En la tercera edición del Festival de Cine Fantástico Isla Calavera, pudimos ver Vivarium, el segundo trabajo del realizador irlandés Lorcan Finnegan, que se hizo con el galardón a la mejor dirección del jurado especializado.

Se trata del segundo filme de su autor, ya en territorio estadounidense. Previamente había realizado Foxes (Irlanda, 2012), un excelente cortometraje de 15 minutos de duración, seleccionado para el Festival Tribeca de Nueva York, entre otros, y el largometraje Without Name (Irlanda, 2016), en su tierra natal. En estos dos anteriores trabajos, Finnegan ya se manejaba con cierta solvencia en el territorio del terror con atmósfera, donde exploraba vecindarios peculiares, como el que vemos en el filme Vivarium.

El filme está protagonizado por Jesse Eisenberg, cuya emblemática presencia en el cine fantástico es ya indiscutible, con Batman Vs Superman: el Amanecer de la Justicia (Batman Vs. Superman: The Dawn of the Justice, EEUU, 2016), donde interpreta nada menos que al megavillano Lex Luthor, o los dos filmes de la saga Zombieland.

A la coprotagonista, Imogen Poots, la hemos visto en el remake del clásico de 1985, Noche de Miedo (Fright Night, 2011), de Craig Gillespie, o en 28 semanas después (28 weeks later, Reino Unido, 2007) del cineasta tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo, quien también visitó esta tercera edición del festival, en cuya gala de clausura pudo verse su brillante cortometraje Esposados (España, 1996). Poots se hizo con el premio a la mejor actriz, galardón que también había conquistado en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2019. Eisenberg y Poots han coincidido también en La Mejor defensa es un ataque (The Art of self-defense, EEUU, 2019) de Riley Stearns, un híbrido entre comedia negra y thriller.

El filme de Lorcan Finnegan está construido con bastante mala uva, y constituye una perfecta alegoría sobre la alegría de emanciparse, la ilusión de la búsqueda del primer hogar, así como una crítica absoluta a las esclavitudes económicas y sociales que nos impone el capitalismo actual, y que nosotros mismos asumimos, en el marco de una sociedad consumista y de postureo como la que vivimos en estos “días extraños” que diría el cantante Jim Morrison. Es un filme tremendamente visual, con referencias pictóricas a artistas tan interesantes como Grant Wood, autor de la serie de cuadros titulada American Gothic, o a Edward Hopper, cuya relación con el cine es muy estrecha. El filme tiene una estupenda descripción de los dos personajes centrales, y un atractivo tratamiento de guion, donde destaca la inquietante progresión de la historia.

Para visionar este filme hay que prepararse para visitar un vecindario residencial aparentemente idílico, que rápidamente deviene en una pesadilla de confort, laberíntica y claustrofóbica, de la mano de un anfitrión, agente inmobiliario, perversamente apropiado, al que ingenuamente acuden los dos protagonistas que quieren fundar una familia.

Una de las cumbres del Festival Isla Calavera 2019.