Jeepers Creepers: El Renacer supone la cuarta entrega de una saga de terror creada por Victor Salva, quien rodó las tres primeras entregas, las dos primeras de ellas con excelentes resultados que convirtieron a la trilogía en un fenómeno de culto y al Creeper en una nueva incorporación al salón de la fama de los monstruos del terror. Esta cuarta entrega se presenta como un reboot con un equipo totalmente renovado bajo las órdenes del director finés Timo Vuorensola, responsable de las dos entregas de Iron Sky.

MONSTRUOS

El Creeper es una creación de Victor Salva, quien, en sus tres entregas, desarrolló una mitología y una atmósfera enrarecida que es lo que convirtió a la trilogía en un fenómeno de culto (especialmente las dos primeras entregas, a nuestro entender, las más disfrutables). Pedófilo condenado por abusar sexualmente de uno de los actores de su primer largometraje, La Casa del Payaso de 1989, y por posesión de pornografía infantil.

A pesar de esto, no sólo pudo reactivar su carrera tras cumplir su condena, sino que fue, precisamente, entonces cuando saltó a la fama gracias a Powder (Pura Energía) en 1995 y, posteriormente, con la trilogía del Creeper. A mediados de los 90, tener un director condenado por pederastia no parecía ser un problema para la industria, pero en el Hollywood post #MeToo hay barreras insalvables. Por esto, para que el Creeper pudiera sobrevivir, ha sido necesario deshacerse de su creador.

RENACER ACCIDENTADO

Desde luego, la personalidad de Victor Salva como director es muy diferente a la mostrada por Timo Vuorensola. Aunque ambos se mueven en el terreno del fantástico y son claramente consumidores del mismo, Vuorensola es un cineasta mucho más referencial, con una concepción más postmoderna y retroalimenticia que la de Salva, quien en sus películas ha optado más por un discurso clásico, pero también muy personal.

uorensola hace un homenaje a Salva y otros referentes en los primero diez minutos de película, para después llevarse la historia a su terreno, intentando dar así un trasvase por el que pueda seguir fluyendo la franquicia de manera independiente. Desgraciadamente, este reboot de la serie no llega precisamente con un gran apoyo detrás. Con la mitad del presupuesto de su primera entrega, tan sólo 5 millones de dólares, además de haber coincidido su rodaje con la pandemia, llegando a salas dos años después de su realización. La película fue concebida como primera entrega de una nueva trilogía, explorando un nuevo territorio para el Creeper y una nueva mitología, lo que, visto lo visto, todo apunta a que no va a poder ser.

Jeepers Creepers: El Renacer
Jeepers Creepers: El Renacer

CULTO AL CREEPER

Resulta llamativo lo diferente que resulta el prólogo del resto de la película. Los primeros 10 minutos están íntegramente rodados en exteriores, con una puesta en escena clásica, con actores de culto y carisma, Dee Wallace y Gary Graham, convirtiendo al Creeper en una especie de Diablo sobre Ruedas mathesoniano (o Spielbergiano). Ésta es nuestra parte favorita de la película. En su breve duración contiene más valores cinematográficos que en los 80 minutos restantes de la película. Sin ser una maravilla, al menos sí crea la (falsa) impresión de que el traspaso de poderes de Salva a Vuorensola no ha repercutido en la saga. Por desgracia, esté es únicamente el prólogo, y encima bastante tramposo con respecto a lo que va a ser el resto de la película.

La nueva trama presenta a un culto al Creeper, un grupo de fanáticos, adoradores de la criatura, que se dedican a atraer a incautos con la excusa de un festival del Horror, para luego usar algunos de ellos como sacrificios al monstruo. Las tramas de las tres película anteriores se mantienen dentro del canon, pero ahora como recreaciones de algún reality show a partir del propio culto al Creeper como ser de leyenda. De esta manera, la referencialidad a lo anterior es metafictiva, repitiendo algunos de los patrones de la saga Scream. Hasta aquí, como argumento de partida, hasta nos arriesgaríamos a decir que “aceptamos pulpo como animal acuático”. El problema es que la forma en la que Vuorensola y su equipo dan forma a esto es verdaderamente desastrosa.

DE MAL EN PEOR

Podemos plantear varias explicaciones a la debacle de la que hemos sido testigos (presupuesto ínfimo, poca experiencia de Vuorensola), pero, en el fondo, opinamos que la situación va más allá, creando una de las peores películas en lo que llevamos de año. Una vez pasados esos primeros 10 minutos, el director opta por rodar el resto de la película mayoritariamente en interiores o con cromas, para, como ya hiciera en Iron Sky, generar un mundo artificioso y una atmósfera heredera del cómic (en este caso, nos recuerda a la estética de la editorial E.C. Comics). Con esto es cierto que Vuorensola se saca de la manga algún que otro plano molón, pero la impresión general es la de pobreza visual. Los actores no ayudan en esto. Ya sea impericia del director a la hora de trabajar con los intérpretes o la falta de capacidad de estos, lo cierto es que el nivel del reparto es lamentable, como también lo son los diálogos o el propio desarrollo del guion.

Si bien las dos entregas de Iron Sky nos parecen dos películas simpáticas, el nuevo trabajo de Timo Vuorensola nos parece un desastre de 80 minutos con un prólogo resultón. Por muy fans que seamos de las primeras entregas del Jeepers Creepers (o precisamente por ello), lo mejor es evitar esta cuarta y horrorosa entrega.

Póster de Jeepers Creepers: El Renacer
Póster de Jeepers Creepers: El Renacer