Aunque Carmilla permanece como su novela más conocida y prestigiosa (y con una adaptación cinematográfica sublime, Vampir de Carl Theodor Dreyer), Joseph Sheridan Le Fanu legó a la literatura otras maravillosas obras de suspense y terror, como es el caso de El Tío Silas, una formidable novela de terror gótico, generosa en lo que se refiere a ambientes malsanos y relaciones familiares tóxicas. Con la formulación de la teoría feminista a finales del siglo XVIII y la proliferación de autoras que denunciaban la discriminación social de la mujer como Jane Austen o las hermanas Brönte, la novela gótica se alimentó mucho de esos entornos morbosos y macabros, donde los personajes femeninos estaban enclaustrados y sometidos al albedrío de los masculinos. Conceptos como la “loca en el ático” empiezan a proliferar en la narrativa para reflejar el abuso físico y psicológico al que se veían sometidas las mujeres.

LA LOCA EN EL ÁTICO

La referencia a aquellos inicios del feminismo no es baladí. El Legado es una adaptación libre de la obra de Le Fanu, necesariamente reduccionista ante la extensión y complejidad de la obra literaria, pero también llevando los conceptos de la novela a parámetros más acordes con la mirada actual, incentivando el carácter indómito y rebelde de la protagonista, Maud Ruthyn. La actriz Agnes O’Casey supone todo un descubrimiento en esta película, abordando con entereza este rol y sosteniendo sobre sus hombros todo el peso dramático de la película.

El Legado, de Lisa Mulcahy
El Legado, de Lisa Mulcahy

Bajo la tutela de su Tío Silas (un también excelente David Wilmot), Maud verá su autoridad como heredera demolida ante la potestad masculina de su tutor, sometida a todo tipo de abusos y aberraciones con el fin de arrebatarle la propiedad de Knowl, la hacienda familiar, y contando además con la complicidad de otros prohombres como el médico local.

El componente femenino de la película viene fuertemente reforzado por su directora y su guionista, Lisa Mulcahy y Elisabeth Gooch, pero también por una producción eminentemente formada por mujeres (fotografía, edición, dirección artística). Su interés en todo momento apunta a esa revisión feminista de la literatura gótica presente en otros títulos del cine y la literatura actual, que evidencian de manera más clara y rotunda los elementos apuntados por los literatos del siglo XIX.

LOCUS EREMUS

Uno de los aspectos fundamentales de la novela gótica y de este tipo de novelas es la presencia del entorno y, muy especialmente, el valor que adquieren las casas tanto como representación de los sublime (locus amoenus) como de lo opresor (locus eremus). Para esta adaptación, y en aras de esa concreción de la obra original, la trama se desarrolla en Knowl y no en Bartham-Haugh, como en la novela de Le Fanu. Este cambio es fundamental y está perfectamente articulado por Gooch y Mulcahy. De esta manera, la presencia de la casa se convierte en un medidor de la relación entre los personajes.

Maud es presentada inicialmente como una persona solitaria y celosa de su privacidad, no especialmente interesada en la interacción social. En este sentido Knowl, actúa como un espacio acogedor y protector, una metáfora de la figura de su padre recién fallecido. Con la llegada de Silas y sus hijos, Knowl se ve infectada por su presencia y, paulatinamente, se va convirtiendo en un espacio amenazador y tenebroso.

Recuperar la atmósfera anterior en la casa supondrá para la protagonista recuperar también su libertad, aunque por el camino haya una dolorosa pérdida de la inocencia. En todo esto, juega un papel decisivo la exquisita fotografía de Eleanor Bowman, convirtiendo cada secuencia en una obra pictórica, con clara influencia de paisajistas británicos decimonónicos como William Turner o John Constable.

MIRANDO AL PASADO

El Legado no es una adaptación fidedigna, por necesidades de duración y por el valor de la mirada femenina desde el siglo XXI. Se toma muchas libertades en cuanto a la letra de la novela; sin embargo, esos sacrificios e infidelidades lejos de alejarla de la obra de Le Fanu, en nuestra opinión, lo que hace es salvaguardar los valores más importantes. El resultado es una película pequeña, modesta, pero exquisitamente realizada, con un espléndido plantel de actores y con una inteligente relectura no sólo del clásico de Le Fanu, sino de ese romanticismo británico que encontró lo sublime dentro de lo tenebroso.

El Legado, de Lisa Mulcahy
El Legado, de Lisa Mulcahy