Peñaflor, un pequeño y humilde pueblo próximo a Sevilla, a finales del Siglo XIX. Un extraño caballero de mediana edad, español, pero que ha vivido en Francia, se instala como prestamista. Nadie conoce su pasado, pero es un hombre emprendedor y ambicioso. Contrae matrimonio con la atractiva joven Elvira, hija del hombre más rico del pueblo, aunque no quiere nada del dinero de su suegro. Es orgulloso, y pretende hacer su propio destino y fortuna. Construye una casa, con un huerto y jardín, que rápidamente queda convertida en un próspero prostíbulo poblado de jóvenes y bellas señoritas complacientes, no sólo con los clientes, sino también con el propio francés. Al lugar acuden clientes muy bien situados económicamente. No todos regresan de El huerto del francés para contarlo…
Filmada en Technicolor y Technovisión, en una copia flamantemente restaurada que le otorga nueva vida, la cuarta edición del Festival de Cine Fantástico de Canarias Isla Calavera 2020 asistió a un exclusivo pase en la sala 17 de Multicines Tenerife el domingo 13 de diciembre de 2020 de este sensacional filme. Todo un acontecimiento festivalero, tras su pase en la edición de 2020 del Festival de Cine Fantástico de Sitges.
Una macabra historia que forma parte de la crónica negra española
El sevillano pueblo de Peñaflor fue testigo silencioso del primer conjunto de crímenes que se conocerían como los Asesinatos del Huerto del Francés, y que con el tiempo recibirían la denominación de “Crímenes mediáticos”, que se recuerdan en la España más contemporánea.
En un huerto dedicado a la explotación agraria y animal, un hombre de negocios y su sicario enterraron entre pedruscos, tierra no muy profunda y cal viva a seis prósperos hombres de negocios que acudían a divertirse y a apostar en un casino ilegal, respecto del cual las autoridades hacían la vista gorda.
Se publicaron noticias desde todos los ángulos, se enviaron reporteros, y la expresión “Huerto del Francés” pasó a formar parte del imaginario colectivo español (cuántas veces habremos escuchado en nuestras vidas la expresión “que te llevan al Huerto…”), y de su refranero, e incluso de la poesía autóctona y fuera de ella. El poeta Antonio Machado utilizó la expresión en un famoso texto para criticar la pasividad y neutralidad de las potencias internacionales respecto de la guerra civil española.
El proceso penal convocado en torno a este psycho killer hispano y su cómplice, tuvo un despliegue de cobertura mediática inusitado hasta ese momento. Seis condenas de pena de muerte para cada uno de los dos acusados fue establecida por la Audiencia Provincial de Sevilla, después de un juicio muy prolijo en revelaciones un tanto sensacionalistas, en una Sentencia confirmada por el Tribunal Supremo español.
Esta macabra historia llamó la atención de Jacinto Molina, alias Paul Naschy, en unos años en los que iba convirtiéndose en el rey del Fantaterror español, aparcando sus hombres lobos y demás siniestras figuras del fantástico, para acometer una no menos siniestra figura escalofriantemente real.
Segundo largometraje de Jacinto Molina como director
En 1978, se estrenó el filme denominado, obviamente, El huerto del francés, que contaba con Jacinto Molina delante y detrás de la cámara, así como autor del guion, junto con Antonio Fos, un libreto absolutamente modélico en el retrato de esa España escéptica, supersticiosa, reprimida sexualmente, temerosa de todo y dotada de una enorme capacidad para generar profundos odios ancestrales.
Desde el texto, y después en imágenes, se dota al filme de guardias civiles con largos bigotes y antiéticas maneras, terroríficos abortos ilegales, implacable sesión de garrote vil… Molina sustituye astutamente el casino real, o casa de apuestas ilegales, por un prostíbulo.
De este modo, Molina encuentra la perfecta licencia narrativa para que lo acompañe un nutrido grupo de actrices muy bien posicionadas en el panorama patrio de aquellos años y precursoras de lo que se denominó “el destape”, es decir, en películas de contenidos erótico-adultos, propiciados gracias a la caída de la censura propia del anterior régimen. Las exuberantes Agatha Lys, María José Cantudo y Silvia Tortosa, rodean a Jacinto Molina en la recreación de la España rural de los albores del Siglo XX, y de alguna manera, integran sus encantos naturales con actores consolidados de la época como José Calvo, José Nieto o Carlos Casaravilla, entre otros nombres ilustres.
El huerto del francés contiene exteriores y localizaciones situados en los mismos lugares donde ocurrieron los siniestros acontecimientos narrados en el filme. Rápidamente Molina se percató de que en Peñaflor nada querían escuchar de aquellos terribles crímenes, y poca información acceden a facilitar al cineasta. Es curiosamente en el archivo parroquial de la localidad situada entre Sevilla y Granada, donde Molina encuentra documentos tan importantes como los informes de los médicos forenses, que le sirven para construir y documentar su historia macabra.
El impecable trabajo del realizador, guionista y actor burgalés fue enseguida considerado como el mejor de su carrera por parte de la crítica de cine especializada. Previamente a su pase en el Isla Calavera, pudo verse a principios de octubre de 2020, como decíamos, en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, con un éxito atronador, rescatando así del ostracismo, una obra que siempre ha sido muy difícil de encontrar, o que ha podido verse fugazmente en copias de ínfima calidad.
Lanzamiento en Blu-Ray
Además de la visibilidad dada a esta obra maestra en los festivales de Sitges e Isla Calavera, así como de alguna proyección puntual, como la habida en una sala de Madrid auspiciada por Sergio Molina, auténtico albacea del patrimonio fílmico de su padre (y que visitó el ecosistema del Isla Calavera en su edición de 2019), la distribuidora española Divisa, acaba de lanzar al mercado una magnífica edición en formato Blu-Ray, con numeroso material extra, que incluye un formato de libro (Digibook), que contiene textos críticos de la época y actuales, y que nos devuelve para toda la eternidad, en todo su esplendor, esta obra injustamente maldita y vilipendiada durante muchos años.