Una de las cosas que ha hecho al cine coreano tan atractivo a nivel internacional es que es desconcertante. En un momento en el que parece que todas las historias están ya trilladas y que hay poco espacio para la sorpresa, el cine coreano, empleando los mismos patrones de género que en occidente, se las ha apañado para generar todo un catálogo de películas basado en la sorpresa, los giros imposibles, la extrañeza y el desconcierto. Esto ha venido de la mano de toda una oleada de cineastas que han aprendido y estudiado cine de los grandes maestros, pero que han buscado soluciones narrativas propias. Por supuesto, no todas son obras maestras, pero esa búsqueda del asombro bien vale el precio de la entrada.

POR LA FAMILIA, MATO

Ese es el caso de El Bastardo (The Childe), nueva película del director Park Hoon-jung, cineasta que debutó como guionista de Jee-woon Kim con la espléndida Encontré al Diablo y que después estrenaría su primer largometraje como director con la también destacada New World. Con su nueva película, se adentra de nuevo en los terrenos de thriller, con la particularidad de ser una película coproducida por Tailandia, por lo que la trama no sólo se desarrolla en parte en este país, sino que aborda las relaciones entre ambas nacionalidades y, sobre todo, el racismo de los coreanos hacia los tailandeses.

Esta idea desemboca en una frenética persecución, repleta de acción, personajes violentos y ambiciosos y un extraño vínculo de amistad inesperado, que nos recuerda a las cintas frescas y desenfadadas de John Woo o Tsui Hark de finales de los 80 y principios de los 90.

Kang Tae-Ju interpreta a Marco, el bastardo del título, un joven criado por su madre tailandesa, que nunca ha conocido a su padre coreano, y que se gana la vida con una incipiente carrera como boxeador y con diferentes trapicheos. Unos representantes de su padre se ponen en contacto con Marco y descubre que éste es, en realidad, un importante empresario. A partir de ahí diferentes fuerzas intentarán evitar que el reencuentro padre e hijo tenga lugar. Uno de estos agentes, de personalidad un tanto peculiar y cuyas intenciones resultan ambiguas, es el personaje interpretado por Kim Seon-ho, un asesino a sueldo de gran destreza, pero extraña personalidad.

ESO ES TO- ESO ES TO- ESO ES TODO, AMIGOS

El arranque de la película es un tanto irregular. Si bien tiene alguna escena destacada, como el combate de boxeo, la trama tarda un poco en arrancar; sin embargo, una vez el protagonista llega a Corea, el ritmo y la acción toman velocidad de crucero y todo se vuelve frenético y hasta hiperbólico. El personaje de Kim Seon-ho roba continuamente la función y la acción es tan desmadrada que el tono es más cercano al cartoon que al thriller.

La acción, aunque agresiva y, por momentos, explícita y sangrienta, adquiere también un tono más humorístico y caricaturesco, zarandeando al protagonista y al público de una situación inverosímil a otra, hasta llegar al clímax final que se convierte en una auténtica explosión de sangre y violencia. Superado los ajustes de ritmo del principio, la puesta en escena de Park Hoon-jung es demencial y vigorosa, con un crescendo continuo y con personajes e interpretaciones más y más estrambóticas, siendo únicamente Kang Tae-Ju quien mantiene el tipo, marcando el contraste y la mirada racional hacia todo el desvarío en el que se ve inmerso.

DIVERTIMENTO

El Bastardo es un divertimento. No pretende otra cosa, salvo entretener al público, mantenerlo en vilo ante los continuos giros de trama y el devenir de la acción y ofrecerle una experiencia desproporcionada y divertida con la que pasar un rato divertido y sorprendente, con una estupenda factura y personajes carismáticos.

* El Bastardo formó parte de la Sección Oficial a Competición de Largometrajes del Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna Isla Calavera 2023.