La noticia del fallecimiento del legendario actor Donald Sutherland llegaba como un jarro de agua fría el pasado jueves, a través de su propio hijo, Kiefer Sutherland, que lo comunicaba en redes sociales recordándolo a través de una fotografía juntos cuando él era solo un niño con las palabras “amó lo que hizo e hizo lo que amaba, y nunca se puede pedir más que eso”.

Más de seis décadas dedicadas a la interpretación, con alrededor de 200 créditos en cine y televisión, han dejado para el recuerdo personajes y actuaciones inolvidables, sin embargo, nunca reconocidas con nominaciones a los Premios de la Academia de Hollywood, que sí le otorgó un Óscar honorífico en el año 2018.

El artista nacido en Canadá en julio de 1945 ha dejado un gran legado con míticas incursiones en el cine fantástico. Popular entre las nuevas generaciones por interpretar al presidente Snow de la saga de Los juegos del hambre (2012-2015), inició sus estudios de arte dramático en la Universidad de Toronto y los continuó en la Academia de Música y Arte Dramático de Londres.

Primeras películas

Entre sus primeros trabajos, destacan sus papeles en películas de terror como las producciones europeas The Castle of the living dead (1964) y la primera de género de la compañía Amicus, la antológica Doctor Terror’s House of Horrors (1965), ambas protagonizadas por Christopher Lee.

Sus primeros éxitos llegaron con Doce del patíbulo (1967) y la comedia M*A*S*H* (1970), dirigida por Robert Altman, que le convirtieron en una estrella. Posteriormente, llegarían otros títulos míticos, en los que realizó dos de sus mejores papeles, el thriller Klute (1971), junto a Jane Fonda, y la poderosa Johnny tomó su fusil (1971), como Jesucristo.

Amenaza en la sombra y La invasión de los ultracuerpos

Pero para los amantes del fantástico, en la década de los 70, participó en dos películas de culto: Amenaza en la sombra, de Nicolas Roeg, una obra maestra del terror psicológico basada en un relato de Daphne du Maurier; y La invasión de los ultracuerpos, remake del clásico de ciencia ficción de 1956. Sus interpretaciones en sendas películas, la primera junto a Julie Christie, y en la otra compartiendo pantalla con Brooke Adams, Leonard Nimoy, Jeff Goldblum y Veronica Cartwright dejaron para la historia escenas inolvidables.

Asesinato por decreto

En esta década prodigiosa también participó en la épica Novecento, de Bernardo Bertolucci, y protagonizó Casanova, de Federico Fellini; y los aficionados pudimos nuevamente disfrutarle en Asesinato por decreto, sobre los crímenes de Jack el Destripador, junto a Christopher Plummer como Sherlock Holmes y James Mason como el Dr. Watson.

El ojo de la aguja

En 1981, fue un despiadado espía alemán en el magnífico thriller de Richard Marquand El ojo de la aguja, basado en la novela La isla de las tormentas de Ken Follett; y también participó en el drama de ciencia ficción Al filo de la muerte, coincidiendo nuevamente con Jeff Goldblum. Además, dos nuevos policíacos llegarían a finales de los ochenta, Los crímenes del rosario y Aprendiz de asesino, del guionista de Amenaza en la sombra, Allan Scott.

Década de los Noventa

Comenzó los 90, formando parte de los repartos estelares de Llamaradas, de Ron Howard, junto a Kurt Russell, William Baldwin, Robert De Niro, Jennifer Jason Leigh, Rebecca de Mornay o Scott Glenn; y de JFK: Caso abierto, de Oliver Stone, con Kevin Costner, Gary Oldman, Jack Lemmon y Walter Matthau.

Fue el primer vigilante de Buffy, la cazavampiros, en la película protagonizada por Kristy Swanson en 1992. Tres años más tarde, logró un premio Primetime Emmy por su papel en Ciudadano X, telefilme basado en la historia real del asesino en serie de la Unión Soviética Andrei Chikatilo.

Otras imprescindibles con las que terminó el siglo, fueron Estallido, Virus, Tiempo de matar y Fallen.

Nuevo siglo

En 2000, fue uno de los «Space Cowboys» de Clint Eastwood. Además, en 2004 dejó un gran papel en el cine de vampiros tomando el relevo a James Mason en el papel de Richard Straker para el remake Salem’s Lot, adaptación de la novela de Stephen King; y fue el capitán Walton en una nueva versión de Frankenstein de Mary Shelley para televisión.

En 2005, protagonizó junto a Sissy Spacek Maleficio (An American Haunting), de Courtney Solomon, basada en hechos reales. Participó en ‘La Llamada’ (2014), junto a Susan Sarandon investigando un caso de asesinatos en serie, y junto a Kiefer Sutherland en el western Forsaken (2015), haciendo de padre e hijo.

Premio Donostia del Festival de San Sebastián en 2019, más recientemente, lo pudimos ver en las películas de ciencia ficción Ad Astra, de James Gray, y Moonfall, de Roland Emmerich; y en otra adaptación de Stephen King, El teléfono del señor Harrigan, interpretando al misterioso dueño del móvil del título.

Efectivo, versátil y carismático, siempre al servicio de cada personaje, las condolencias a la familia y los mensajes sobre su impecable dedicación al Séptimo arte han llenado estos días las redes sociales dejando huérfano a un género que enriqueció y le echará mucho de menos.