Género: Acción, ciencia-ficción.
País: Estados Unidos
Año: 2014
Duración: 118 mins.
Fecha de estreno en Estados Unidos: 12 de febrero de 2013
Fecha de estreno en España: 14 de febrero de 2014
Dirección – José Padilha | Guión – Joshua Zetumer; basado en el guion de Edward Neumeier y Michael Miner para la película homónima de 1987 | Producción – Marc Abraham y Eric Newman | Fotografía – Lula Carvalho | Montaje – Daniel Rezende y Peter McNulty | Música – Pedro Bromfman
Reparto – Joel Kinnaman (Alex Murphy / RoboCop), Gary Oldman (Dr. Dennett Norton), Michael Keaton (Raymond Sellars), Abbie Cornish (Clara Murphy), Samuel L. Jackson (Pat Novak), Jackie Earle Haley (Mattox), Michael K. Williams (Jack), Jennifer Ehle (Liz Kline), Jay Baruchel (Pope) Marianne Jean-Baptiste (jefe Karen Dean)
Robocop no es solo un clásico, es un ejemplo de como un sencillo divertimento de género puede convertirse en una obra de arte fundamental para entender, no solo la época en la que surgió si no los años que le sucederán. Robocop es atemporal. El remake está fuera de toda discusión y es por completo innecesario. Aun habiendo escrito estas palabras, no podría estar más gratamente sorprendido por el resultado obtenido por Jose Padilha y su equipo, que con su trabajo, han demostrado que solo hay dos maneras de hacer las cosas y ellos han optado por la correcta.
Partiendo de la premisa del original, esta nueva versión decide adentrarse por completo en el drama humano del personaje principal y explorar los sentimientos de un hombre que despierta de un accidente habiendo perdido su humanidad. Este nuevo ser, creado artificialmente y controlado por un cerebro consciente, debe enfrentarse a su familia, a la sociedad y a si mismo, además de hacer frente a la urgencia del éxito comercial del experimento arrastrando además la lusa de su propio asesinato como caso sin resolver. Es evidente que por el camino se ha quedado la socarronería y toda la ironía del mejor Verhoeven, pero no por ello hemos perdido mala leche. La crítica sociopolítica, la burla hacia los medios y el terror tecnológico siguen siendo presentes y relevantes. Los guiños al original siguen estando ahí por obra y gracia de los señores que ponen el dinero. Siendo los que son y estando donde están, ni molestan ni aportan, lo que no es decir poco.
No hay más que echar un rápido vistazo al grupo de actores que le han dicho si al director. Desde la caricatura de Samuel L. Jackson, a la humanidad de Gary Oldman pasando por el carisma vampírico de Michael Keaton, encontramos en la cinta una variedad necesaria y creíble de personajes secundarios que pueblan este universo futurista. Arropar al sueco Joel Kinnaman, es lo que mejor se podría hacer para desviar la atención de un actor que tiene todavía mucho recorrido por hacer para estar a la altura de un papel de este calado.
Padilha saca pecho en las escenas de acción, donde puede lucir su buen hacer con la cámara. El brasileño se preocupa de no repetirse y de hacer que cada una de estas secuencias sea única en cuanto a estilo y planificación. Sabiendo equilibrar a la perfección el uso de la cámara en mano con un fluido montaje, la audiencia consigue ubicar en cada momento a los personajes dentro de la marabunta de fuegos artificiales. A parte de lo conveniente que es esto para el proyecto, nos hace salivar con todo lo que pueda tener entre manos ahora mismo este certero realizador.
Hacer un remake es un marrón muy bien pagado y caer en la tentación de seguir a pies juntillas el libro del perfecto yes men es fácil y comprensible. Afortunadamente en este caso, se ha hecho una labor encomiable para no defraudar a un público que espera no se le llame tonto a la cara, aunque lo pida a gritos muchas veces, pasando por taquilla a ver un título que ya conoce, pero que le es agradablemente familiar. El miedo al frio y oscuro futuro se mitiga cálidas raciones de remake.