Al mismo tiempo que estrenaban en salas Capitán América. El Soldado de Invierno, los hermanos Joe y Anthony Russo publicaban la novela gráfica Ciudad y que ahora se han encargado de producir y guionizar para Netflix. Tyler Rake cuenta también con Chris Hemsworth en el papel principal, repitiendo por lo tanto con los Russo tras las dos últimas entregas de Los Vengadores (Vengadores: Endgame y Vengadores: Infinity War).

Para la dirección se ha contado con Sam Hargrave, de extensa labor como doble de acción como coordinador de este tipo de escenas. En este sentido, su elección es perfectamente coherente con el producto que nos presenta Netflix, ya que Tyler Rake es un thriller de acción continua y frenética, con escaso espacio cualquier componente narrativo que no sean tiros, explosiones y combate mano a mano.

La labor de Hargrave es eficaz y contundente. Las secuencias de acción están rodadas con nervio, situando al espectador en medio del combate y consiguiendo que sienta en las tripas el fervor de la batalla. El realizador apuesta por una acción física, tangible, de sudor y donde se masca la tierra.

Hay, por supuesto, profusión de efectos digitales, pero estos pretenden en todo momento pasar lo más desapercibidos posible, incrementando la sensación de realismo de la acción.

Más endeble se vuelve la película cuando intenta dar un trasfondo emocional a los personajes. El tema de la paternidad fallida a penas sirve para que el espectador pueda empatizar con los personajes y sienta un mínimo de interés por su bienestar.

Al final, la película engancha y entretiene por su ritmo y el rugir de su acción. Quien busque algo más que una réplica de algún shoot’em’up moderno para consolas, está errando el tiro.