En el Festival de Cine Fantástico de Canarias Isla Calavera 2019 vimos dos filmes estadounidenses de género fantástico integrados en cierta corriente indie en la industria del cine estadounidense que fueron Vivarium (EEUU, 2019), de Lorcan Finnegan, y Starfish (EEUU, 2019), de A.T. White. Dos filmes en la vertiente más modesta de la industria. Dos filmes dotados de auténticas “cargas de profundidad” de denuncia social frente al consumismo y las hipocresías sociales, así como de ciertas actitudes que nos conducen al fin del mundo. En el Isla Calavera 2019 vimos también un filme, Colour out of Space (EEUU, 2019), de Richard Stanley, según el relato de H.P. Lovecraft, presentado en la sala 17 de Multicines Tenerife por su propio productor, Daniel Noah. Es un filme marcadamente ecologista, protagonizado por un histriónico Nicolas Cage, que claramente advertía sobre la explotación de los recursos naturales en nuestro planeta. Alguien ha acuñado ese tipo de cine de terror en entorno medioambiental como de ecoterror, o terror ecológico.

Ecoterror

En la cuarta edición del Festival, desarrollada entre los días 10 y 13 de diciembre de 2020, el territorio indie y de ecoterror estadounidense fue ocupado de modo sobresaliente por el largometraje Unearth.

A lo largo del filme conocemos y tratamos a los miembros de dos familias, los Dolan y los Lomack. Vecinos que poseen sendas explotaciones agrarias en algún estado del medio oeste americano, bastante castigadas a nivel económico, motivo por el cual se enfrentan a un profundo dilema. Resistir desarrollando la agricultura, o ceder a la crisis y ante los explotadores de recursos naturales, dispuestos a comprar y/o arrendar las tierras florecientes en tiempos decididamente pretéritos y mejores. El cabeza de familia de los Lomack, George (Marc Bluca), carcomido por las deudas, y con dos hijas y un nieto recién nacido a su cargo, opta por vender una parte importante de sus propiedades, a una empresa perforadora en busca de petróleo y gas, desencadenando la tragedia de la historia.

Todo ello con la visible y contundente desaprobación de su familia y del clan de los Dolan, liderado por Kathryn, personaje interpretado por la actriz Adrienne Barbeau, musa tanto dentro como fuera de la pantalla, de John Carpenter, quien la dirigió en La Niebla (The Fog, EEUU, 1980) y Rescate en Nueva York (1997: Escape From New York, EEUU, 1981). No tardará demasiado tiempo en brotar del suelo algo decididamente maligno y turbador, una especie de criatura aletargada en las turbias entrañas de la tierra, que ha permanecido latente durante siglos.

Ópera prima de John C. Lyons y Dorota Swies

Unearth constituye el debut tras las cámaras de los realizadores John C. Lyons y Dorota Swies, en el terreno fantástico, sobre un guion del primero, con Kelsey Goldberg. John C. Lyons ha dirigido previamente algunos cortometrajes, videoclips, documentales y el largometraje Schism (EEUU, 2008), un drama con el Alzheimer de fondo. Por su parte, Dorota Swies debuta como realizadora con este filme fantástico, habiendo realizado previamente labores de dirección de fotografía en el mencionado filme Schism, y otros, pero también de actuación en cortometrajes, y de edición de filmes, siendo la montadora de este modélico filme.

Es obvio que el largometraje pretende advertirnos de los peligros de sobreexplotar la naturaleza, de que seamos conscientes de lo peligrosos y dañinos que somos y podemos ser para nuestro entorno, para nuestros ecosistemas. Es un filme de mensaje, no sólo ecológico, sino en denuncia contra de las monstruosas empresas explotadoras de la tierra, y de cómo el planeta se defiende de nuestros ataques, algo que la humanidad tiene perfectamente claro en el año 2020 ante la crisis sanitaria. Los planos de las máquinas dañando visiblemente las entrañas de una tierra que debería ser agrícola, hablan por sí solos en cuanto a contundencia, desasosiego y eficacia narrativa en el engranaje por momentos siniestro, de la historia que se nos cuenta.

Un drama familiar de corte realista

Unearth puede definirse también calificándolo como un drama de índole familiar, que lenta pero inexorablemente “desciende” en el caos, para convertirse en un rotundo y contundente filme de género fantástico, muy apropiado para otro ecosistema: el del Isla Calavera, Festival de Cine Fantástico de Canarias 2020, que también ha sufrido no pocos avatares. Es un filme de corte marcadamente realista, que pretende realizar un retrato social de la América rural muy contenido, y que deliberadamente se toma su tiempo en arrancar. De este modo, el filme marcha sin prisa, pero sin pausa, en lugar de ir directamente al meollo terrorífico y gore, debido principalmente al interés que tienen los realizadores por desarrollar y delimitar perfectamente a los personajes de la historia, para que así desde el público nos familiaricemos con ellos. Los espectadores de 2020, demasiado permeables con una espantosa nueva normalidad que nos obliga a llevar mascarilla, a utilizar geles, y a practicar distancia social, estamos demasiado receptivos con una realidad caótica, y sin duda digerimos y empatizamos mejor con un terror como el que nos propone Unearth.

Una duración de apenas 90 minutos y un potente último acto, que muestra el implacable poder de la naturaleza, dejan un buen sabor en las dos salas adscritas al Festival, siendo este filme uno de los instantes álgidos de la cuarta edición del Isla Calavera, muy meritorio en su catálogo de crisol de relaciones humanas.

El Jurado de la cuarta edición del Festival de Cine Fantástico Isla Calavera le ha concedido a este filme el premio al mejor guion: “por transmitir una mezcla genial entre mensaje ecológico en la América Profunda y una situación económica desesperante”.
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