Cuando Michael Bay estrenó en 2007 la primera entrega de Transformers, la industria del cine era diferente. Sí, había superhéroes, pero estamos hablando de los Spider-man de Sam Raimi, los X-Men, Superman Returns (ambos de Bryan Singer) o el Batman Begins de Nolan. Fast & Furious sólo había llegado a su tercera entrega. Las sagas taquilleras del momento eran Harry Potter y Piratas de Caribe. No existían multiversos y no se planificaban sagas a cinco años vista. Michael Bay, por su parte, era director de cintas de acción espídicas como las dos primeras entregas de Dos Policías Rebeldes, La Roca o Armageddon. Sí, las bases del blockbuster hollywoodiense actual se estaban escribiendo, pero todavía no se podía prever lo que iban a deparar los siguientes 15 años.
BAYHEM
Bajo la mano de Michael Bay, la franquicia de Transfomers han sido claro ejemplo de la personalidad del cineasta: ruidosas, frenéticas, peterpanescas, inverosímiles, elefantíasicas y saturadoras. No le negamos la capacidad de espectáculo visual que es la rúbrica de la casa, pero la búsqueda del estímulo por segundo de Bay hacía también que las películas resultaran muy confusas con respecto a lo que pasaba en pantalla o incluso a qué público estaban dirigidas (saltando de elementos muy infantiles y juveniles a otros de rotunda carga sexual).
A esto se fue sumando un efecto desgaste y desgana del cineasta a cada nueva entrega, especialmente patente en las dos últimas a su cargo como director. Con la despedida del Bay (aunque mantenga el puesto de productor), a la franquicia le tocaba renovarse o morir. Y de repente, llegó Bumblebee, que rebajó todos aquellos excesos y prefirió una historia más sencilla, más cercana, más pausada y con personajes más humanos. El modelo era el cine juvenil de los 80 y la película, en su modestia y sencillez, supo marcar el nuevo camino.
UN NUEVO MODELO
Para la nueva entrega, ya la séptima, los responsables de la franquicia han tomado nota de los cambios en la industria y han decidido actualizar su patrón al modelo Marvel. Es más, si cambiáramos a los robots protagonistas de esta historia por Los Vengadores y al villano, Unicron, por Thanos seguramente no notaríamos mucho la diferencia.
En la dirección, Steven Caple Jr. está lejos de ser Michael Bay, en lo bueno y en lo malo. Es verdad que, a nivel de narrativa, Transformers. El Despertar de las Bestias es mucho más asequible, sin tanto montaje de cien planos por segundo, lo que permite no sólo seguir mejor la acción, sino acercar más los personajes al espectador; sin embargo, también es cierto que Caple es un realizador de encargo, sin personalidad propia y sin el sentido del espectáculo visual de Bay. Aquí estamos más ante una película de estudio, pensada para abrir las puertas a un nuevo universo compartido, esta vez de Hasbro.
BUSCANDO EL TONO
A nivel de escenas de acción, regresamos a la épica y no tanto al formato de cámara que era Bumblebee, pero de ésta sí se aprendió a dar mayor peso a los personajes y al carácter familiar de la trama. A nivel de guion, estamos ante un libreto simplista y predecible, pero que, en su tono conservador, prefiere afianzar la empatía del espectador con los personajes a través de algo tan universal como el sentimiento de familia. Esto lo vemos entre el grupo de los Autobots, la incorporación de los Maximals, y los nuevos personajes humanos. El conflicto, también muy masticado, es el empecinamiento de cada grupo de luchar por los suyos, sin trabajar en equipo, lo que da ventaja a Unicron y sus Terrorcons. Al final esta simpleza resulta funcional, y la película resulta un entretenimiento impersonal, pero amable y lúdico.
SALVANDO LA FRANQUICIA
La película cuenta con una importante inversión en efectos visuales, como es de esperar. La recreación de los Robots es estupenda, especialmente en lo que se refiere a los nuevos favoritos de la manada, los Maximals y su líder, Optimus Primal. Las secuencias de batalla ya no son un amalgama de formas y colores sin sentido, sino que por fin podemos apreciar que personaje pega a quien, y la acción no resulta saturadora, ni confusa.
Por supuesto, director y productores saben dónde están los favoritismos del espectador, y se les dedica momento de especial lucimiento a aquellos personajes que mejor conectan con el espectador. Aunque, dentro de los Autobots, Mirage es quien tiene aquí mayor protagonismo, se reserva momentos de especial lucimiento para el favorito de todos, Bumbleebee. Además, para ir caldeando las expectativas, la cinta se guarda un momento ‘Iniciativa Vengadores’ que seguro gustará a los seguidores de la juguetera Hasbro.
ARMANDO EL JUGUETE
En un arranque de la temporada estival que se está presentando como poderoso en cuanto a rendimiento en taquilla como a la buena aceptación de fans y espectadores de los títulos que han llegado en semanas anteriores a las carteleras, Transformers. El Despertar de las Bestias no va a ser la película de la temporada, pero sí nos parece que es un entretenimiento digno, que (sin que sirva de mucho) se sitúa, en nuestra opinión, entre las tres mejores películas de la franquicia cinematográfica desde su nacimiento en 2007.