Hay dos formas de afrontar una película como La Guerra del Mañana, con una mirada seria y desafiante al género de la ciencia ficción o como un videojuego pasapantallas de escaso peso argumental. Para los que busquen lo primero, olvídense.
Como punto de partida, la cinta podría dar pie a un entretenimiento de acción y fantasía, pero con un trasfondo reflexivo sobre las líneas temporales y los riesgos que supone transgredirlas. Desgraciadamente, no estamos ante un relato de Richard Matheson o Ray Bradbury.
A nivel de guion, la película hace aguas por todos lados, apuntalándose más en el terreno del cliché y la simpleza más pueril. Si hubo en algún momento intención de darle cierto peso al apartado del viaje temporal, eso quedó desechado por el camino en favor de un trillado discurso acerca de los valores familiares conservadores.
Si nuestras expectativas como espectadores son dejarnos llevar por una concatenación de escenas de acción desbordantes e hiperbólicas y repletas de efectos especiales, sin darle más vueltas al contexto, ni al trasfondo de los personajes, ésta es vuestra película.
Tras su paso por Robot Chicken y Batman. La Lego Película, Chris McKay da el salto al cine de imagen real con esta propuesta winstrolada, donde el cineasta pone toda la carne en el asador en unas apabullantes secuencias de acción, mientras cruza los dedos para que el público no se desenganche por lo absurdo del argumento, sus agujeros de guion o lo estereotipado de los personajes.
Sobre el reparto
Chris Pratt, Yvonne Strahovski y J.K. Simmons cumplen con unos papeles que no están a la altura y desaprovechan las posibilidades de los actores que les interpretan, especialmente un musculado Simmons, cuyo personaje parece haberse quedado en gran parte en la mesa de montaje (¿de verdad para esto hacía falta que el actor invirtiera tanto tiempo de gimnasio y dieta?).
Sobre la mesa encontramos multitud de influencias cinematográficas, como Starship Troopers, Al Filo del Mañana, Aliens. El Regreso o La Cosa, pero olvidando lo decisivo para el éxito de estas películas que era contar con un guion y un discurso bien armado. Por muy ambiciosa que parezca su producción, La Guerra del Mañana se salda como una película de consumo rápido, irrelevante y de escaso calado.
