Tras un prólogo del reconocido guionista Javier Olivares, en el libro Sobre cosas que se ven en el cómic recientemente publicado por Entrelíneas Ediciones los autores Scherezade Zaramella, Eduardo Zaramella y Rafael Sánchez proponen, tomando como columna vertebral a los superhéroes (que no a sus superpoderes), un viaje por la imaginación -como ellos mismos lo denominan- y explorar las capacidades de éstos y lo que los hace tan especiales.
Con pocas respuestas y muchas preguntas, partiendo del mito del Héroe clásico, viajando por la historia, la religión, la filosofía y la psicología, Sobre cosas que se ven en el cómic hace pensar sobre la responsabilidad, la libertad, la humildad, la maldad y otros muchos conceptos que a priori parece que todos tenemos muy claros.
Los autores se zambullen en el mensaje que recibe el superhéroe (casi siempre sin buscarlo), que le lleva a hacer un profundo viaje interior y le conduce a poner sus capacidades al servicio de la humanidad. Amor, Ofrecimiento y Entrega. ¿Serán esos los verdaderos superpoderes y no la capacidad de subir por las paredes o lanzar rayos? Superhéroes que en el fondo son tan humanos como cualquier hijo de vecino (cuando no el vecino mismo). ¿El mundo necesita héroes? La respuesta es sí. Los necesita constantemente. En películas, en papel, en canciones… Hay un doble camino, porque por una parte todos necesitamos un héroe que nos ayude cuando las cosas nos van mal, cuando tenemos problemas de la índole que sea… pero por otra, si logramos superarlos (unos más y otros menos o mejor o peor) caemos en la cuenta de que el héroe lo llevamos dentro, somos nosotros (o alguna parte nuestra que no acabamos de conocer o con la que no llegamos a contactar con fluidez). Pero como nos han enseñado que la Ayuda Divina viene de fuera porque la Deidad (la que sea) está fuera en vez de dentro, tendemos más a mirar al cielo que a nuestro interior. Según indican en nota de prensa, eso lo explicaba muy bien Carl Gustav Jung en su obra Un mito moderno: de cosas que se ven en el cielo, y de ahí el título de este libro.
¿Qué significa ser un superhéroe?
Es reciso distinguir entre el héroe clásico que busca la gloria y el recuerdo de su nombre y sus hazañas, y que hace el bien (cuando lo hace, que no es siempre) porque en muchas ocasiones no le queda más remedio, y el Superhéroe, que es habitualmente una persona normal que recibe unas capacidades que no busca (y en muchos casos le cuesta aceptar) y con la “letra pequeña” de utilizarlas para ofrecerse en ayuda a los demás.
Todo eso lo consiguió principalmente Stan Lee, junto a otros grandes como Jack Kirby o Steve Ditko, a partir de los años 60, cuando se pusieron a parir como locos estos “héroes de pies de barro”, tales como Spiderman, Iron Man, Daredevil o la Viuda Negra, por poner solo unos ejemplos. Héroes con esta actitud de entrega y sacrificio, pero no exentos
de problemas e incluso defectos.
En la actualidad, sobre todo a raíz de la pandemia, el superhéroe ha adquirido una relevancia inusitada, no solamente en el cómic, sino en el cine y la televisión. Incluso se hacen obras de teatro inspiradas en ellos. La gente de cualquier raza y cultura busca, como hemos dicho antes, respuestas que nos lleguen de más allá de nuestra cruda realidad, y los superhéroes son capaces de darnos una ilusión de esperanza, aunque sea en un plano distinto al de nuestra realidad más cotidiana. Por eso hoy en día existe una representación tan variada de este tipo de personajes, ya sea en cuanto a género, país de origen, religión y también orientación sexual.
Diversidad
Por otro lado, hablar de superhéroes es hablar también de feminismo, entendido desde el
punto de vista mitológico, político y social. No olvidemos que los creadores de estos cómics son producto de su tiempo, con influencias de lo más variadas. El caso de Wonder Woman es notorio, una amazona que llega desde una isla de mujeres guerreras bisexuales (tal y como se cuenta en la mitología griega), un personaje con toda la fuerza de Superman, pero cuya misión, en palabras de su creador, William Moulton Marston, era triunfar no por la fuerza de los puños (que también usa a la perfección) sino por la fuerza del amor, el nuevo tipo de mujer que, en su opinión, debería gobernar el mundo.
Hablar de feminismo por otro lado también es hablar de la presencia de las antiguas Diosas de las mitologías de las distintas culturas en el devenir de la historia. Lo femenino no nace de la contraposición de lo masculino, o de la oposición a dicho género, sino de la búsqueda de un espacio común y compartido.
Las mujeres con superpoderes nunca han dejado de ser menos que sus compañeros masculinos, y eso desde el mismo nacimiento de las primeras superheroínas en los años 40, como es el caso de la citada Wonder Woman, pero también hay otros personajes de gran relevancia como Susan Storm (La Mujer Invisible de los 4 Fantásticos) y Jean Grey (Fénix, de la Patrulla X), que supusieron un paso adelante cualitativo en la historia del cómic. La primera, porque a pesar de ser primero novia, y luego esposa, de un genio científico, mantiene una independencia de carácter inusual para un personaje femenino de los años 60, además de ser probablemente la más poderosa de los 4 Fantásticos; y la segunda, por evolucionar desde ser una joven casi inexperta en todo, a ser la persona que está a punto de poner en jaque a la Humanidad entera, y siendo consciente de ello, tener el valor de enfrentarse a sus miedos y su descomunal poder y conseguir controlarlos, sacrificando incluso su propia vida (aunque como es típico en Marvel, luego resucita). La evolución de los personajes femeninos en los cómics muestra casi antes que en cualquier otro medio cómo ha ido evolucionando el papel de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.
Y es que, en realidad, no debería hablarse de una perspectiva feminista. Ese término no
debería ni siquiera existir. Es sencillamente dejar que lo femenino ocupe su lugar, y eso se hace siempre en alianza eterna con lo masculino. No hay superheroína sin superhéroe. No hay caballero sin dama. No hay dios sin diosa (por mucho que en el Antiguo Testamento se hayan empeñado, sin conseguirlo, en eliminar a sus diosas).
Por último, en el libro se asocia a cada superhéroe con una virtud. Y esto es porque cada
Superhéroe tiene su camino que recorrer, y una virtud que le acompaña en ese camino.
Nuestro privilegio ha sido entender que podemos recorrer ese camino con ellos. Y eso es
quizás lo que queremos ofrecer al lector: que entienda que es un camino universal y que todos podemos recorrerlo. El famoso camino de baldosas amarillas de Dorothy en El Mago de Oz.
Sobre los autores de SOBRE COSAS QUE SE VEN EN EL CÓMIC
Eduardo Zaramella. Escritor y guionista. Ha creado series como Al salir de clase y formado parte del equipo de guionistas de series como Ángel o Demonio, Entreolivos o El Accidente. También es coleccionista y fan de cómics desde que tiene uso de razón.
Scherezade Zaramella. Filóloga y traductora. Estudiosa de mitología e idiomas antiguos.
Rafael Sánchez. Profesor de Educación Primaria, diseñador gráfico y naturópata. Ha escrito poesía, relatos y novela corta. Aficionado a los cómics y a los juguetes antiguos.
Prólogo de Javier Olivares (Escritor y guionista, creador de series como Isabel y El Ministerio del Tiempo).