Ballerina pretende ser la respuesta a la pregunta ¿cuánto tiempo más van a aguantar las rodillas de Keanu Reeves en la franquicia de John Wick? Efectivamente, la saga de Baba Yaga se ha construido alrededor de su protagonista absoluto. Con una quinta entrega en marcha, resulta complicado desasociar no sólo el personaje, sino toda la franquicia de la figura de Keanu Reeves. La alta entrega física que requieren este tipo de películas, con la estrella llevando a cabo muchas de sus escenas de riesgo, implican un desgaste. Reeves está en forma, pero no es Tom Cruise. Su pasión por las motos le ha generado diversos accidentes que han pasado factura a las rodillas del actor. Independientemente de sus ganas de seguir interpretando el mismo papel, no está claro cuánto tiempo más Reeves podrá seguir manteniendo el listón físico que ello requiere.
CAMINOS ALTERNATIVOS
Por ello, para dar continuidad a la serie, nuevas vías de desarrollo se han abierto. Por un lado, está la serie The Continental, que particularmente dudamos que sea la vía adecuada, y ahora nos ha llegado Ballerina, una nueva cinta de acción, situada dentro del Universo de John Wick, pero que introduce a un personaje totalmente nuevo y presenta a Ana de Armas como una alternativa para el futuro de la serie, si no como cabeza de cartel, sí como variante alternativa a la línea principal.
Ballerina ha sido una película de producción azarosa. Su estreno se fue posponiendo en lo que se entiende como una lucha interna por solucionar problemas en el montaje y algo de eso se aprecia en el resultado final, especialmente en el clímax final. Pese a ello, hay que reconocer un gran esfuerzo porque la cinta mantenga el tipo, especialmente tras una cuarta entrega del protagonista principal absolutamente desquiciada y desbordante de acción.
La cinta narra la historia de Eve (¿referencia a la mujer original para el primer personaje protagonista de la saga?), una joven adiestrada, al igual que John Wick, por la Ruska Roma y convertida en asesina a las órdenes de esta organización. Al mismo tiempo, Eve emprenderá un camino de venganza para descubrir quién mató a su padre y saldar esa cuenta. Argumentalmente, la película no tiene mucho más fondo. Tampoco las películas protagonizadas por Keanu Reeves lo tenían. Sí se permite seguir ampliando los componentes de la franquicia. No sólo nos adentra en el proceso de adiestramiento, con guiño a los programas soviéticos de formación de sicarias con el fin de seducir y eliminar objetivos durante la Guerra Fría, sin también en clave comiquiera (influencia indispensable e innegable) nos recuerda a los orígenes de la Viuda Negra. Por otro lado, se presenta una facción independiente, más brutal y peligrosa que aquí ejercerá de antagonista y que, de continuar esta subdivisión de la franquicia, se supone que seguirá teniendo más desarrollo.
EL ARTE DE LA GUERRA
La dirección de la película ha recaído en las manos de Len Wiseman, realizador conocido por ser el creador de la saga Underworld, de las que dirigió las dos primeras entregas, y que a principios de los 2000, y tras la estela de Matrix, ayudó a construir una cierta estética de cine de acción y fantasía para el siglo XXI. Sus siguientes aportaciones no fueron tan bien recibidas. La Jungla 4.0 y el remake de Desafío Total pasarán a la historia si cabe como demoledoras de franquicias.
Refugiado desde entonces en televisión, Ballerina supone su regreso a la gran pantalla, con una película donde tiene el reto de recoger el testigo de manos de un cineasta, Chad Stahelski, que ha dado un estilo muy personal a la acción con las cuatro películas de John Wick. Por otro lado, de la misma manera que sabíamos que Stahelski estaba muy implicado con el equipo de secuencias de acción y especialistas, aquí habría que precisar cuánta responsabilidad corresponde realmente a Wiseman con respecto a las escenas de acción de la cinta.
Hay elementos que podemos entender como aportaciones del director, como por ejemplo el tratamiento ligeramente más sangriento que en las anteriores entregas de John Wick. El bagaje de Wiseman dentro del género fantástico y de terror se evidencia en algunos planos que recrean un poco más en cierta truculencia.
En cualquier caso, hay que decir que las escenas de acción mantienen el sello de la casa. Se trata de secuencias extensas y elaboradas, con un componente acumulativo que va intensificando el calado de la acción.
Se agradece también el haber tenido en cuenta el margen de progresión del personaje de Eve y cómo a cada nueva escena de acción se va convirtiendo en una asesina más experimentada. Por otro lado, dentro de esta progresión, hay elementos que aportan a la acción un nivel de contundencia a la violencia que distingue también esta película de las anteriores (por no caer en spoilers, hagamos referencia únicamente al momento Érase Una Vez en Hollywood).
CARNE DE CAÑÓN
Si bien, como decimos, a nivel de cine de acción la película logra superar el reto con nota, hay algunos elementos que nos parece que lastran el resultado final de la película. Más allá del personaje de Eve, hay muy poco tratamiento de personajes. Mientras que en la saga madre cada personaje secundario contaba con una impronta que le daba personalidad, aquí se van sucediendo personajes que entran y salen sin dejar huella en el espectador (¿Realmente era necesario convocar a Norman Reedus para eso?). Incluso a otros con más desarrollo como los interpretados por Anjelica Huston o Gabriel Byrne se les podía haber sacado mayor partido.
Y llegamos al gancho de la película. La aparición de John Wick en la cinta. Obviamente, como paso de testigo y como efecto llamada a los fans de la saga, la participación de Keanu Reeves era una necesidad comercial. El problema llega cuando sitúas a los dos personajes frente a frente. Por mucho que se empodere al personaje de Eve, el otro sigue siendo Baba Yaga, y las habilidades de ambos no se pueden equiparar (a pesar de que queda en evidencia de que la forma física de Ana de Armas en esta película es muy superior a la de Keanu Reeves). Tampoco hay una justificación dramática. De esta manera, la tan anunciada aparición de John Wick, en nuestra opinión, lejos de aportar a la película, desluce y se convierte en un componente metido con calzador e innecesario.
LA CARNE EN EL ASADOR
Pese a todo, Ballerina tiene muchos elementos a poner en valor. Es verdad que, como spin of, se queda en un puesto de hermana menor y, pese a los esfuerzos, los remiendos efectuados en postproducción quedan patentes. Sin embargo, como película es entretenida y espectacular, Ana de Armas se deja la piel en el papel, y la acción luce de maravilla, especialmente en todo el extenso clímax final.