Zack Snyder ha conseguido convertir la controversia en el motor de su filmografía. Si ya con su adaptación de Watchmen generó posiciones contrastadas, su toma de la insignia de DC con El Hombre de Acero y Batman v. Superman: El Amanecer de la Justicia creó opiniones muy polarizadas al respecto. Los avatares de la creación de La Liga de la Justicia, las tragedias que hay detrás, el pulso entre cineasta y estudio, las comparativas entre la versión de Joss Whedon y la de Snyder que ahora se presenta en la plataforma de HBO, bien darían para una película tan o más épica que la que aquí nos ocupa.
Este denominado Snyder Cut (La Liga de la Justicia de Zack Snyder) no es meramente una versión extendida de la cinta vista en 2017, sino una reformulación de la misma en base a la concepción original que había hecho el cineasta y que finalmente no se llevó a cabo.
En este sentido, su existencia es todo un acontecimiento. A grandes rasgos, tenemos que decir que nos parece una versión superior a la estrenada en salas, donde la hibridación de lo rodado por Snyder, más los añadidos de Joss Whedon y la intervención de Warner para obtener un producto más “marvelita” dieron como resultado una cinta irregular, sin personalidad y cargada de contrasentidos.
Un montaje de 4 horas de duración
Esto no quiere decir que la versión de Snyder sea perfecta, ni mucho menos. Aquellos que abominaron de su dos aportaciones anteriores al universo cinematográfico de DC encontrarán aquí una repetición de conceptos, exacerbados incluso en su montaje de cuatro horas.
Curiosamente, la duración del metraje no acaba siendo un problema y la película acaba encontrando su ritmo. Más grave nos parecen otras decisiones (caprichos) del cineasta como el formato cuadrado donde finalmente ha encajonado la imagen, su abuso de la cámara lenta o la introducción de escenas absurdas, gratuitas y hasta ridículas de lo artificioso que resultan como el canto de las mujeres islandesas o el ritual de las amazonas para avisar de la llegada de Steppenwolf.
Por otro lado, tenemos una película mejor cohesionada, con un tono mejor afinado y donde las secuencias más importantes (la resurrección de Superman, el clímax final) resultan mucho más satisfactorias.
Este Snyder Cut nos llega también con vocación de obra inacabada, abriendo líneas argumentales que (a priori) no van a ser continuadas, dejando claro cuáles eran las pretensiones del director, pero, al mismo tiempo, lastrando de manera gratuita y caprichosa el carácter conclusivo de la película.