Los inicios de la carrera de Klay Hall como animador apuntaban ya alto en las aspiraciones de este artista. En 1987 aparecía acreditado como el principal asistente de animación del episodio de Cuentos Asombrosos dirigido por Tim Burton, Family Dog, además de artista en algunos episodios de Mighty Mouse, the New Adventures.
Posteriormente, él mismo dirigió algunos episodios de la serie de Family Dog, al mismo tiempo que se fogueaba como animador y realizador en Los Simpsons y El Rey de la Colina. Su primera experiencia en cine fue de al mano de Ralph Bakshi en Una Rubia entre Dos Mundos (Cool World), lo que a priori marcaba una carrera dirigida sobre todo a la animación para adultos. Sin embargo, a mediados de los 2000 su filmografía da un giro y pasa a trabajar para la Disney, dentro del estudio Disneytoon, especializado sobre todo en secuelas de éxitos de la compañía para el mercado doméstico. Ahí se encarga de escribir y dirigir Campanilla y el Tesoro Perdido, primera secuela de las aventuras en solitario de este personaje creado por James Barrie. “Aviones” supone otro escalón dentro de la familia Disney, inspirado en el éxito de Pixar Cars y supervisado directamente por el propio John Lasseter.
En la entrevista que concedió a TUMBAABIERTA.COM, hemos podido hablar del modelo de trabajo de los estudios Disney, de las diferencias entre la animación televisiva y la cinematográfica, de sus vínculos personales con el mundo de la aviación o de las dificultades para reflejar de manera verosímil el efecto del vuelo en la pantalla, entre otras cosas.
“Aviones” es el primer spin off de una película de Pixar, pero no ha sido desarrollado por ellos sino por Disneytoon Studios, aunque con John Lasseter, director de “Cars” como productor ejecutivo. ¿Cómo definiría las sinergias establecidas para hacer posible esta película?
Efectivamente, todo viene del éxito de John Lasseter hace 10 años con Cars. Él se preocupó mucho de crear las sinergias adecuadas entre Disney y Pixar, generando un magnífico ambiente creativo. Fue muy divertido. John estuvo involucrado desde el primer día y fue muy colaborador. Cars es su bebe, pero fue siempre muy generoso. Nunca impuso cómo debían ser las cosas, sino que escuchaba y valoraba nuestras ideas. Fue una magnífica experiencia.
Tu carrera incluye trabajos en importantes series de television como “Los Simpsons” o “El Rey de la Colina”. ¿Qué diferencias encuentra entre esta experiencia y tu trabajo en Disney en largometrajes como “Campanilla y el Tesoro Perdido” o “Aviones”?
Lo pasé muy bien trabajando para televisión. La televisión requiere trabajar más rápido y es un gran reto, además hoy en día se hacen series de animación de mucha calidad, sin embargo, me resulta más apasionante trabajar para el cine. En Disney somos un ejército de artistas y hay una filosofía de trabajo en equipo y de colaboración muy positiva.
Para mí trabajar en cine ha sido toda una nueva experiencia y una magnífica oportunidad. Por otro lado, en televisión el elemento conductor es el guionista, todo viene determinado por la escritura del guion, mientras que en cine se trata más de una relación entre el director y su equipo, además contamos con más tiempo para poder desarrollar nuestro trabajo y eso ayuda a conseguir un resultado más positivo.
Al ser «Aviones» un spin off de «Cars», tuvieron que trabajar con una estética heredada. ¿Qué margen de libertad tuvieron a la hora de definir el concepto visual de la película?
Desde luego la estética era muy importante. Era algo que ya nos venía marcado de antemano y no podíamos romper con ese universo creado por John Lasseter; sin embargo, Aviones es una producción diferente, de estilo similar, pero los protagonistas nos ofrecían todo un nuevo catálogo de posibilidades. Esto nos permitió cambiar ciertas cosas, especialmente en lo que se refiere a cómo visualizar los aviones, el cielo.
Había que dar con la forma de animar correctamente las secuencias de vuelo. La animación digital nos permite un alto grado de realismo, pero creo que hasta ahora no se había conseguido reflejar correctamente la estética del vuelo y nosotros empleamos mucho tiempo para conseguir representarlo de manera verosímil. Otro reto fue expandir la forma de expresar el movimiento.
En Cars era algo muy importante, pero delimitado a una superficie plana. Nosotros nos tuvimos que enfrentar al desafío de llevarlo a una dimensión mucho más amplia.
Usted tiene un vínculo especial con el mundo de la aviación. ¿Cómo de personal fue para usted la producción de esta película?
