En apenas 10 años, Five Nights at Freddy’s se ha convertido en todo un fenómeno. Cuando el videojuego principal fue creado en 2014, poco podía suponer su creador, Scott Cawthon, que su creación independiente iba a convertirse en una franquicia tan extensa y lucrativa. Publicado originariamente en la plataforma Desura, rápidamente el juego pasó a las principales plataformas y a adaptarse para todos los formatos de consolas, ordenadores y otros dispositivos.

Con la publicación de nuevas entregas del juego (nueve en total) y un amplio abanico de spin offs, la historia del juego ha ido creciendo y ramificando, creando todo una mitología a su alrededor. Los personajes animatrónicos del juego ha pasado a protagonizar su propia línea de juguetes, desde peluches, Funkos y otras variantes de juguetes. Cawthon ha estado profundamente implicado en todos los pasos que daba su creación, siempre supervisando y aprobando que no se desvirtuara su criatura.

DE LA CONSOLA AL CINE

Estaba claro que, ante esta demanda del juego, más pronto que tarde sería llevada al cine, aunque, finalmente, ha sido más tarde que pronto. La cinta ha tardado casi 10 años en hacerse realidad, a riesgo de que la burbuja del éxito del videojuego se desinflara. Afortunadamente, la versión cinematográfica llega antes de que su popularidad decaiga, de ahí la enorme demanda de público para ver la película en cines el primer fin de semana.
La adaptación al cine no se planteaba complicada. La historia estaba ya bastante masticada y el diseño de los personajes animatrónicos muy bien definido.

Cualquier cambio en el diseño artístico hubiese supuesto la reclamación de los fans y la posible pérdida de espectadores fundamentales de la película. Otra idea a aplaudir es que, independientemente de la participación en los efectos de la tecnología digital y la infografía, los animatrónicos fueron creados realmente como marionetas a tamaño real.

ENGRANAJES

Aunque en esencia la trama respeta bastante la historia de los videojuegos, sí nos encontramos con muchas variaciones sobre el original, algo que nos parece más capricho que decisiones verdaderamente relevantes para la historia. Es más, hay muchos elementos a nivel de guion que nos parecen innecesarios y de relleno. Su presencia ahí podría justificarse como herramientas para dar una mayor dimensión dramática a los personajes, pero no es el caso, o mejor dicho, fracasan notablemente. Hay momentos en los que los personajes desarrollan comportamientos erráticos y absurdos en aras de ese refuerzo dramático.

El apartado interpretativo tampoco es especialmente destacable. Matthew Lillard sobrevive a base de puro carisma; Josh Hutcherson sigue igual de ñoño que siempre, al igual que Elizabeth Lail; Piper Rubio resulta un tanto irritante; y Mary Stuart Masterson está totalmente desaprovechada y su personaje no aporta nada a la trama.

RETRIBUCIÓN

Resulta llamativo que algunos espectadores hayan acudido a la sala con una sensación de nostalgia, cuando el videojuego apenas tiene 10 años, pero sí es cierto que el tono de la película apela a ello. Para nuestro gusto, a esta historia le falta sangre, le falta irreverencia y le falta algo más de humor. Seguro que será muy taquillera, pero, como película, nos ha parecido bastante anodina.

La puesta en escena de Emma Tammi es francamente limitada y rutinaria. Siendo de lo peor que ha hecho Nicolas Cage (que ya es decir), sinceramente, nos quedamos con esa frikada apócrifa del Five Nights at Freddy’s que es Willy’s Wonderland.