La trilogía animada de Cómo Entrenar a tu Dragón nos parece una de las historias de amistad más bonitas que nos ha dado el cine del siglo XXI. Esa relación de Hipo y Desdentao, desarrollada a lo largo de tres películas, donde el paso del tiempo y la madurez de los personajes jugaban un papel crucial y que cerraba de manera tan emotiva es uno de los hitos de Dreamworks Animation.
Retomar la novela original de Cressida Cowell para una versión en imagen real, repitiendo el mismo director y guionista, tras la estela dejada por la Disney en sus propias adaptaciones a imagen real, nos parecía muy delicado.
Además, la primera entrega de la cinta data de 2010, por lo que no queda tan atrás en el tiempo. Es cierto que, a nivel generacional, estos tres lustros suponen que aquel público infantil que vio la película en el cine, son ahora adultos y algunos ya hasta padres. La nueva versión reabre la franquicia (y sobre todo, el merchandising) a nuevas generaciones.
Es indiscutible el componente económico detrás de esta producción, especialmente de unas películas que no fueron las más taquilleras del catálogo de Dreamworks, pero a las que el paso el tiempo les ha reservado un lugar de culto.
Aunque la primera cinta animada corrió a cargo de Chris Sanders y Dean DeBlois, fue este último quien mantuvo el bastión las siguientes dos entregas y quien se ha convertido en el principal baluarte de la franquicia, por lo que, hasta cierto punto, era comprensible que fuera el responsable de hacer el trasvase de la historia de animación a imagen real. El riesgo, el no tener el distanciamiento necesario para que la nueva versión tuviera entidad propia. Desde luego, quien se acerque a la película buscando algo distinto de lo que fue la cinta original, se ha equivocado de aproximación.
El regreso en acción real a la gran pantalla de Hipo y Desdentao
Cómo Entrenar a tu Dragón versión 2025 es extremadamente fiel a la cinta original. El desarrollo de la historia y los personajes, la dirección artística, incluso la música de la nueva película replican lo ya visto en 2010. Eso sí, afortunadamente, sin caer en la fotocopia sin alma que hemos encontrado en muchos otros live action recientes.
La intención de Dean DeBlois con este remake no era llevar a los personajes por nuevos caminos. Es cierto que algunos de ellos ganan un cierto desarrollo, como es el caso de Estoico, quien en 2010 tenía la voz de Gerard Butler y en 2025 suma también su físico. La importancia del personaje en las versiones animadas se redimensiona en esta nueva versión, aunque sin modificar lo preexistente. Sin embargo, este no era el objetivo primordial de DeBlois, sino mantener la esencia de la historia, su corazón, su peso emocional. En ese sentido, lo ha conseguido.
Las épicas aventuras de Hipo y Desdentao con un realismo impactante
Cómo Entrenar a tu Dragón (2025) consigue mantenerse fresca y cercana al espectador, incluso al ya conocedor de la cinta original. Los personajes siguen manteniendo su fuerza y los emotivos lazos que se crean entre ellos. DeBlois dirige de nuevo una película emocionante, visualmente espectacular y hermosa. La fotografía del magnífico Bill Pope da a la imagen un carácter casi pictórico, lo que hace que, incluso con actores de carne y hueso, la película siga manteniendo una plasticidad animada. Las posibilidades de los efectos especiales por ordenador no traicionan a la historia. Los diseños de Desdentao y el resto de los dragones se mantienen muy fieles al perfil original, optando más por un trabajo de texturas que por variar lo ya existente.
La música de John Powell fue uno de las principales aciertos de la trilogía animada. Aquí el compositor, recupera todos sus leitmotivs, el mismo tono intimista, pero épico de la banda sonora original, aportando variantes y desarrollo con el cambio de formato (preciosa esa versión coral del tema principal que escuchamos al final de la película). El músico consigue que la partitura siga siendo la espina dorsal emocional de la trama y responsable, al igual que en las cintas de animación, de gran parte del éxito de la película.
Es cierto, Cómo Entrenar a tu Dragón no aporta grandes cambios a lo ya conocido, pero no sólo es un digno nuevo acercamiento a la misma historia, sino que sabe ser honesta, respetuosa y demuestra un gran cariño por el legado del que recoge el testigo.