Con el violento thriller ambientado en el salvaje oeste Stop over in hell recién presentado en la Muestra SyFy de Madrid, abordamos a su director Víctor Matellano para desgranar las claves de una trayectoria constante con el fantástico como eje.

1. Llegaste a la dirección en 2014 con Wax y desde entonces no has parado. ¿Cuáles son los ingredientes de esta carrera envidiada?

Tengo dos constantes en mi vida. Una es la perseverancia. Otra es la búsqueda de la calidad en todo lo que hago. Es una obsesión y peleo todo para que el espectador, el lector, encuentre lo mejor de mí. Desde luego tengo que agradecer a las personas que han ido confiando en mí, a los productores, los agentes internacionales, los distribuidores, los profesionales que me acompañan una y otra vez. Antes de rodar Wax ya había dirigido el documental Zarpazos!, pero mucho antes había escrito dos decenas de libros, había sido primer ayudante de dirección en varias películas, había rodado cortos que se habían visto en festivales como el de Cannes, había dirigido teatro y publicidad.

Lo he tenido que pelear mucho, me han ayudado y confiado en mí pero no me han regalado nada, he tenido que sudar la camiseta. Creo en la causalidad y no en la casualidad, el esfuerzo siempre te lleva a algo bueno. Eso sí, en este país como dices esto puede ser envidiado pero también directamente menospreciado como decía Fernán Gómez, el deporte nacional. Es un riesgo que va en el sueldo.

Stop Over in Hell

2. Con el horror como fondo has variado de géneros en tu filmografía, ¿con cuál de ellos te has sentido más cómodo?

Suelo repetir que los tres largos de ficción que he hecho son muy diferentes, aunque supongo tienen elementos estilísticos en común. Deliberadamente diferentes. Sí que como dices el “horror” está presente en los tres, cada uno en su forma y en Stop Over in Hell de una forma más, digamos, realista. “Horror” es un término que me gusta, diferente al del “miedo” o el “terror”. Creo que primero está la historia que quieres contar y luego cómo la vas a contar. Por eso para Wax optamos por el Found Footage y el aire televisivo y de pantalla pequeña, para Vampyres la composición en Scope y el ritmo pausado de finales de los 70, y en Stop Over in Hell el contraste entre las claves de género clásicas y la innovación.

Me siento cómodo siempre que el lenguaje a utilizar sea el adecuado para cada historia, dando importancia a la construcción de personajes. Lo más importante, los personajes de la historia y trabajarlo con los actores y actrices. Eso está por encima de la acción, de la sangre o los caballos, con todo mi respeto a los diferentes departamentos.

3. En los créditos de tus películas hay nombres de colaboradores que son una constante. Cuéntanos sobre estas duraderas alianzas.

Te decía al principio que hay una constante que tengo y es la búsqueda de lo mejor, y si quieres eso sólo tienes que rodearte de gente buena, por ejemplo de Daniel Salas en la fotografía, de Abián Molina al montaje, de Jose Arrufat y Mikel Castells en sonido, de Javier de la Morena en la música, de Daniel Fumero en tratamiento visual, etc. Y del gran Colin Arthur, el genio de los efectos que me acompaña siempre. Y muchos otros, sería muy larga la lista, a los que se van sumando colaboradores nuevos como Marta Fenollar en vestuario.

Supongo que ellos también confían en mí cuando repiten una y otra vez. Es de sabios crear equipo, confiar en ellos, escuchar. Además, se crea complicidad y saben cuál es mi estilo, qué quiero contar.

Víctor Matellano y Ramón Langa
Matellano da instrucciones a Ramón Langa.

4. ¿Sientes que Stop Over in Hell es un «eurowestern»?

Técnicamente y oficialmente es un eurowestern porque es europeo y está rodado en Europa. Y con participantes españoles, ingleses, italianos, holandeses… Pero en cuanto al estilo, creo que está más cerca del western americano que del europeo, aunque por supuesto habrá coincidencias con el cine de los realizadores italianos y españoles de pasadas décadas.

5. ¿Cuál fue el origen de Stop Over in Hell?

El origen es Antonio Durán, Antoñín, un nombre muy querido en la industria, realizador, guionista, formador, que hace de todo en este negocio y que en Vampyres estaba como ayudante de dirección en la fase de preparación. Y precisamente en esa fase de preparación de Vampyres es donde me cuenta la historia, que me parecía un bombón.

