País: España, Bulgaria
Año: 2014
Duración: 110 mins.
Fecha de estreno en España: 23 de Enero de 2015.
Web: automata-movie.com

Dirección: Gabe Ibánez | Guion: Gabe Ibánez, Igor Legaretta Gómez, Javier Sánchez Donate | Producción: Danny Lerner, Les Weldon, Antonio Banderas y Sandra Hermida | Fotografía: Alejandro Martínez | Montaje: Sergio Rozas | Diseño de producción: Patrick Salvador | Vestuario: Armaveni Stoyanova | Música: Zacarias M. De La Riva |

Reparto: Antonio Banderas (Jacq Vacuan), Dylan McDermott (Sean Wallace), Melanie Griffith (Dupré), Birgitte Hjort Sørensen (Rachel Vacuan), Robert Forster (Robert Bold), Tim Mcinnerny (Vermon Conway), Amdy Nyman(Tom Ellis), David Ryall (Dominic Hawk), Geraldine Somerville (Samantha).

Gabe Ibáñez tal vez no tenga una extraordinaria carrera en el cine que sea muy digna de mención. Sin embargo, tiene el privilegio de haber trabajado con y por algunos de los grandes nombres del cine español. Habiendo trabajado para Álex de la Iglesia, habiendo dirigido a Elena Anaya, estamos en uno de esos casos de cineasta hecho a sí mismo, a base de dedicar cientos de horas a ver como otros hacen cine. Habiéndose dedicado sobre todo al mundo de los efectos digitales, no tiene empacho en reconocer que el cine que quiere hacer es de ciencia ficción.

Y eso en España es un problema. Tanto es así como que los pocos experimentos que se han llevado a cabo, han terminado en su mayoría en sonoros fracasos. Ejemplos como El Caballero del Dragón, allá en los deliciosos años ochenta son muestras claras de que hay poco espacio en la producción patria para un género tan denostado; salvo que estén tocados, eso sí, por la varita mágica del sarcasmo y la ironía ibérica como es el caso de Acción Mutante.

Gabe Ibáñez ha tenido la suerte en este caso de cruzarse con el que probablemente sea el actor más internacional que haya dado nuestro país, Antonio Banderas, otro fan reconocido del fantástico. Antonio Banderas asume el desafío como productor y se presta como actor principal para dar empaque estelar a la producción.

Parecen pues los ingredientes necesarios para poder darle el empujón necesario al género. El problema es que la ciencia ficción hace tiempo que dejó de innovar y todo lo que se lleva a cabo se hace en base a referencias de otras cintas. La clave resulta en ser capaz de elegir las referencias correctas, mezclar los elementos que ya existen para poder ofrecer al espectador algo que le aporte, visual y emocionalmente lo que los originales no han podido. Esto ocurrió con Moon, de Duncan Jones, por ejemplo, y no ocurre, por desgracia en Autómata. La sociedad decadente de Blade Runner, los robots emocionales de ésta y de Inteligencia Artificial, los detalles programáticos de Yo, Robot (novela y película) y algunos detalles que nos retrotraen a la visualidad blanquecina de El Libro de Eli se mezclan un amasijo de digestión pesada, probablemente a raíz de la discontinuidad en el ritmo de la película.

Autómata

Y es que Autómata esta llena de buenas intenciones, bien interpretada y con una puesta en escena más que correcta. Pero sin embargo se pierde en escenas demasiado largas que aportan más bien poco, y no desarrolla aquellas que son más prometedoras, lo que no es un problema de dirección, si no de guión, quizás la parte donde la ciencia ficción encuentra más potencia para desarrollar sus postulados.

El argumento nos sonará ya a clásico (y volvemos a las referencias) y consiste en unos robots que toman consciencia de sí mismos y los dilemas éticos y morales que surgen con ello. No hace falta contar mucho mas, pues salvo contados (aunque relevantes) efectos de la historia, la película se va volviendo previsible conforme avanza, de nuevo un problema de guión, y de nuevo una oportunidad fallida para el lanzamiento de la Ciencia Ficción española.