La cita de la premiere era el 2 de diciembre de 1931, en el Mayfair Theatre, en pleno Times Square de Nueva York. Los afortunados que abarrotaron la sala, 1.734 espectadores que ocuparon las butacas y se estremecieron y helaron la sangre, al tiempo que asistían al nacimiento cinematográfico del doctor y criatura más famosa de la historia del cine : Frankenstein.
Las criticas alabaron al director de la película y sobre todo a Boris Karloff, quien se convirtió en una estrella, «Tan bueno como Chaney» como señalaba el Motion Picture Herald y del que se resaltaba su «Fascinante y magnética actuación» como publicaba Variety. Mientras, El doctor Frankenstein recaudaba 53.000 dólares en su primera semana sólo en ese cine, como preludio de su enorme éxito posterior.
Ochenta años después, Madrid ha querido recordar ese evento, y para ello se han aliado el Museo de Cera, Scifiworld y el Ateneo de Madrid, organizando una serie de actos. El primero de estos, la tarta de cumplaños del monstruo, estuvo protagonizada por la popular Alaska, presentada por Gonzalo Presa como «La novia de Frankenstein«, una novia que manifestó gran simpatía con el monstruo y con el cine de terror. No deja de ser Alaska gran conocedora del género, tal y como demostró en el prólogo del libro Spanish Exploitation de Víctor Matellano. Alaska dedicó la tarta a los «diferentes», un concepto que bien representa el monstruo.
A este primer acto le siguió la proyección de la magnífica La novia de Frankenstein (1935) de James Whale, y ya en el día del cumpleaños propiamente dicho, el 2 de diciembre, la proyección de El Doctor Frankenstein (1931) y una posterior mesa redonda compuesta por escritores expertos. En la misma, junto al escritor y poeta Miguel Losada y el escritor y cineasta, Víctor Matellano, promotores de los actos, participaron Javier Cortijo, autor del libro Boris Karloff. El aristócrata del terror y Juan Andrés Pedrero, autor del libro James Whale. El padre de Frankenstein. El público fue partícipe de un interesantísimo análisis alrededor del doctor y su monstruo, asi como tuvieron la posibilidad de escuchar una serie de interesantes anécdotas alrededor del film.
Sin duda nuestro Frankie lo merecía.