Hace poco hablábamos de El Insoportable Peso de un Talento Descomunal y de la habilidad de un actor como Nicolas Cage de estar en continuo proceso de cambio en su carrera. Nos quedamos con la imagen más estrambótica e icónica del actor, pero nos olvidamos de lo variada y arriesgada que ha sido su filmografía, abordando todo tipo de personajes y apostando por la moderación y la introspección cuando así lo requiere el papel.

Precisamente, su papel en Leaving Las Vegas, una de sus interpretaciones más aplaudidas (Oscar incluido) quedaba muy lejos del hiperbólico espectáculo de Corazón Salvaje, Snake Eyes, Cara a Cara o Mandy, por mencionar algunas.

Pig es una película rodada antes de El Insoportable Peso de un Talento Descomunal y se sitúa en las antípodas de la autorreferencial cinta dirigida por Tom Gormican; sin embargo, ambos títulos han servido para revalorizar la carrera de un actor que parecía estar ya definitivamente condenado al ostracismo en Hollywood y que ha renacido como ave fénix.

NO ES UNA PELÍCULA PARA ESTRELLAS

Con Pig, Nicolas Cage demuestra una vez más que no tiene ningún inconveniente en mostrar una imagen suya lo menos glamourosa y hollywoodiense posible. Una de las ventajas de trabajar fuera del entorno de las grandes superproducciones es que el actor se siente libre para adaptarse al personaje, sin tener que cumplir con una serie de requisitos estelares. En Mandy, por ejemplo, no tuvo inconvenientes en mostrar la decadencia del cuerpo del que fuera una de las estrellas del cine de acción de 90.

En Pig, lo vemos envejecido, gordo, desaliñado, sucio para un personaje adusto, poco comunicativo y hasta antipático, pero que encarnado por el actor adquiere unas dimensiones casi míticas en pantalla. Este personaje y esta historia acerca de un recolector de trufas al que le roban su cerda trufera, caería a la papelera de cualquier agente de Hollywood; sin embargo, el haber encontrado a Nicolas Cage aporta una humanidad y una dimensión inesperada a la narración.

Hay precisamente en el personaje también una sensación de renacer. Abandonado de sí mismo al principio de la película, el viaje emocional del personaje supone también un resurgir de las cenizas, no para ser quién era, pero sí para hacer las paces con sus demonios internos.

NO, NO ES JOHN WICK

Desde un primer momento, la película ha cargado con la comparativa con John Wick en base a cierta semejanza en su premisa argumental, a pesar de que no tienen nada que ver la una con la otra. Es cierto que en el primer tercio de película se juega con la falta de información acerca del pasado del protagonista y la sorpresa y el temor que su regreso a la civilización provoca.

También existe en ese primer tercio una atmósfera de violencia contenida que parece presagiar una explosión brutalidad en el tramo final; sin embargo, lo maravilloso de la cinta es que es capaz de darle un giro a todas esas expectativas y llevar la historia por otros derroteros, un desarrollo argumental que dependía sobremanera de encontrar al actor adecuado para transmitir de manera contenida y sutil la verdadera faceta del personaje protagonista. Y sí, ese actor, aunque resulte sorprendente, es Nicolas Cage.

CARTA DE PRESENTACIÓN

Después de varios trabajos en el terreno del cortometraje y la televisión, Pig es el debut en el largometraje de Michael Sarnoski. El director sale victorioso a la hora de equilibrar los diferentes tonos que arrastra esta historia. De lo descarnado y violento transita hacia la serenidad y la contemplación sin que resulte forzado o caprichoso. En este sentido, con una puesta en escena sencilla y sin aspavientos, conocedor de que su principal herramienta está en el trabajo con Cage y el resto de los actores, Sarnoski se revela como un narrador con una fina sensibilidad y un afinado pulso narrativo.

RENACER

Todos tenemos nuestras películas favoritas de Nicolas Cage. Para nosotros, en ese círculo están títulos como Leaving Las Vegas, El Ladrón de Orquídeas, El Señor de la Guerra o El Hombre del Tiempo.

Pig entra en ese grupo si ningún tipo de sentimiento de inferioridad, evidenciando que Nicolas Cage, si es que alguna vez se fue, se encuentra en un momento dulce de su carrera y que no ha perdido el olfato, no para las trufas, sino para proyectos emotivos e inesperados.

Póster de PIG, de Michael Sarnoski.
Póster de PIG, de Michael Sarnoski.