En la década de los 70, tras la eclosión de los movimientos sociales y la contracultura de los 60, Hollywood vio un filón creando películas dirigidas expresamente a las minorías raciales. Algunas serias, otras procaces. Ahí nació la Blaxploitation. En ellas, los blancos eran siempre racistas, corruptos y violentos y recibían su merecido por parte de los héroes y heroínas negros que eran más “cool”, atractivos y sexualmente dotados.
Tras el movimiento MeToo, Hollywood también quiere demostrar que tiene la sensibilidad hacia la mujer, de ahí que esté aumentando el número de películas (algunas serias, otras procaces) avaladas por la industria escritas, dirigidas, producidas y protagonizadas por mujeres cuyo tema principal es la discriminación y el acoso al que se ven sometidas por el género masculino.
La Blaxploitation dejó algunas películas notables y un inmenso cargamento de obras horribles que sólo querían sumarse al carro. Aves de presa (o la Fantabulosa Emancipación de Harley Quinn) pertenece a este último grupo.
Recogiendo el testigo de Deadpool, busca ser una cinta gamberra, irreverente, postmoderna y violenta, dirigida más a un público adulto. También se percibe un intento de reciclar elementos de Kill Bill, Vol. 1.
Si bien cuenta con una buena selección de canciones, Margot Robbie tiene carisma y el diseño de producción es acertado, la cinta se ve lastrada por un guion paupérrimo y, sobre todo, una dirección artificiosa y grotesca, cayendo en lo vergonzoso con la dirección de actores, especialmente en lo referente a un Ewan McGregor en uno de los peores papeles de su carrera.