Línea Mortal fue un thriller sobrenatural estrenado allá por 1990 y dirigido por Joel Schumacher y protagonizado por Kiefer Sutherland, Julia Roberts y Kevin Bacon. La película no pasaba de ser una propuesta comercial del momento, que se supo aprovechar de un reparto carismático, y cuyo mayor logro fue que consiguió conectar dos conceptos muy en boga en aquellos años.

Por un lado, se imbuía de la filosofía New Age y ese halo de metafísica postmoderna; por otro, tocaba el tema del sentimiento de culpa yuppie, aquella nueva élite acomodada fruto del capitalismo feroz de la Era Reagan.

En este sentido, su remake, Enganchados a la Muerte (horrorosa versión española del original Flatliners), también es un producto de nuestra ápoca. La cinta toma como modelo la estética del reciente cine de fantasmas marca Blumhouse Productions y compañía, reduciendo el componente filosófico de la obra original y prefiriendo apostar por una atmósfera sobrenatural.

Interpretativamente hablando, el reparto supera la media establecida por el cine de terror juvenil actual, especialmente gracias a la presencia de Ellen Page, Diego Luna y un robaescenas James Norton, pero queda alejada del carisma del reparto original (bastan los breves minutos de presencia en pantalla de Kiefer Sutherland para dejar patente el agravio comparativo).

Por su parte, el director danés Niels Arden Oplev intenta darle un toque elegante y sofisticado a la puesta en escena, al menos en los dos primeros tercios de película, pero ni reparto, ni dirección logran sacar a la cinta de su nivel de mediocridad. La única ventaja es que el original de Schumacher tampoco era un dechado de calidad, lo que tampoco deja a la nueva versión a una gran distancia del listón inicial.