«Cuando me ofrecieron hacer esta película, no supe cómo reaccionar.
En Alemania la original estaba prohibida.
La consideraron demasiado depravada, incluso para los alemanes».
Marcus Nispel
8ª edición Isla Calavera Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna
11 de noviembre de 2024
1974. Texas profunda. El director Sidney Lumet rueda su película Lovin’ Molly (EEUU, 1974), que pasó sin pena ni gloria. Un vano intento de revivir el éxito de La Última Película (Last Picture Show, EEUU, 1971), de Peter Bogdanovich. Muy cerca, un modesto equipo terminaba de filmar una película de terror que iba a pasar a la historia. Lumet sabía perfectamente que su filme no iba a ser relevante, pero que el capitaneado por un joven realizador, Tobe Hooper, oriundo del propio estado de la estrella solitaria, de aspecto hippie, como caso todos los miembros de su equipo, sí lo iba a ser. No se equivocó.
La idea de aprovechar la alarmante carencia de presupuesto (apenas 140.000 dólares) para convertir el filme en un falso documental con una estética deliberadamente sucia, seca, granulada, adjudicarle una banda sonora donde la música se mezcla con sonidos perturbadores, y sustituir el gore explícito por el sadismo, apelando a nuestros propios miedos más primarios, ha convertido a La matanza de Texas de 1974 en todo un clásico para generaciones enteras de cineastas y cinéfilos del mundo.
Cuando se le encarga al alemán Marcus Nispel la realización del remake, éste tiene muy claro que hay una legión de fans que no se lo van a perdonar jamás, como él no perdonaría que rehicieran Rocky (EEUU, 1976), de John G. Avildsen, su filme favorito. Daniel Pearl, colaborador de Nispel en sus videos musicales, había sido el director de fotografía del filme original. “Supe que tenía que hacerlo bien, por todos ustedes”, ha dicho el realizador alemán en la presentación de su filme en el Isla Calavera 2024. No sólo repitió Pearl del equipo original. En la línea de producción, junto a la productora de Michael Bay, Platinum Dunes, y otras, comparecen los propios Tobe Hooper y Kim Henkel (coguionista del original). El narrador original John Larroquette igualmente otorgó nuevamente su voz en off, dotando a la narración de veracidad informativa.
Aquella casa perdida en la América rural
El prodigioso resultado de La matanza de Texas, el filme estrenado en 2003, absorbe una influencia más pronunciada de Deliverance (EEUU, 1972), de John Boorman, que del del filme original, en palabras del propio Marcus Nispel. Reverencia al género de terror en sí, sazonando la narración y la imagen de múltiples detalles visuales y sonoros que enriquecen el producto final, otorgándole una personalidad autónoma. El filme de Nispel posee, definitivamente, su propia voz. Su interpretación de esta sinfonía de horror permanece casi 20 años después en la cualitativa altura del filme original.
Ambos cineastas ambientan sus filmes en los reaccionarios y reivindicativos años 70. La trastienda de determinados rincones deprimidos de la américa más rural, distorsionando las figuras personales, fácilmente identificables (en un sentido metafórico) con el sector poblacional de Estados Unidos más reaccionario y retrógrado, aquel que acude a votar masivamente a políticos como Donald Trump, probablemente después de ir a misa y de haber comprado un arma de fuego, tras afiliarse a la Asociación del Rifle.
Frente a ello, unos jóvenes más partidarios de hacer el amor que la guerra, escuchando música emblemática (como el Sweet Home Alabama), y fumando marihuana a raudales, en una clara metáfora del sector de la sociedad que acudía a las manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam o por la lucha de los derechos civiles y que luchaba por una libertad plena, descubren el horror en un viaje a través de los espacios abiertos del país.
La inmensa acogida comercial de ambos filmes y la realización de dos secuelas de la película original de Hooper y una precuela del remake de Nispel, demuestran la inmensa respuesta del público de ambos filmes, definitivamente instalados en el imaginario colectivo, como quedó claro el pasado 11 de noviembre de 2024 en la sala 17 de Multicines Tenerife, día dedicado desde el Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna Isla Calavera a La Matanza de Texas.