Se incorporó Juan Gabriel García, que es un escritor, periodista y guionista almeriense, muy bueno, que se lo sabe todo del western y comenzamos a perfilar la historia. Andrés Acevedo de La bala decidió tirar para adelante con la producción y allá que fuimos. Y en todo ese proceso, un apoyo inestimable, el de Enzo G. Castellari.

6. Se trata de una película coral pero con un importante protagonista, el Coronel. ¿Cómo fue el proceso de selección del actor para este papel?

Hubo un nombre muy importante, un actor italiano que ha trabajado mucho en USA, al que admiro, que no se si aún puedo decir quién es, que aceptó el papel del Coronel y con el que se llegó a un acuerdo económico. Pero amablemente incidía en que quería cambiar la historia, algo así como convertir al malo en menos malo, o justificar al malo explicando por qué es malo. Y nosotros no queríamos justificar los actos del Coronel, si tienen un porqué no lo conocemos, y cualquier cosa sería insuficiente para justificar tanta crueldad. Lo meditamos mucho y, amablemente también, hubo que deshacerse de la posibilidad del actor famoso.

Algo parecido me pasó en Wax con el personaje del Dr. Knox y Rutger Hauer, que es muy buen tipo aparte de un grandísimo actor, pero la historia está por encima de todo y no se debe desvirtuar, y no me arrepiento que lo hiciese Jack Taylor, que es un actor enorme por cierto, pasado el tiempo ahora no contemplo otra opción que siempre fue la inicial.

En ese proceso en Stop Over in Hell con el personaje de El Coronel llegamos a Pablo Scola, que como podéis ver tiene ese aspecto y gesto tan potente, tan de actor de los tiempos clásicos. Creo que el resultado es que el Coronel llena la pantalla. Por otro lado está el componente filosófico del personaje, el autor al que parafrasea, Stirner, que contextualiza todo el background del Coronel.

Pablo Scola
Pablo Scola es el cruel Coronel de «Stop Over in Hell».

7. Cuéntanos sobre las referencias al género (fílmico) en esta película.

Las referencias para este película eran obvias, el western. Y principalmente el western americano de finales de los 60 y de los 70. Y sobre todos los referentes obviamente está Peckinpah en el tratamiento de la acción y la violencia aunque la composición de algunos planos nos retrotraigan a Hathaway o Hawks. En el guión está presente también el tratamiento intimista de los personajes de las películas de Anthony Mann, pero creo que también de películas europeas como Oro maldito o El precio de un hombre. Y deliberadamente tanto en guión como en realización, los westerns de Castellari y desde luego Keoma.

En cuanto al tratamiento del psicópata, los hay en muchos westerns, y se acercan al horror. Ahí hemos ido más por libre. Pero, claro, la referencia del Weird Western está clara.

8. El cómic también ha sido una fuente de inspiración para Stop Over in Hell. Háblanos de ello.

Fundamental. Me alegra que me hables de este tema, porque es para mí indispensable. En mis referencias a la hora de rodar el cómic está muy presente, siempre y para mí es fundamental en la planificación. También en la creación de personajes, creo que aquí los roles de Cuba (Armando Buika) y Red (Maarten Dannenberg) han quedado muy de cómic, frente al estilo interpretativo de los personajes de Liz (Tania Watson) y Anne (Veki Velilla), en una línea mucho más naturalista. Por cierto, todos ellos fantásticos. Devoro y analizo los cómics del género, del Teniente Blueberry a Comanche, pasando por Mestizo, Tex, Lucky Luke o Jim Cutlass. Y en la película hay homenajes concretos, algunos privados que desvelo: el personaje del Correo Express que aparece un momento está interpretado por Andrés Guerrero “Tente”, dibujante que trabajó en la serie animada Lucky Luke. El personaje de Manuel Bandera se llama igual que el héroe de la revista El Coyote creado por José Ramón Larraz, Tim Rogers. Y aparece cierta localización ambientada para la adaptación cinematográfica de una aventura de Tex. El mismo concepto del cartel original de LimboKids tiene aire de cómic. Y no digamos el cartel que ha pintado Sanjulián, el mítico dibujante de los cómics de la Warren, al que admiro profundamente…

9. Por primera vez en tu filmografía, el guion no viene firmado por ti. ¿Cómo te has enfrentado a un libreto «externo»?

Mucho mejor. Prefiero que mi participación sea más hacia la dirección, en las películas en las que debo abordar esta tarea. No tengo ningún problema en escribir guiones para otros, al contrario, pero en las mías prefiero compartirlo o directamente que lo hagan otros. En ésta estoy acreditado como guionista pero mi aportación en el guion ha sido menos que la de Antonio Durán y Juan Gabriel García, aparte porque ellos controlan el género de forma envidiable.

