El caso de George Floyd ha vuelto a poner sobre la mesa la situación de abusos de poder por parte de un sector de las fuerzas del orden en el llamado país de la libertad. Esto hace que la llegada a España de la nueva película del director S. Craig Zahler (Bone Tomahawk, Brawl in Cell Block 99) choque frontalmente con el clima de violencia que hemos podido seguir a través de los medios. Dragged Across Concrete es ante todo una cinta de género, en este caso una buddy movie. La presencia de Mel Gibson no es baladí.

Las dinámicas de personajes de Arma Letal no están muy alejadas de lo que encontramos en la película. La cinta se desarrolla en dos bloques importantes. La primera mitad se centra en el desarrollo de personajes, de su entorno familiar y social, de sus antecedentes y se preocupa de que el espectador empatice con ellos. La segunda mitad es una descarga brutal de violencia y los que han visto las anteriores películas de Zahler saben que no se anda con chiquitas.

Lo que diferencia Dragged Across Concrete de las buddy movies de los 80 y los 90 que toma como referencia es que aquí no encontramos una película de acción, sino una cinta violenta, seca, contundente, explícita y sin concesiones de ningún tipo. Hay humor, sí, pero resulta más negro, hiriente y rudo de lo que nos tiene acostumbrados Hollywood.

En cualquier caso, para aquellos con estómago para una cinta violenta que supera el standard de Hollywood, Dragged Across Concrete resulta una película muy disfrutable, con buenos personajes, giros inesperados, diálogos bien construidos y una espléndida puesta en escena.