A Elio Quiroga lo descubrimos en su faceta de cineastas, con películas como Fotos, No-Do o La Hora Fría, sin embargo, sus ambiciones creativas van más allá, habiendo abordado también la música, la pintura, la fotografía o la literatura. Ésta última se ha convertido en el refugio de sus ansias narrativas, allí donde las limitaciones de los presupuestos del cine español no podían entrar.

Desde que publicó su primera novela, El Despertar, en 2012, su producción literaria ha sido continua y de lo más imaginativa, siempre buscando caminos inexplorados por los que recorrer los patrones del género. Alterando el terror y la ciencia ficción con un discurso de crítica política y social, en sus novelas podemos apreciar cómo su amplio abanico de intereses define también los recursos narrativos en sus historias, especialmente cuando se trata de explorar su fascinación por la ciencia y la astronomía.

Su última novela publicada es Gotas, editada por Dolmen dentro de su línea Z, dedicada a la temática zombi. Escrita previa a la llegada del Covid-19, lo cierto es que el retraso de su salida al mercado por la pandemia ha beneficiado a la lectura, ya que, casi de manera profética, en la trama encontramos conceptos como infección o confinamiento, hoy tan cercanos. Y es que la novela nos narra el caso de una extraña infección que se extiende con el agua y que transforma a animales y seres humanos en una especie de zombis cubiertos por una capa de líquido que va descomponiendo poco a poco el cuerpo emponzoñado a la vez que le impulsa a buscar nuevos huéspedes para seguir reproduciéndose. Todo esto vinculado con el paso cada 33 años de un cometa por la órbita terrestre y que juega un papel fundamental en la explicación del fenómeno. Quiroga construye así una revisión del mito del zombi basada en la astronomía, la teoría cuántica y la existencia de universos interdimensionales.

Presentación de 'Gotas', de Elio Quiroga, en Multicines Tenerife.
Manuel Díaz Noda y el autor Elio Quiroga en la presentación de ‘Gotas’ celebrada en Multicines Tenerife.

Estructura de la novela

La novela está estructurada en una breve introducción y dos partes (definidas musicalmente en base a las canciones del “Álbum Blanco” de The Beatles). En la primera parte, Quiroga juega con el uso de flashbacks, de manera que va estableciendo los antecedentes al incidente a medida que va situando las fichas en el tablero. En esta primera parte se recrea con diferentes formatos narrativos, acercándose en cada flashback a elementos de estilo propios de la época. Al mismo tiempo va estableciendo el tono de la narración, que combina el gore y el terror con elementos de humor, aventura y fantasía, estableciendo un ritmo de lectura dinámico y entretenido, sin que las explicaciones de los conceptos científicos pesen en la narración o la comprensión del lector. A parte de los elementos propiamente fantásticos de la novela, Quiroga aprovecha para, con un toque de humor ácido, despacharse a gusto a la hora de criticar aspectos de la sociedad y la política en Canarias, especialmente en lo que se refiere a los abusos y corruptelas que entrelazan al sector empresarial y al político en las islas.

La segunda parte se convierte en un extenso relato de acción y tensión, donde el componente fantástico eclosiona a niveles de gran espectáculo y delirio, siempre sin perder el humor como motor fundamental. La forma en la que está estructurada la narración, con capítulos que funcionan más bien como escenas, nos remite a la faceta de cineasta del escritor, y no es difícil apreciar por dónde podría llevarse la novela a guion cinematográfico. Eso sí, con un coste de producción que haría inabarcable, al menos para el cine español, una película de estas dimensiones.

Personajes

A lo largo de la novela, Quiroga nos ofrece un amplio abanico de personajes, muchos de ellos meros peones que rápidamente van cayendo en la infección zombi. Algunos protagonizan una pocas páginas, a otros les da el beneplácito de un mayor desarrollo narrativo. Sin embargo, podemos encontrar en la obra tres protagonistas fundamentales. Por un lado, Eduardo y Jenny, que luchan por su supervivencia en el hotel donde está contenida la infección; y por otro, Jacinto Quijano, una construcción histórica de la novela, un científico canario nacido sin mandíbula inferior y que en la ucronía del libro se llegó a relacionar con Albert Einstein, Bertrand Russell o Max Planck. Eduardo y Jenny son los líderes de la trama y son el motor de todo el componente de aventura y acción de la novela, mientras que, a través de Quijano, Quiroga se adentra en otros terrenos de influencia lovecraftiana.

Gotas es una de seas novelas que se leen de un tirón, con una trama dinámica, entretenida y que mantiene enganchado al espectador. Su revisión del concepto de apocalipsis zombi es original y bien construido. Además, cuenta con dosis ingentes de humor que hacen la trama muy amena, al mismo tiempo que ofrece algunas descripciones y conceptos verdaderamente imaginativos y espectaculares (especialmente en la segunda parte). Es cierto que, en ocasiones, el autor tiende a la reiteración y hay situaciones o descripciones que se repiten en exceso, y a la edición le vendría bien una revisión de erratas, pero esto no empaña en absoluto el disfrute que supone leer la novela.