Resulta llamativo como Jordan Peele, viniendo del terreno de la comedia, logró auparse a un puesto de preponderancia dentro del fantástico moderno con tan sólo una película en su haber como director. Desde luego, la temática racial jugó un papel determinante en ello, pero aún así pocos debuts en el género han resultado tan meteóricos, con Oscar a mejor guion original incluido.

Con sus virtudes y defectos, Déjame Salir apostaba por un discurso muy preponderante y un tono más cercano al fantástico de los años 70.

Su siguiente trabajo, Nosotros, no cuenta con el factor sorpresa, es más, ha llegado con el hándicap de tener que afrontar un listón alto; sin embargo, nos parece una película muy superior, más madura, en todos los aspectos, donde Peele demuestra que ha sabido limar las asperezas de su debut y ofrece una cinta sólida, de poderosa puesta en escena, con un reparto bien afinado (muy especialmente una espléndida Lupita Nyong’o) y con un discurso político y social mejor articulado, alejado del tono propagandístico de su opera prima.

Superada la fase de introducción de personajes e historia, Nosotros está armada en base a tres extensas, agresivas e intensas secuencias donde el director juega a poner del revés en el mejor sentido Shyamalanesco las expectativas del espectador.

Peele recoge el concepto de la otredad, y le da una suculenta vuelta de tuerca, con un juego metafórico en el que podemos ver una crítica a los postulados neoliberales que encarna actualmente la administración Trump, pero que parte de más atrás, del nacimiento de los movimientos sociales en la década de los 70. Peele bebe así de George A. Romero, de Rod Serling y otros cineastas que supieron traducir en clave fantástica el bullir social de su época y los adapta al siglo XXI.