Nicolas Cage ha tenido siempre una carrera ecléctica y arriesgada, optando por papeles de lo más variado que se han alimentado de su carisma y su histrionismo, algunos para convertirse en iconos cinematográficos, otros para ser carne de memes. Habrá a quien le guste más sus excesos y a quien le gusten menos, pero lo cierto es que ha conseguido tener una impronta personal y la valentía de reinventarse a sí mismo en multitud de ocasiones.

Precisamente, en estos últimos años, después de un periodo de películas meramente lucrativas hechas en serie para saldar deudas con hacienda, el actor ha vuelto a encontrar su lugar en producciones independientes, fuera del sistema mainstream de Hollywood.

Títulos como Mandy, Color Out of Space, Pig o El insoportable peso de un talento descomunal nos recuerdan la categoría del actor de Leaving Las Vegas, El Hombre del Tiempo o El Señor de la Guerra. A las que viene a sumarse ahora Dream Scenario, con uno de los cambios de personaje más inesperados en el actor.

Una nueva producción del sello A24

La cinta supone una nueva oportunidad para el actor de mostrarse con una faceta diferente, aunque sin perder esa cualidad excéntrica marca de la casa. La cinta, producida por el estudio A24 y el cineasta Ari Aster, es una reflexión tan divertida como inquietante sobre algunos conceptos de nuestra sociedad moderna, como son la viralidad y la cultura de la cancelación. Tras la cámara y en el guion encontramos al cineasta independiente Kristoffer Borgli, quien se ha ido labrado una carrera también un tanto particular con historias que sirven de sátira de nuestra sociedad.

Dream Scenario guarda puntos en común con el cine de Spize Jonze (con el que Nicolas Cage trabajó en El Ladrón de Orquídeas, aunque esta cinta recuerde más a Cómo ser John Malkovich) o Michel Gondry por esa plasticidad al a hora de mezclar realidad y fantasía. La película consigue transitar con gran inteligencia de la comedia extraña con la que arranca la historia de este hombre ridículo con ansias de notoriedad que consigue la fama buscada al empezar a aparecer, sin motivo alguno en los sueños de miles de personas, al horror y la desesperación cuando esos sueños empiezan a derivar en pesadillas violentas, afectando a la forma en que estas personas se relacionan con el protagonista que no tiene control ninguno de esas visitas oníricas.

Como argumento extraño y original, la cinta pierde algo de fuelle con un extenso epílogo final, pero sin duda se trata de una de las propuestas más originales y divertidas que nos ha dado recientemente el cine, además de contar con un Nicolas Cage excelso en su capacidad de resultar repelente e insufrible al mismo tiempo que transmite al espectador el sentimiento de inevitabilidad ante todos los acontecimientos de la película.