Flash, la esperada película en ¿solitario? del corredor escarlata de DC, ha llegado por fin a las pantallas de cine, después de una conflictiva producción que ha cogido a sus autores en medio de un proceso de transformación de la franquicia de superhéroes del estudio Warner Bros. En el proceso de creación de esta película, no sólo el Universo Extendido de DC entró en crisis, sino el propio tejido del cine de superhéroes, tan determinante en las dos últimas décadas, parece haber entrado en decadencia.

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

En 2013, finalizada la trilogía de El Caballero Oscuro firmada por Christopher Nolan y, ante el imparable crecimiento de Marvel con su Universo Cinematográfico, Warner decidió dar forma a su propio Universo Extendido, situando al frente al director Zack Snyder, quien con títulos como 300 o Watchmen se había situado como un cineasta muy vinculado al cómic y hábil a la hora de afrontar adaptaciones difíciles, si no imposibles.

Man of Steel y Batman vs Superman. El Amanecer de la Justicia fueron dos títulos con una clara impronta de Snyder, pero que crearon bastante controversia y opiniones contrastadas entre los fans. Warner zanjó el asunto sacando a Snyder de La Liga de la Justicia y entregando el proyecto a un Joss Whedon saliente de Marvel (no de forma precisamente amigable) tras Vengadores. La Era de Ultrón. La versión de Snyder de esta película tardó cuatro años en hacerse realidad, mientras que la versión de Whedon fue ampliamente criticada.

Desde entonces, Warner ha estado en una continua búsqueda de un patrón que unificara sus películas de superhéroes, marvelizando sus producciones y dando palos de ciego, fracaso tras fracaso (ya sea de crítica, de taquilla o de respaldo del fandom, o todo junto). La llegada de James Gunn y Peter Safran al frente de DC Studios, con la misión de perfilar un nuevo universo extendido, desechando en gran parte todo lo anterior, convierte a Flash en la película que clausura esa etapa iniciada en 2013 y, muy especialmente, todo aquello que aún olía a Snyderverso.

FLASHPOINT

Flash toma como punto de partida el arco argumental conocido como Flashpoint, publicado en 2011, con guion de Geoff Johns y dibujada por Andy Kubert, una de las tramas más aplaudidas del personaje. Esta historia ya había sido adaptada de manera bastante acertada en 2013 en formato de película de animación por el Universo Animado de DC, además había servido de inspiración para el arco argumental de la tercera temporada de la serie de televisión Flash de The CW Network. En todos ellos, la capacidad de Flash de retroceder en el tiempo gracias a su velocidad y la Fuerza Veloz provoca un Efecto Mariposa que sacude su propio espacio tiempo, así como el de otros personajes del universo DC. En la nueva película esto genera un cruce de multiversos (vocablo de la década) cuya estabilidad se pone en peligro debido a las paradojas temporales.

FLASH DE DOS MUNDOS

Con todo este material de partida, el cineasta Andy Muschietti crea una película multirreferencial, que picotea de todo el tejido del universo cinematográfico de DC desde sus cimientos audiovisuales, aunque especialmente del pivotal estreno de Batman de Tim Burton en 1989. Estamos ante una historia de aventuras, de fantasía, cargada de humor, que ironiza con el concepto de los viajes en el tiempo y las paradojas temporales, tomando como precedente la trilogía de Regreso al Futuro de Robert Zemeckis.

Al mismo tiempo, entendida como la película que viene a cerrar todo el universo extendido DC inaugurado en 2013 con Man of Steel, no es baladí que el clímax de la película y el gran conflicto temporal generado por Flash conduzca a un nuevo enfrentamiento con el General Zod, reescribiendo la cinta de Zack Snyder.

TIERRAS INFINITAS

A su favor, la cinta tiene la frescura que supone toda esta transversalidad. No sólo sirve de plataforma para plagar la película de guiños nostálgicos, sobre todo con la recuperación de Michael Keaton como Batman, sino que permite construir una trama dinámica y entretenida. Todo el bloque que va desde que las dos versiones de Barry Allen llegan a la mansión Wayne hasta el clímax en la Fuerza Veloz, en nuestra opinión, forma un conjunto compacto con grandes momentos que se pueden situar entre los más granado del cine de superhéroes reciente. E

l peso de dos personajes en la trama, el ya mencionado Batman versión 1989 y la presentación de una nueva versión de Supergirl interpretada por Sasha Calle, es, con diferencia, lo mejor de la película, a lo que se añaden una sucesión de cameos del DC televisivo y cinematográfico (hasta con versiones que nunca llegaron a hacerse realidad), que aportan ese efecto de confortabilidad del fan service.

En el otro lado de la balanza situaríamos no la interpretación de Ezra Miller (quien, en nuestra opinión, soporta el peso de la película con entereza), sino el propio personaje de Barry Allen en su doble variante. En nuestra opinión, aquella propuesta arriesgada de Zack Snyder de perfilar a Barry Allen como un personaje irritante y sin habilidades sociales de ningún tipo es llevado aquí al paroxismo al duplicar su presencia lo que convierte al protagonista de la película en un personaje cargante y antipático, algo hecho de manera consciente, pero cargante y antipático, al fin y al cabo.

Los efectos especiales de la película son atroces, especialmente en lo que se refiere a los momentos de velocidad de Flash y su entrada en la Fuerza Veloz. Algo que debería estar totalmente superado en una película de fantasía con este presupuesto.

La secuencia que prologa la película, con una vergonzante escena en la que unos bebés caen desde lo alto de un hospital que se está derrumbando, parece ser una previsualización a la que falta aún todo un trabajo de perfilar y detallar los elementos en pantalla. Sin embargo, lo peor de todo es la falta de trascendencia de la película. Si bien la trama podía haber servido de puente hacia el nuevo itinerario que Warner quiere dar a su franquicia de superhéroes, lo cierto es que todo acaba con un chascarrillo referencial y sin continuidad.

EXTINCIÓN

A pesar de sus deficiencias, Flash mantiene un bloque central verdaderamente digno de aplauso y muy disfrutable. La película perfectamente se sitúa entre lo mejor que ha dado este Universo Extendido DC que con ella se extingue, aunque curiosamente, en nuestra opinión, las mejores aportaciones hayan venido de aquellas películas, como Joker o The Batman, escindidas de la continuidad.