Crítica: ‘TRAIN TO BUSAN’. A todo tren

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Train to Busan
Train to Busan

El cine surcoreano se ha convertido en una auténtica máquina de generar películas de culto en el panorama cinematográfico reciente. El boom generado por una nueva generación de cineastas con Joon-ho Bong (The Host), Chan-wook Park (Oldboy), Jee-woon Kim (Dos Hermanas), como punta de lanza, nos ha abierto las puertas a una cinematografía que aborda el cine de género desde una perspectiva nueva y fresca. Tras The Fake, Sang-ho Yeon se ha atrevido con una apabullante cinta de terror y acción, en la que fusiona diferentes enfoques del cine de zombies/infectados.

Con una premisa muy básica (un grupo de personajes atrapados en un tren lleno de zombies) y con una temáticas también muy sencillas (crítica a una sociedad voraz e individualista, defensa de los valores familiares), Train to Busan ofrece una cinta rebosante de acción, de ritmo imparable y estructurada a modo de videojuego, con un crescendo continuo en el espectro de la acción y una incesante sucesión de giros que mantienen a los personajes inmersos en una vorágine de tensión.

Sang-ho Yeon va encadenando así set piece tras set piece, con una puesta en escena cuidada y un notable trabajo de maquillaje y efectos especiales.

La pega que le podemos poner es un exceso de celo en el apartado emocional, especialmente en el último tramo de la película, y que abre algunas puertas poco habituales en el género (como los animales infectados), pero quedan ahí meramente apuntadas en el frenesí del conjunto.