En 2015, Until Dawn vino a sumarse a la línea de videojuegos de survival horror, siguiendo la estela de Alone in the Dark, Silent Hill, Resident Evil, Alan Wake o The Last of Us. El juego presentaba una experiencia inmersiva y coral, donde las decisiones de los jugadores afectaban, a modo de alas de mariposas, al desarrollo de la trama. Gran parte del componente aterrador del juego venía dado por la atmósfera engendrada y la creación de espacios tétricos, así como la particular apariencia de los monstruos o wendigos.
La adaptación del videojuego a la gran pantalla supone además el regreso al terror de David F. Sandberg, quien debutó en 2016 con No Apagues la Luz, pero que, tras su paso por la franquicia de Expediente Warren con Annabelle. Creation, llevaba desde 2019 vinculado al género de superhéroes con tono cómico con las dos entregas de Shazam.
¿Podrás sobrevivir?
Lo primero que llama la atención de esta versión cinematográfica es su desvinculación con la trama del videojuego. Ya sea por evitar comparaciones o por ofrecer algo novedoso a los espectadores, la película prescinde del guion de la versión interactiva, para generar una historia nueva con nuevos personajes. Si en el juego, los participantes, al morir tenían la opción de regresar al último punto de guardado, aquí los personajes se ven inmersos en un bucle temporal que les obliga a revivir la experiencia cada vez que mueren. La única forma de salir de ese mortal círculo vicioso es agotar el tiempo de un reloj de arena que marca la llegada del amanecer (de ahí la justificación del título). Este giro al estilo Atrapado en el Tiempo resulta al mismo tiempo novedoso para los seguidores de Until Dawn y también un guiño a la experiencia de cualquier jugador.
Sandberg se toma su labor tras la cámara en serio, pero sin perder un toque gamberro. En serio en cuanto a lo cuidado de la atmósfera y la dirección artística. La narrativa no sólo bebe del propio videojuego (con varios easter eggs repartidos por el metraje), sino del género de terror en general. Se aprecia que el director conoce el terreno por el que se mueve y mantiene una complicidad con el espectador al respecto. La película cuenta con un nivel de gore levemente superior al habitual en este tipo de producciones y, en determinados momentos, el propio cineasta juega con ello para crear una comicidad macabra. Las criaturas que pueblan la película forman parte también de los elementos a destacar.
Desgraciadamente, lo mismo que hay elementos interesantes en la película, ésta falla en lo principal. Más allá del giro de ingenio para llevar el videojuego a la gran pantalla, el resto del guion resulta pueril y formulario. El conjunto de personajes no se aleja del cliché y el trabajo interpretativo no ayuda a mejorar la apreciación del espectador por los personajes. Esto provoca uno de los mayores pecados del cine de terror, la falta de empatía hacia los protagonistas y la indiferencia del espectador por lo que les pueda pasar. Sólo la presencia del siempre inquietante Peter Stormare, quien retoma su papel del Dr. Hill del videojuego (uno de los easter eggs de la película), aporta algo a los personajes. Sin embargo, su presencia es muy limitada y no compensa lo anodino del resto del reparto.
Until Dawn es una película de terror que se apoya en una buena factura, pero que languidece en cuanto a guion y personajes. Si el videojuego innovó en su momento en lo referente a la estructura habitual de los survival horror, la película acaba cayendo en la reiteración habitual de este tipo de producciones. Sólo recomendable si quieren ver una película de terror al uso, con atmósferas enrarecidas, pero pocas sorpresas.