No cabe duda de que las plataformas de vídeo bajo demanda han abierto la puerta a la recuperación de viejos clásicos del fantástico, alejados ya de las obsoletas cadenas de la televisión en abierto. Así, el pasado mes de octubre, la veterana Sabrina: la bruja adolescente’ llegaba a las pantallas de los espectadores de Netflix con un segundo reinicio en una serie basada en los cómics originales mucho más oscura que sus predecesoras: Las escalofriantes aventuras de Sabrina. De otro lado, a finales de 2018 Disney -convertido en un auténtico «titán» del entretenimiento- absorbía a 20th Century Fox y ponía en marcha planes para desarrollar su propia plataforma de VOD con contenido propio. En esta situación no es difícil imaginar a los ejecutivos de la Casa de Mickey en el proceso de rebuscar entre las licencias de la compañía hasta topar con Buffy, cazavampiros (por entonces también adolescente), creada por Joss Wheddon en 1992.
La joven cazadora de monstruos llegó por primera vez a la gran pantalla con el rostro de Kristy Swanson (Flores en el ático) en un largometraje con un reparto plagado de estrellas del momento como Donald Sutherland (Los juegos del hambre), Paul Reubens (conocido por su personaje Pee-wee Herman), Rutger Hauer (Blade Runner), Hilary Swank (Boys don’t cry) o Luke Perry (de moda a principios de la década por protagonizar 90210: Sensación de vivir.
Cinco años más tarde, en marzo de 1997 se estrenaba la serie de televisión del mismo título, que se mantuvo en antena durante siete temporadas que abarcaron la emisión de 144 capítulos. La actriz Sarah Michelle Gellar tomaba el relevo de Swanson en el papel protagonista y se convertiría ya para siempre en un icono de la comedia sobrenatural. Whedon, promotor de otras series de éxito como Firefly y director de blockbusters como Los Vengadores de Marvel, fundamentó el personaje como una animadora de instituto americano destinada a combatir vampiros y otras fuerzas de la oscuridad por el bien de la humanidad. En su lucha contaría con el apoyo de la “Scooby Gang”, formada por su Vigilante (una especie de entrenador y ayudante) y varios amigos leales.
Entre el elenco de la serie de culto también destaca Ángel, interpretado por David Boreanaz, un vampiro con alma humana debido a una maldición gitana, quien tendría su propio spin-off con también más de un centenar de episodios emitidos entre octubre de 1999 y mayo de 2004.
Tras la cancelación de Buffy, en mayo de 2003, la trama continuó en una serie de cómics producidos por Whedon y publicados por Dark Horse. Y en julio del año pasado se conocía que Fox 21 TV Studios trabajaba en el desarrollo del regreso a la televisión de la franquicia con Monica Owusu-Breen como showrunner y coguionista junto a Joss Whedon, a las riendas nuevamente como productor ejecutivo. Owus-Breen cuenta en su trayectoria con proyectos como Perdidos, Alias, Fringe y más recientemente Midnight, Texas, y para tranquilidad de los fanáticos de Buffy ha declarado que la nueva serie no consistirá en un reinicio sino en una continuación. Se habló entonces de huir del estereotipo de mujer caucásica rubia -ya presente también en Sabrina- para explorar otros físicos para la nueva cazadora.
De otro lado, las últimas novedades han llegado días atrás con las declaraciones de Sarah Michelle Gellar, quien ha confirmado que no tiene relación con esta nueva serie. “Creo que es una gran historia, me alegro de que se vuelva a contar y espero que la gente la vea. Pero yo ya he contado mi historia”. Y la actriz y productora, quien también formó parte de la saga de terror Sé lo que hicisteis el último verano, dio gala de su buen humor comentando: “Puedo parecer joven, gracias a todos mis productos de Olay, pero ya no parezco una teenager”. En este sentido, recientemente en el marco de la Super Bowl uno de los millonarios anuncios emitidos en los descansos publicitarios fue el de la famosa marca de cosméticos en el que la diva de la televisión sufre el acoso de un asesino enmascarado con un impermeable amarillo. Imprescindible.