Las casas encantadas han protagonizado numerosas películas de terror, construyendo un subgénero propio y muy rico en el que las estancias, unas veces malditas y otras habitadas por entidades del más allá, se presentan como un personaje más. Una tendencia que ha seguido los pasos de las obras literarias que han centrado sus relatos en esta enorme mitología, y que en numerosas ocasiones han sido adaptadas a la pantalla, como es el caso de clásicos como La Caída de la Casa Usher (1839), de Edgar Allan Poe, Otra vuelta de tuerca’ (1898), de Henry James, o La maldición de Hill House (1959), de Shirley Jackson.

A este universo se han acercado cineastas como Stanley Kubrick, con El resplandor (1980), adaptación de la famosa novela de Stephen King que amplificaba el concepto al imponente y aislado hotel Overlook; Stuart Rosenberg, con Terror en Amityville (1979); Peter Medak, con Al final de la escalera (1980); Lucio Fulci, con Aquella casa al lado del cementerio (1981); Tobe Hooper, con Poltergeist (1982); Steve Miner, con House, una casa alucinante (1985); Robert Zemeckis, con Lo que la verdad esconde (2000); Alejandro Amenábar, con Los otros (2001); Mike Figgis, con La casa (2003); J. A. Bayona, con El orfanato (2007); James Wan, con Expediente Warren: The Conjuring; o Guillermo del Toro, con La cumbre escarlata (2015), entre muchos otros, pero todos tratando de aportar algo nuevo y giros de guion sorprendentes.

The Deep House

Con este objetivo han escrito los cineastas franceses Alexandre Bustillo y Julien Maury el guion de su quinta película, en postproducción y sin fecha de estreno anunciada, The Deep House. El tándem creativo, cuya filmografía lidera su aplaudido debut en 2007, Al interior, traslada la clásica historia paranormal a una casa que se asienta en lo más profundo de un lago en Francia. Así, la película presenta a una joven pareja norteamericana, Tina y Ben, especializados en documentar sus expediciones submarinas y difundirlas a través de su popular canal de YouTube. Su nueva exploración les llevará a sumergirse para descubrir, de la mano de un extraño lugareño, una colosal mansión que fue escenario de los crímenes más atroces. Su intromisión hará despertar a un espíritu oscuro que habita el enclave.

De este modo, fusiona el cine de casas encantadas con el de horror ambientado en los fondos marinos, que nos lleva a pensar en títulos como Profundidad seis (1989), Leviathan: El demonio del abismo (1989), Abyss (1989), La grieta (1990), Deep Rising: El misterio de las profundidades (1998), Esfera (1998) o Underwater (2020); en una historia que se acerca en cierto modo a lo narrado en Ghost ship (2002), donde un gran y lujoso trasatlántico reaparece y los tripulantes del barco de rescate marítimo descubren los misterios sobrenaturales que aguardan en el interior.

Rodaje en inglés

El rodaje de The Deep House, que se desarrolló en inglés y arrancó el 27 de enero de 2020 en los estudios Lites de Bélgica, tuvo que ser aplazado por la irrupción de la pandemia en marzo y volvió a reanudarse en los meses de junio y julio, cuando se desplegó en exteriores en la región francesa de Occitania, en los lagos de la Raviège y de Saints-Peyres. Protagonizan la película producida por Radar Films Camille Rowe (Cosas de la edad, de Guillaume Canet) y James Jagger, hijo de Mick Jagger y la supermodelo Jerry Hall y popular por la serie de televisión de HBO Vinyl.

El éxito de Al interior (À l’intérieur), un violento thriller de invasión doméstica sobre una mujer embarazada que es acosada por una misteriosa mujer, hizo que su nombre se asociara a un grupo de directores y directoras franceses (entre los que también figuran Pascal Laugier, Alexandre Aja, Xavier Gens o Marina de Van), creadores de un tipo de terror extremo en el que este título encajó a la perfección. Tras su ópera prima, llegaron las no menos inquietantes Lívido (2011) y De entre los vivos (2014). En 2017, dirigieron Leatherface, con guion de Seth M. Sherwood a partir de los personajes creados por Tobe Hooper y Kim Henkel para La matanza de Texas (1974), mientras que el año pasado regresaban a Sitges, donde sus nombres son habituales, con el espeluznante cuento sobrenatural Kandisha.

Con semejante trayectoria, si Alexandre Bustillo y Julien Maury nos proponen abrir las puertas de una casa encantada sumergida en las profundidades de un lago, así lo haremos.