, sino también un varapalo para toda la producción. Perder a un actor protagonista, que además ya tenía posicionamiento en otros títulos Marvel y que se había convertido en un emblema para la comunidad afroamericana es un trauma que impacta a muchos niveles.

Desde aquí nos parece muy honorable la decisión tomada por el director Ryan Coogler y por el estudio de no sustituir a Boseman por otro actor en el papel, sino darle un homenaje fúnebre en pantalla a través de la propia muerte de su personaje. No sabemos cómo hubiese sido el desarrollo de la trama con T’Challa liderándola, pero sí da la impresión de que la muerte de Boseman vino a incrementar un sentimiento de pérdida que, de por sí, iba a ser uno de los hilos conductores de la película. Por otro lado, la despedida al actor/ personaje en pantalla y como esto se implementa dentro del desarrollo de otros personajes para darle una continuidad en el UCM, nos ha parecido delegante, emotivo y sentido por parte de Ryan Coogler.

LAS TIERRAS BALDÍAS

En las entregas anteriores del UCM, Wakanda había sido presentado como una especie de Utopía superheroica, una civilización rica, avanzada tecnológicamente, pero también respetuosa con la tradición. En Black Panther. Wakanda Forever, la pérdida de liderazgo supone un momento de crisis de identidad del reino, agigantado ante el ataque de Namor y el reino de Tlalocan.

En la película vamos a presenciar la caída de su civilización y la necesidad de una reconstrucción, manteniendo su legado, pero también aceptando los cambios que la apertura al exterior ha provocado. Ese mismo reto se establece a los habitantes de Tlalocan y su líder, quienes también ven con recelo y amenaza la influencia foránea. Como en la película anterior, esta nueva entrega de Black Panther apuesta por la importancia del aperturismo, aunque ello suponga sacrificios.

EL PRÍNCIPE PERDIDO

Uno de los aspectos positivos de la trama es que no estamos ante una confrontación maniquea, sino que los dos antagonistas (Shuri y Namor) tienen posicionamientos similares e, incluso, podemos encontrar entre ellos una tensión sexual no resuelta. Ambos vienen de un camino oscuro, marcado por el dolor y la pérdida, además de su responsabilidad de proteger a su pueblo. La cinta es también muy crítica con el discurso político, donde encontramos también una crítica al imperialismo feroz estadounidense. La presencia de Namor no sólo se justifica como el villano de la historia, sino que sirve de reflejo oscuro para el personaje de Siri, quien, en pleno proceso de duelo, se siente próxima a la actitud combativa del líder de Tlalocan. Aunque controvertida en varios sentidos, a nosotros, la elección y el trabajo de Tenoch Huerta, con esa ambigüedad y nobleza que representa, nos parece de lo más destacado y acertado de la película.

TRADICIÓN Y CULTURA

La anterior entrega en solitario de Black Panther en 2018 destacó por la representación de la cultura africana a través de la dirección de arte, el vestuario o la música. Ese componente se mantiene y se enfatiza en esta segunda parte, no sólo por el aplauso que le supuso en la película anterior, sino porque ésta es una película que se construye sobre el concepto de identidad. A este se viene a sumar el concepto empleado para introducir a Namor y Tlalocan (ya no Atlantis). Si los wakandianos representaban una versión utópica e idealizada de las raíces africanas, Namor y su pueblo vienen a ser el equivalente en cuanto a la culturas precolombinas, especialmente la cultura maya. Esto impregna todo el concepto artístico de la producción en lo que se refiere a Tlalocan y, si bien supone una desviación abrupta del cómic, dentro del universo ideado por Coogler nos parece no sólo coherente, sino que añade riqueza al conjunto.

PROFUNDIDAD Y SUPERFICIE

Evidentemente, estamos ante una película Marvel y, como tal, se trata de una cinta de acción y fantasía. Ryan Coogler ya había demostrado tener un empaque robusto en su puesta en escena con sus anteriores películas, dentro y fuera del UCM, y se agradece que, después de los excesos de Taika Waitiki en Thor. Love & Thunder, esta nueva película regrese a un terreno más dramático, prescindiendo del tono cómico que ha banalizado toda la Fase 4. La cinta cuenta con importantes set pieces de acción, especialmente el ataque a Wakanda y todo el clímax final. Sí apreciamos premura en la factura final, especialmente en el apartado de efectos especiales, donde hay aspectos muy mejorables en cuanto al uso del CGI y su integración en pantalla. El copia y pega por capas del gran plano general de Wakanda durante el funeral de T’Challa malogra la buena intención y el abuso del digital en las secuencias de acción, en nuestra opinión, resta impacto. A nivel argumental nos sobran por completo las secuencias de interconexión con la franquicia general, especialmente todo lo concerniente e los personajes de Martin Freeman y Julia Louis-Dreyfus.

EL REY TULLIDO

En nuestra opinión, Black Panther. Wakanda Forever tiene muchos aspectos interesantes y reconduce la deriva de las últimas películas Marvel. Dentro de nuestro ranking particular la posicionamos entre los mejor de la Fase 4 (si eso significa algo en una fase que ha resultado tan decepcionante), junto con Spiderman. Sin Camino a Casa; sin embargo, la película no puede tapar la sensación de saturación y desgaste que, opinamos, lleva arrastrando el UCM desde hace tiempo. La metáfora de esa Wakanda debilitada y con crisis de identidad que nos presenta la película no podría ser más meridiana de la situación actual de la franquicia. ¿Alguien tiene un grial en la sala para curar a este Rey Tullido?