Tom Cruise ha querido conmemorar los 30 años de su franquicia cinematográfica de Misión Imposible con un año de antelación. Misión: Imposible – Sentencia Final ha llegado a nuestras carteleras 29 años después de que la estrella protagonizara y produjera la primera entrega. Durante todo este tiempo, si bien Cruise ha estado involucrado en otros proyectos, lo cierto es que el personaje de Ethan Hunt ha monopolizado su filmografía. Salvo las dos últimas, cada entrega ha funcionado de manera episódica, aunque la relación entre algunos personajes haya dado juego para guiños internos a lo largo de toda la franquicia.
EXPEDIENTE FMI
Es cierto que hay un componente repetitivo, formulaico, en todas ellas. Recuperar la Lista NOC, evitar un ataque terrorista bioquímico, evitar que la Pata de Conejo llegue a manos de un traficante de armas, y así hasta completar las ocho aventuras; no importa el objetivo a cumplir, éste es simplemente el McGuffin, una excusa para colocar al equipo Fuerza Misión Imposible (FMI) siempre al límite y, sobre todo, que su líder despliegue todo tipo de alambicadas pruebas físicas. Para un amante de los deportes de riesgo, esta saga de acción le ha permitido a Tom Cruise llevar a cabo proezas en la gran pantalla realmente arriesgadas, imposibles que diría alguno.
No importa quién firme el guion (y ha tenido guionistas de prestigio como Robert Towne, David Koepp o el propio Christopher McQuarrie), la trama es lo de menos y debe ajustarse a una serie de requisitos: persecuciones en coche, en moto, corriendo, subir a trenes de alta velocidad en marcha, buceo a pulmón, escalada escarpadas, trepar por el edificio más alto del mundo, saltar a un precipicio en moto, skydiving, saltos halo, despegar en el fuselaje de un avión. A Ethan Hunt Tom Cruise siempre le exige el más difícil todavía. Y como espectadores, recordamos la película más por estas secuencias de riesgo que por la misión a cumplir o incluso por lo actores involucrados en cada entrega.
ESPÍRITU CLÁSICO
Tom Cruise ha ideado siempre esta franquicia como un vehículo para construir un tipo de cine de entretenimiento clásico, donde el asombro del espectador no viene dado por imágenes virtuales, sino por la emoción de saber que lo que sucede en pantalla lo ha llegado a cabo físicamente la estrella de la película. Las referencias, más allá de la propia serie de televisión original, son claras, no sólo la saga de James Bond, de la que Cruise ha querido ser siempre una alternativa ambiciosa, llegando incluso a propiciar un cambio de enfoque en la competencia. El 007 de Daniel Craig, le debe tanto o más a Ethan Hunt que a Jason Bourne.
El referente original nos atrevemos a decir que está en Alfred Hitchcock y Con la Muerte en los Talones, no por nada, Cary Grant y su Roger O. Thornhill ya fueron el modelo a seguir por la franquicia cinematográfica de Bond, y tampoco es complicado ver la endiablada estructura de montaña rusa de la cinta de Hitchcock como base de las películas de Ethan Hunt. La diferencia es que, de haber estado en las manos de Tom Cruise, el clímax final se hubiese rodado en el verdadero Monte Rushmore y no en una réplica en plató (¿Se imaginan a Ethan Hunt colgado de la nariz de George Washington?).
CERRANDO EL RELATO
Esta nueva entrega, precisamente por su probable despedida del personaje principal, pretende ser un sumum de todo lo que ha sido la saga, tanto a nivel de acción, como argumental, con regreso de algunos personajes o referencias a circunstancias vistas en las siete entregas anteriores. Esto puede resultar un tanto forzado en alguna ocasión (algún personaje que de repente cambia su nombre para desvelar un parentesco con un histórico de la franquicia), y da una sensación de falsa continuidad, de destino marcado a toda la trama. Aun así, también podemos celebrar la reaparición de cierto analista de la CIA no demasiado fan de los cuchillos o los laxantes.
