A estas alturas de la carrera de Nicolas Cage, ¿qué espectador no espera volver a ver al actor en su interpretación más pasada de vueltas? Cage lo sabe y regresa voluntariamente a este registro en “Mamá y papá”, Mom and Dad.
Mom and Dad no es una excepción y Nicolas juega sus cartas y muestra su oficio de manera magistral con un inicio muy contenido que eleva su otra interpretación hacia la estratosfera.
Selma Blair (Hellboy) y Cage son Kendall y Brent, un matrimonio con dos hijos y algunos de los problemas estereotipados de las parejas cinematográficas norteamericanas y sus retoños adolescentes. La trama se pone interesante cuando un síndrome desata el deseo homicida, salvaje e irrefrenable, por asesinar a su estirpe (Carly y Josh).
Una suerte de invasión de adultos psicópatas focalizada en erradicar a su progenie que genera todo tipo de situaciones, desde las más salvajes a las más cómicas. Más allá de la narración evidente, algunos encontrarán una analogía feroz con el difícil papel de ser padre durante la adolescencia.
Escribe y dirige Brian Taylor, artífice de la hiperactiva saga Crank (Crank: Alto voltaje,
2006 y Crank: Veneno en la sangre , 2009) aportando su realización salvaje y gamberra, que le viene como anillo al dedo a Cage e insufla algo de la energía que precisa la interpretación de Blair.