En 1990, a unos días de quedarse Solo en casa, los espectadores de La escalera de Jacob encontraban al rubio Macaulay Culkin entre los humos y espejos surgidos de las pesadillas de Tim Robbins en la película dirigida por Adrian Lyne. Culkin, sin crédito propio por el cameo en el largometraje escrito por Bruce Joel Rubin (ganador del Oscar ese mismo año por el drama sobrenatural Ghost) se convertiría en una de las mayores estrellas infantiles de la década unas semanas después.
Reinterpretando el concepto de la estructura por la que los ángeles ascienden al cielo y descienden a la Tierra del Antiguo Testamento, el filme del realizador de Nueve semanas y media (1986), Adrian Lyne, cuenta la historia de Jacob Singer, un soldado retornado de la guerra de Vietnam con graves secuelas que van más allá de lo físico e incluso de lo psicológico.
Responsable de otros títulos icónicos y taquilleros de la década de los ochenta, como el drama romántico Flashdance (1983) o el thriller Atracción fatal (1987), el director de cine británico arrancó con fuerza los noventa, con este trabajo que rompió esquemas. Entre las claves de La escalera de Jacob, una enrevesada historia de suspense con elementos de terror, un giro final mítico y unos efectos especiales inéditos y efectistas, que sorprendentemente fueron desarrollados sin postproducción. Un proyecto acariciado por otros directores como Sidney Lumet (Tarde de perros), Michael Apted (Gorky Park) y Ridley Scott (Blade Runner) que pronto tendrá su reflejo en un remake firmado por un osado David M. Rosenthal (El final de todo).
Siempre que se plantean revisiones de títulos de referencia del género y de la historia del cine se pone en entredicho si son necesarias y si el resultado estará a la altura de la original, y en este caso, tras los primeros anuncios y ahora con la presentación de un tráiler, no ha sido menos.
La nueva propuesta, con fecha de estreno en cines estadounidenses prevista para el 23 de agosto próximo, no estará ambientada en la década de 1970 sino que lleva la trama a la actualidad. Jacob está interpretado por Michael Ealy, quien estuvo nominado al Globo de Oro en 2007 por su papel en la miniserie de televisión Sleeper Cell; esta vez un ex combatiente en Afganistán que tras perder a su hermano en la guerra trata de mantener su cordura.
El título promete ser un homenaje al de Lyne, y no faltarán las situaciones alucinatorias y los flashbacks dirigidos a empatizar totalmente con el espectador. Además, el director ha asegurado que el final también tendrá vuelta de tuerca, diferente de la ya conocida para que los espectadores no tengan ninguna pista de la conclusión. Completan el reparto Jesse Williams (La cabaña del bosque), Nicole Beharie (Shame) y Joseph Sikora (Jack Reacher).
En su día la productora Carolco Pictures, fundada por Mario Kassar y Andrew G. Vajna y responsable de grandes éxitos como los tres primeros títulos de la franquicia Rambo, Desafío total, Terminator 2 e Instinto básico, hizo de La escalera de Jacob un producto redondo, en el que también estuvieron implicados Jeffrey L. Kimball como director de fotografía y Maurice Jarre en el apartado musical. El nuevo largometraje llega, con guion de Jeff Buhler y Sarah Thorp, de la mano de LD Entertainment -quienes anunciaron este proyecto en 2013- y la distribuidora Vertical Entertainment.