EL MÁS DIFÍCIL TODAVÍA
Vamos a decir que Misión: Imposible – Sentencia Final no es la mejor entrega de la saga, a pesar de lo amplios esfuerzos de Cruise y su equipo para que así sea. La principal debilidad la encontramos en una primera parte del metraje, casi a modo de prólogo muy extendido, que busca resumir muchas acciones hasta colocar la historia en el punto de partida que realmente interesa a sus creadores. Eso sí, no es un prólogo pasivo, todo lo contrario, está repleto de acción y situaciones que van tensando el tono narrativo, pero sí da una sensación premura en el primer tercio de película, como si estuviéramos viendo un resumen de la temporada anterior de una serie.
Otro aspecto, destacado históricamente de la franquicia, pero que toca en este octava entrega su punto más flojo, es el musical. Es cierto que partimos de uno de los temas principales más emocionantes y vibrantes de la historia de la televisión, obra del gran Lalo Schifrin, pero mientras en entregas anteriores se ha contado con espléndidos músicos que han sabido aportar con su partitura al conjunto de la película (Danny Elfman, Hans Zimmer o, sobre todo, Michael Giacchino), la contribución del tándem Max Aruj y Alfie Godfrey, aunque efectiva, resulta insulsa y sin personalidad.
AL FILO DEL ABISMO
Sin embargo, esto no convierte a la cinta en una entrega endeble, ni mucho menos. La factura a manos de McQuarrie vuelve a ser pulcra y elegante. El guionista y director puede no ser un cineasta de la pericia de Brian de Palma, pero se ha convertido en el mejor socio de Tom Cruise para dar a la franquicia el ritmo y la sofisticación esperada, sino cuestionar las decisiones de la estrella y productor. Bajo su batuta, las secuencias de acción vuelven a ser extremadamente alambicadas y excitantes. Evidentemente, toda la parte de la avioneta pasará a los anales de la franquicia, pero no podemos olvidar esa extensa set-piece paralela entre la subtrama de los submarinos y la de la Isla de San Mateo.
McQuarrie da en esta segunda parte, por su carácter conclusivo, una mayor relevancia a la relación de los personajes. Hay un buen apoyo de los personajes secundarios, sobre todo la química entre Cruise, Simon Pegg y Ving Rhames. Probablemente, dentro de esto, lo más débil sea el personaje de Esai Morales, Gabriel, cuya presencia en pantalla viene para cerrar un hilo pendiente de la cinta anterior, y, sobre todo, dar al héroe un antagonista de carne y hueso al que poderse enfrentar cara a cara. Y es que, siguiendo la estela de la séptima entrega, aquí concluimos la trama de ciencia ficción, con la inteligencia artificial como gran adversario.
La labor de montaje de la película es también todo un logro. No sólo por cómo están construidas las escenas, con varias acciones funcionando de manera paralela; sino por su sensación de conjunto. Salvo las dificultades de su arranque, para sus casi tres horas de duración, el ritmo y la habilidad para mantener la tensión en el espectador es ejemplar.
Curiosamente, con todo el complot internacional, ésta es probablemente la entrega que se ajusta más al cine de espías de toda la saga. Es más, nos atreveríamos a decir que la referencia en esta entrega no es tanto las películas de espionaje tipo James Bond, sino que los ecos nos llevan hacia otro personaje literario, Jack Ryan, y las tramas propias de Tom Clancy (con confrontación con rusos y submarinos nucleares de por medio).
MISIÓN CUMPLIDA
El resultado es una película apasionante, magnífico ejemplo de lo que debe ser un blockbuster veraniego, que a penas sufre sus casi tres horas de metraje y que nos ofrece uno de los mayores espectáculos cinematográficos del año. No sabemos si ésta será la última entrega de la franquicia, si ésta continuará sin Tom Cruise o si Tom Cruise querrá mantenerse al frente de la acción. Tampoco es la primera vez que la saga está en este impasse. Ya sucedió cuando Paramount intentó quitarle la franquicia a Cruise después de Misión Imposible 3 en 2006, teniendo que volver a recurrir a él en 2011 para mantener el futuro de la saga. Sin embargo, todo apunta a que es el propio Cruise quien entiende que su tiempo como Ethan Hunt ha llegado a su final y por primera vez en casi 30 años, el actor no cuenta con el rodaje de una nueva entrega de Misión Imposible en su line up de futuros proyectos.