Ha habido etapas de la historia de la Disney donde sus películas han sido infalibles, con un cuidado exquisito y estrenando clásico tras clásico. También ha habido otras donde la estrella del estudio no ha brillado con tanta intensidad. En este segundo caso no estamos hablando necesariamente de malas películas; de hecho, en algunos casos, nos referimos a títulos verdaderamente notables, pero que no lograron cuajar de manera tan proverbial entre el público.

No sabemos si el estudio contará con otro renacer tan potente como el que se produjo a partir de 1989 con La Sirenita y las siguientes producciones, pero lo que sí está claro es que en la actualidad el departamento de animación del estudio y la forma en que se ha redefinido con la llegada de las plataformas no está en su momento más pujante. A esto se suma que el producto estrella de la Disney a día de hoy ya no son las películas de animación, sino el cine de superhéroes. Esto no quita para que las nuevas películas de Walt Disney Animation Studios tengan importantes valores a tener en cuenta.

EL MUNDO PERDIDO

Mundo Extraño no pasará a la historia del estudio. El sello de “Clásico Disney” le va a quedar grande, lo que no invalida que podamos encontrar en ella una estupenda película de aventuras. Firmada por Don Hall y Qui Nguyen (este último ejerciendo además como guionista y debutando aquí como director), la cinta bebe del género de aventuras decimonónico (con Julio Verne, Arthur Conan Doyle o Edgar Rice Burroughs al frente) y de las historias de corte Pulp.

La historia se desarrolla en el marco de una ucronía acerca de una civilización pretérita, localizada en una isla y cercada por montañas, pero con una serie de dispositivos innovadores y fantásticos, propios de la ciencia ficción, posibles gracias a una planta singular que proporciona energía limpia y de gran rendimiento. Cuando estas plantas empiezan a perecer, un equipo de exploración tendrá que viajar al núcleo de la isla para salvarlas. Allí se encontrarán con un ecosistema totalmente diferente.

En este sentido la cinta apela a un sentimiento anacrónico de la aventura, más cercano a Viaje al Centro de la Tierra, El Mundo Perdido o las novelas de Tarzán o John Carter de Marte. Existe en ella un sentido de la inocencia y la maravilla que contraste con la mirada más irónica de la sociedad actual.

Ese elemento nostálgico y añejo impregna también a todo el diseño artístico de la película. La configuración de la superficie y las profundidades de la isla, su fauna y flora, el vestuario de los personajes, todo apunta a los seriales de los años 20, 30 y 40. A pesar de esto, la cinta se las apaña para que estos elementos resulten al mismo tiempo reconocibles e innovadores, especialmente en lo que se refiere a la creación de las criaturas del mundo subterráneo.

Este componente lúdico, desprejuiciado y dinámico, presente en otros títulos no-clásicos de Disney, pero de culto como Atlantis. El Imperio Perdido o El Planeta del Tesoro, es, en nuestra opinión, el aspecto más destacado de la película. La capacidad de la narración para devolvernos a aquella mirada infantil se convierte en el aspecto más atractivo de la película.

LEGADO ECOFRIENDLY

Como toda película Disney, la trama incluye también un discurso acerca de los valores familiares y, aquí, especialmente busca definir el rol paternofilial. Los tres personajes masculinos principales vienen a representar tres modelos de masculinidad diferente, que contrastan entre sí, pero que están condenados a entenderse por el bien de la historia y de la misión.

Por otro lado, la película viene a ser un ejemplo del peso que la inclusión y la diversidad tiene en el cine actual. A lo largo del metraje encontramos diversidad racial, de género, de orientación sexual y hasta diversidad funcional (el perro al que le falta una pata). Nada de esto viene determinado por la trama, pero tampoco entorpece el ritmo de la película. ¿Que los personajes podían haber sido todos caucásicos y que algunos personajes femeninos no están marcados por su género y podían haber sido también masculinos? Cierto, pero el cambio no afecta a la esencia de la historia y aporta una mayor representatividad.

Sí es cierto que, a nuestro entender, ese conflicto entre los tres modelos masculinos acaba resultado reiterativo y recibe demasiado subrayado en la película. Ahí sí creemos que el mensaje de la película socava un poco el ritmo de la narración y que se podía haber resulto de manera más sencilla sin perder su esencia.

Otro componente fundamental en la cinta es su mensaje medioambiental. La trama ensalza las virtudes de la energía limpia y el uso de recursos ecológicos, pero al mismo tiempo, se permite también lanzar un mensaje crítico a la sobreexplotación del terreno y a los cultivos invasivos. Además, como comentábamos antes, ese componente medioambiental inunda todos los apartados de la película y es fundamental en todo el trabajo de diseño.

EN BUSCA DE LA AVENTURA

Mundo Extraño no es un clásico Disney. Tampoco es una mala película. Se trata de un divertimento bien formulado, facturado con pericia, con un guion que logra sorprendente, a pesar de los estereotipos (tanto de personajes como de situaciones) con los que juega. Para ello sólo hay que posicionarse en la mentalidad adecuada. Y es que, muchas veces, la falla no está en la película en sí, sino en el ojo con la que se observa.