Muy personal. Mi padre era piloto naval y fue mi abuelo quien le enseñó a volar. Yo quise trasladar esas experiencias a los personajes y, de hecho, la relación de Dusty con Skipper tiene mucho de eso. Dusty está inspirado en mi padre, mientras que Skipper bebe de mis recuerdos de mi abuelo. Ellos me traspasaron su amor por los aviones y, mi padre siempre me estaba hablando de las características de los aviones.
Desde muy pequeño, con 8 ó 9 años, yo ya me pasaba el tiempo dibujando aviones y con el paso del tiempo mi interés se dirigió al mundo de la animación. Esta película me ha permitido cumplir un sueño de poder combinar estas dos aficiones y me siento muy afortunado. Por eso para mí ha sido también una gran responsabilidad poder trasladar de manera verosímil todo eso a la pantalla.
Las secuencias de vuelo y las características de los aviones resultan muy realistas. ¿Cómo fue el trabajo del equipo de animación para alcanzar este nivel de autenticidad?
La filosofía de Disney y Pixar es que cada película requiere un gran esfuerzo de documentación para que todo resulte auténtico. De los cuatro años y medio que nos llevó hacer la película, invertimos al menos un año y medio sólo en investigación.
Contamos con los mejores aviadores y expertos navales para asesorarnos y explicar a nuestros animadores en qué consiste la estructura de un avión y que apariencia tiene. Siempre he pensado que la dinámica de las secuencias de aviación en las películas de animación son completamente incorrectas y que los aeroplanos parece juguetes en el aire. Nos hemos tomado nuestro tiempo para obtener ese look realista.
Jason McKinley y su equipo tuvieron ocasión de experimentar con horas de vuelo y aprender cómo es verdaderamente el movimiento de los aviones. Lo cierto es que esta es una de las cosas de las que me siento más orgulloso de la película.
En la película vemos carreras que tienen lugar en varios países, con aviones de diferentes nacionalidades. ¿Cómo de importante era alcanzar ese espectro multirracial en los personajes?
Nos interesaba verdaderamente ofrecer un abanico de héroes de diferentes países y jugar con sus características para dar colorido a la película. Además, para John Lasseter era una oportunidad de representar el mayor número de países posible: Alemania, India, México, etc. Suponía una experiencia nueva al juntar tantas localizaciones distintas unas de otras y eso también nos permitía una mayor margen de libertad a la hora de diseñar a los aviones que participan en las carreras.
¿Qué puede comentarnos con respecto al reparto de voces para los personajes y el trabajo con los actores?
Fue muy divertido, un gran esfuerzo colectivo. Trabajé con el director de casting Jason Henkel e intercambiamos diferentes propuestas de actores y sugerencias hasta quedarnos con tres o cuatro posibles intérpretes. A mi, por ejemplo, me gustan mucho los monólogos de humor y quería contar con algunos de estos comediantes, como Dane Cook o Carlos Alazraqui.
A continuación cogimos fotos de cada uno de ellos, las combinamos con los dibujos de los aviones, e incluso con algunas muestras de CGI, y les añadíamos la voz para ver si encajaba con el personaje. Si nos gustaba ya pasábamos a contactar con el actor y hacer alguna pequeña prueba. Aquí también contamos con la colaboración de John Lasseter, quien nos dio su opinión sobre las sugerencias que teníamos.
La partitura musical de Mark Mancina juega un papel importante en la película. ¿Qué nos puede comentar de su trabajo con el compositor?
Efectivamente, la música de Mark Mancina es muy importante porque ayuda a definir las diferentes culturas y localizaciones de la película, además de añadir un poco de sabor de cada país donde se desarrolla la acción.
Es un compositor extraordinario y consiguió que su partitura fuera una parte esencial del espíritu de la película. Una de las cosas que trabajamos especialmente fue en la personalidad de Rusty. Yo quería que la partitura reflejara esa humildad interna del personaje y su origen del medio oeste estadounidense, así como la forma en que afronta el reto de pasar de un pequeño pueblo a competir en carreras internacionales.
Mark lo consiguió de manera asombrosa convirtiendo a la música en la voz del personaje.
Disney ya está produciendo la secuela de la película, “Planes. Fire and Rescue”, ¿participa usted en esta nueva entrega? ¿Qué nos puede adelantar de ella?
Cuando diriges una película para la Disney, pasas a formar parte de una especie de comité, donde todos los directores aportamos nuestras impresiones e ideas sobre cada nueva película y sus diferentes secuencias al realizador.
En el caso de Planes. Fire and Rescue la dirección corre a cargo de Dobs Gannaway, quien ya formó parte de la primera parte. Tengo muy buenas sinergias con él y estoy seguro de que hará un magnífico trabajo. En esta ocasión el argumento girará entorno a equipos de rescate y emergencias, lo que abre muchas posibilidades para incluir nuevos y divertidos personajes.