El Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, Sitges, concluye este domingo su 53ª edición, la más “fantástica” de su longeva historia. Inmerso en una pandemia como las que tantas veces ha recreado el cine proyectado en sus pantallas, el festival ha podido llevarse a cabo (por primera vez de modo híbrido, presencial y online) con todas las medidas de seguridad sanitarias y pese a las restricciones que hicieron replantearse el formato incluso con la programación ya en marcha. Pese a todo, Sitges ha vuelto a convertirse en un gran escaparate de cine fantástico y ha demostrado que el género está más vivo que nunca, con una amplia representación de producciones nacionales y el estreno de creaciones tanto de talentos emergentes como de realizadores consolidados. Todos los ingredientes habituales del evento estuvieron a disposición del público y los profesionales que acudieron a la cita y aplaudieron en cada pase el spot previo marca de la casa en señal de apoyo y admiración.
Sitges acogió en su primer fin de semana la première del segundo largometraje de David Victori, el intenso thriller No matarás, que llegaba este viernes a las salas comerciales tras el paso del director y su reparto principal por radios, televisiones y alfombras rojas. Con una deslumbrante trayectoria en el terreno del cortometraje que incluye títulos como Cero (2015), producido por Ridley Scott y Michael Fassbender, David Victori contó en El pacto (2018), su primera película, con Belén Rueda como cabeza de cartel, y en este segundo trabajo con Mario Casas, quien parece sentirse muy cómodo trabajando en el género.
En la rueda de prensa celebrada en Sitges, tanto el creador como el protagonista y su partenaire, la debutante Milena Smit, comentaron qué ha supuesto este trabajo en sus respectivas carreras.
‘No matarás’, «una experiencia sensorial»
En palabras de Victori, el embrión de No matarás se encuentra en tratar de dar respuesta a “qué acontecimiento más pequeño podría desencadenar un viaje a los infiernos” que pudiera incluso justificar el quitar la vida a alguien si lo vivieras en primera persona. Como en su segundo corto La culpa (2010), el director vuelve a trabajar este sentimiento a través del personaje interpretado por Mario Casas, que se presenta como un buen chico al que una serie de acontecimientos encadenados le tuercen el destino. Tenía muy claro que el resultado tenía que ser una “experiencia sensorial”, “con referencias a nivel inconsciente como Gaspar Noé” (Clímax), con el fin de que “el público tenga un papel muy activo acompañando al protagonista”.
En este sentido, el realizador defiende que los actores deben tener absoluta libertad en el rodaje y expuso cómo fue el atípico proceso de producción de la película. Mario Casas explicó que nunca había trabajado como en No matarás: “Me llegué a convertir en Dani; nunca he hecho teatro, pero creo que podría ser lo más parecido”. “Me abrí en canal, ha sido un viaje real que me ha hecho cambiar y me he dado cuenta de que así es como debería ser la interpretación”, añadió. En este sentido, Victori apuntó: “La película nos ha transformado a todos. El acierto ha sido estar abiertos al proceso”, y señaló que otro de los directores que han trabajado de este modo y que le han inspirado es el mexicano Alfonso Cuarón, autor de la película Roma, con la que obtuvo tres premios Óscar en 2019. Así, trabajó por primera vez con un coach en rodaje, Gerard Oms, quien se encargaba de la dirección de actores y supuso también, tanto para él como para el reparto, una forma muy nueva de trabajar.
La elección de la actriz murciana Milena Smit para el papel de Mila, una chica inquietante e inestable que sirve de detonante para llevar al personaje de Mario Casas a una espiral de sexo, drogas y violencia, fue también determinante. Asegura el director que la descubrieron en Instagram, donde la actriz, que hasta ahora había trabajado como modelo y ocasionalmente en videoclips, mostraba un look único y personal muy cercano al de Mila. Entonces se llevó a cabo con Milena un casting fuera de lo común, en el que compartió cuatro horas con el actor Fernando Valdivieso, secundario en la película, tiempo en el que se realizaron ejercicios de meditación, tantra e improvisación.
Producida por Filmax, numerosas anécdotas han quedado de este rodaje desarrollado en el segundo trimestre de 2019 en varias localizaciones de Barcelona. Una filmación en la que las tomas eran muy extensas, para que los intérpretes se metieran totalmente en sus personajes, o en la que de repente irrumpía un actor en escena, sin tenerlo previsto en el plan de rodaje salvo algunos miembros del equipo.
El resultado ha sido un thriller para adultos, con ecos de la serie The night of y la intensidad de la película Corre Lola, corre, que ha logrado el aplauso en Sitges y en su estreno en pantalla grande.