El triunvirato formado por Jim Abrahams y los hermanos Jerry y David Zucker no sólo revolucionaron la comedia de los 80 y 90 con sus parodias cinematográficas, estableciendo un cine propio, sino que además recondujeron la carrera profesional de Leslie Nielsen, un actor veterano que debutó en la televisión de los 50 y se ganó una reputación sobre todo con papeles dramáticos. El papel secundario de Nielsen en Aterriza como Puedas y, sobre todo, su papel de Frank Drebin en la efímera serie Escuadrón de Policía de 1982 y su salto al cine con la trilogía de Agárralo como Puedas lo convirtieron en uno de los actores de comedia más populares hasta su fallecimiento en 2010, encadenando (con y sin la ZAZ) el mismo tipo de papeles y de comedias absurdas que, en nuestro país, su título siempre acababa con la muletilla “como puedas”.
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El sello tan personal de la vis cómica de Nielsen hacía impensable una continuación de la saga sin la presencia del actor; sin embargo, el director y guionista Akiva Schaffer y el productor Seth MacFarlane tuvieron la idea de recurrir a otro intérprete de escaso recorrido en comedia, y con una imagen más vinculada al cine de acción, Liam Neeson, y además completar una pareja imposible con la participación de Pamela Anderson.
Una de las ventajas de la nueva Agárralo como Puedas es que sabe navegar a dos aguas. Por un lado, respeta mucho y sabe continuar el tipo de humor de la ZAZ, con gloriosos momentos de comedia absurda, pero también sabe construir un itinerario propio. La trama principal es tan simple y referencial como la de las películas anteriores, con personajes construidos a partir de puros arquetipos, y donde la comicidad se construye situando a esos personajes del perfil tan serio en situaciones disparatadas o incoherentes.
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La película está plagada de referencias a diferentes películas, con la saga de Misión Imposible a la cabeza, pero también con algunos guiños cargados de mala baba a la realidad (Danny Huston como sosias de Elon Musk). La cinta no tiene reparos en recurrir a todo tipo de chistes soeces y grotescos, siempre buscando coger desprevenido al espectador y corromper las imágenes encasilladas de los actores protagonistas.
Sin lugar a dudas, lo mejor de la función es la pareja formada por Liam Neeson y Pamela Anderson. No sólo ambos están dispuestos a hipotecar sus respectivas carreras con papeles que buscan sobre todo ponerles en ridículo, sino que cuentan entre sí con una química prodigiosa, potenciando la comicidad particular de cada uno de ellos. El número musical de Anderson o las pugnas de Neeson con los perritos con chili son algunos de los muchos ejemplos que nos va aportando la película, a la que se suman gags recurrentes como el del café (heredado de Bitelchús Bitelchús y el personaje de Willem Dafoe, que perfectamente podría tener cabida en la película).
La puesta en escena de Akiva Schaffer es robusta. Sabe manejar el tono de la cinta, pero al mismo tiempo da empaque a los momentos de acción, como la secuencia del atraco al principio o todo el clímax final.
Echamos de menos varias cosas, como algún gag con Venganza, los títulos de crédito de la saga original con la sirena de policía, o el tema principal de Ira Newborn (aunque la música de Lorne Balfe reciclando su partitura de Misión Imposible. Fallout funciona de maravilla).
Habrá quien eche de menos una mayor batería de gags como en las películas anteriores; sin embargo, en nuestra opinión, no sólo Agárralo como Puedas ha sabido reciclarse espléndidamente, sino que nos ha aportado las mejores carcajadas en lo que llevamos de verano.