El slasher juvenil tuvo su época dorada en la década de los 80 donde franquicias como Pesadilla en Elm Street, Viernes 13, Muñeco Diabólico o Halloween campaban a sus anchas, generando secuelas que se convertirían en citas anuales para los fans. El género se fue desgastando hasta que, en 1996, Wes Craven, uno de los promotores de esta era, dio un vuelta de tuerca curiosa de la mano de Kevin Williamson con Scream, proponiendo un juego metafictivo, entre parodia y reevaluación de los patrones. Un año más tarde, Williamson se apuntó otro tanto con Sé lo que Hicisteis el Último Verano, película que fusionaba los componentes clásicos del slasher con la nueva perspectiva marcada por Scream.
REBOOT DE LA CARTELERA DE LOS 90
Menos prolífica que la contemporánea Destino Final (dos secuelas en 1998 y 2006 y una serie de televisión a modo de reboot en 2021), esta nueva serie de películas no tardaría en mostrar el agotamiento de ideas, máxime teniendo en cuenta que poco o nada aportaba al esquema que la propia Scream se había encargado de criticar. Casi 30 años más tarde, la cartelera sigue trayéndonos nuevas entregas de Scream o de Destino Final, por lo que alguien debe haber pensado si no sería un buen momento para relanzar también esta franquicia.
MISMOS INGREDIENTES, DIFERENTES CONDIMENTOS
La nueva entrega de Sé lo que Hicisteis el Último Verano (que obvia en su título cualquier adenda numérica, como también pasó con Scream en su relanzamiento de 2022) canibaliza todos los componentes que ya definieran la resurrección de su hermana mayor. Tenemos un reparto nuevo, se suman componentes propios de nuestra cultura actual (podcasts de true crimes), pero se mantiene el mismo esquema argumental, el lugar donde tienen lugar los crímenes y hay papeles relevantes para protagonistas de la cinta original (incluso algún cameo “inesperado”).
La base argumental reitera sin avergonzarse las mismas ideas de la película de 1997. Un grupo de amigos, en una salida de fiesta, provocan un accidente y ocultan su implicación en la muerte, para después ser asesinados uno a uno por alguien con la misma indumentaria tradicional de la saga. Cambia la relación entre los personajes, cambia la escenificación de los crímenes y se añaden un par de giros sorpresa, especialmente dirigidos a los espectadores veteranos de la saga. Poco más que añadir.
CARIÑO NO EQUIVALE A TALENTO
Ni el guion de Jeff Howard y Leah McKendrick, ni la dirección de Jennifer Kaytin Robinson resultan mínimamente destacables. Sí, se evidencia un aprecio por la película original y un intento de hacer algo que honre el legado, además de abrir la puerta a nuevas películas, pero todo resulta demasiado plano y formulaico, sin un apunte de originalidad o frescor.
El nuevo elenco (Madelyn Cline, Chase Sui Wonders, Jonah Hauer-King, Tyriq Withers, Sarah Pidgeon) carece de presencia, y mucho menos con los personajes y los diálogos que les han proporcionado. Tal vez no hayamos hecho demasiado mayores para este tipo de pelis, pero nos da la impresión de que este grupo de adolescentes resulta aún más estúpido y caricaturesco de lo que ya eran sus equivalentes en los 90. Por otro lado, el componente fan service no sólo es irrelevante, sino que está metido con calzador.
No sabemos si este nueva entrega servirá para interesar a las nuevas generaciones en una franquicia que ya hace 30 años tampoco era relevante. Como relanzamiento, nos parece no sólo innecesario, sino mal ejecutado. Esperemos no tener que repetir dentro de un año eso de “sé lo que hicisteis hace 30 años (…y no hace falta que me lo recuerdes)”.