10. Además del reparto protagonista, el elenco de Stop Over in Hell está lleno de cameos ilustres. ¿nos harías una guía para el espectador novel?

En Stop Over in Hell hay cameos dentro y fuera de la pantalla. Entre los evidentes, los que se ve en la pantalla, empezando por Enzo G. Castellari, que interpreta un personaje socarrón y divertido. Enzo nos apoyó desde el principio, es uno de los padres del eurowestern, uno de los cineastas más importantes del género.

El personaje del padre, el del retrato, es Conrado San Martín, un mítico actor del western al que admiro, amigo personal también, que a su vez fue amigo, casi hermano, de Leone, quien le daba cameos ilustres en películas como Hasta que llegó su hora. Y Antonio Mayans, gran actor presente en westerns, o Andrea Bronston, fantástica actriz que lleva el apellido de su padre, el mítico productor Samuel Bronston artífice de El Cid. Aparte, las colaboraciones de Nadia de Santiago, Bandera, Guillermo Montesinos, Langa… Y luego las colaboraciones de detrás de la pantalla, aparte de la citada de Sanjulián, como las de José Luis Galicia que ha sido el Art Consultant, quien no olvidemos que fue el decorador de infinidad de westerns entre ellos Por un puñado de dólares. O el propio Eugenio Martín, que rodó el mejor western español, El precio de un hombre, nos asesoró con el guion. O Colin Arthur, que aparte de sus magníficos trabajos con Kubrick o Scott, hizo el western La leyenda de Bill Doolin con Burt Lancaster. O Ricardo Cruz Ardura, que coordinó la acción tras hacer Wonder Woman o Juego de tronos

Enzo Castellari
Enzo G. Castellari caracterizado como Zingarelli, un representante de betunes.

11. España ha sido un escenario natural para el género. ¿En dónde sucede la acción de Stop Over in Hell y dónde se ha rodado?

La historia transcurre en un paraje perdido de Oklahoma. Y como se hacía en los años 60, se rueda en España. No olvides que el suelo español ha servido para recrear cualquier paraje del mundo, en películas de Kubrick, de Orson Welles o de Spielberg.

La localización principal se encuentra en la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo, donde rodó Leone, Raoul Walsh o Siodmak. También rodamos por ejemplo en La Pedriza, en el paraje de la presentación del personaje de Clint Eastwood en El bueno, el feo y el malo. Y en Almería, el plano general de la city Oassys-Mini Hollywood de Tabernas, la mítica de La muerte tenía un precio, para una secuencia fundamental.

12. Tus películas logran conseguir distribución internacional con una facilidad pasmosa, ¿cuál es el secreto?

No hay secretos, todo está inventado. Se trata de rodar en inglés, de tocar géneros universales, de hacerlo en los códigos clásicos. Si quieres distribuir una película española fuera ha de ser así, el 90 por ciento del cine europeo exportado en los dos últimos años se ha rodado en inglés. Por eso no dudó la distribuidora de Los Ángeles en coger Stop Over in Hell (que se llama fuera Road to Hell) para distribuirla internacionalmente, le encontró valores de mercado. Pasó también con Vampyres. Eso sí, uno se tiene que acostumbrar, en mi caso por ejemplo a estrenar antes mi primera película en los Estados Unidos que aquí. No digo con esto que yo no vaya a rodar en español, pero tendrá que ser otro tipo de película, un western rodado a la americana y en español hubiese resultado poco creíble.

13. Adelántanos algo sobre tus próximos proyectos cinematográficos.

Me gustaría poder contestar a esta pregunta siempre que me la hacen, pero no me dejan… Proyectos cinematográficos hay, uno incluso para este año. Como de teatro y de libros. Ahora además en libros te puedo contar que han vuelto a editar Spanish Horror, a la venta en librerías y grandes superficies.

La idea es no parar, pese a quien le pese. Esto es un trabajo, un negocio.

Stop Over In Hell