Fecha de estreno es Estados Unidos:
18 de febrero de 2011
Fecha de estreno en España:
13 de mayo de 2011
Género: Thriller
País: Reino Unido | Alemania| Francia| Canadá | Japón | USA
Año: 2011
Duración: 113 mins

Dirección – Jaume Collet-Serra Guión – Stephen Cornwell, Oliver Butcher Fotografía -Flabio Martínez Labiano Montaje -Timothy Alverson Música – John Ottman, Alexander Rudd

Reparto: Liam Neeson (Martin Harris), Diane Kruger (Gina), January Jones (Elizabeth Harris)

La reputación del director catalán Jaume Collet-Serra ha ido aumentando con cada título de género que ha sacado al mercado. La buena recepción de La Huérfana le ha posicionado como un valor en alza que amparado por Joel Silver, está predestinado a hacer grandes cosas. Su pasión por Hitchcock y Polanski se dejan ver en Sin Identidad, un angustioso thriller que plantea grandes preguntas y a la vez nos regala una genial lección de cine.

El Dr. Martin Harris tiene un accidente de coche en Berlín. Al despertar descubre que u mujer no le reconoce y que otro hombre ha adquirido su identidad. Las autoridades le ignoran porque no le creen mientras unos asesinos le persiguen. Sin nadie a quien acudir y en un país desconocido, Martin le pide ayuda a una reticente desconocida al sumergirse en un terrible misterio que le hará dudar de su cordura y de su identidad.

Sin Identidad podría haber sido un bodrio televisivo de sobremesa de sábado en otras manos menos hábiles, pero el buen olfato del productor ha conjugado el material adecuado con el director que más juego le puede sacar a esta investigación contrarreloj por las calles de un frio y anónimo Berlín. El film recuerda ligeramente a Frenético de Roman Polanski, tanto por contar con un protagonista que se crece ante unas circunstancias que en principio le superan en un país desconocido, como en que la ayuda le llega a través de los personajes más inesperados. Sin embargo, aquí encontramos claros signos de los tiempos que corren que identifican a la película también con la saga Bourne, a pesar de contar con un trabajo de cámara mucho más clásico, por suerte para los estómagos de la audiencia.

Siendo lo más llamativo del casting la rotunda presencia de Liam Neeson, aquí la magia la traen unos secundarios elegidos con muy buen tino dentro del panorama alemán actual. Bruno Ganz en un papel pequeño y en principio no muy relevante, hace crecer la película mientras el está en pantalla. Sebastian Koch dando vida al profesor Leo Bressler, McGuffin viviente de la cinta, o el inquietante Karl Markovics como el doctor Farge consiguen hacer veraces sus personajes y a la vez elevan la calidad actoral de la cinta.

El trabajo de Collet-Serra resulta muy efectivo en escenas tan técnicas como la de la persecución de coches, en la que nos devuelve los cambios de marchas en unos insertos tan bien utilizados que obligan a la audiencia a agarrarse a la butaca para no salir despedida en un derrape. Algunas elipsis, obligadas quizá por los rigores de un rodaje a marchas forzadas, nos ahorran momentos tediosos y se agradecen por llevar siempre la trama al grano, a pesar de ser este un film que roza las dos horas de duración.

El director explota su vertiente Hitchcockiana haciendo dudar continuamente, no solo al protagonista, sino también al espectador, de si lo que está ocurriendo no es fruto de su propia imaginación. Utilizar la melena rubia de January Jones casi como un icono es una buena muestra de que Hitch acompaña a Collet-Serra hasta en sus más oscuras obsesiones.

Como ocurre en el habitual cine comercial, el guion, genial en muchos momentos, se aleja de lo que hubiera sido una resolución brillante, llevando a los personajes a tomar decisiones poco creíbles en pos de un final espectacular pero excesivamente comercial. Hay veces que más vale un rápido y conciso intercambio en un solitario parking oscuro que una explosión en medio de la ciudad. En este caso han prevalecido las palomitas.

Sin identidad