Contaba el genial guionista Alan Moore allá por 1988 con su obra maestra Batman. La Broma Asesina cómo el Joker intenta demostrar que cualquiera es proclive a caer en una espiral de desesperación y locura si se cruza en sus vidas una situación especialmente desestabilizadora y destructiva. Y es que, en gran parte, en eso se basa el terror, en romper de manera agresiva y apabullante nuestra rutina cotidiana, donde nos sentimos confortables y protegidos, ya sea con la aparición de algún ser sobrenatural, un crimen atroz o, incluso, una pandemia. En su nuevo largometraje, No matarás, el cineasta David Victori nos envuelve en un precipicio aterrador que somete a una persona de lo más normal e incluso moralmente ejemplar y le conduce por un camino de locura y absurdo.

Tras unos primeros 20 minutos donde se nos subraya la virtud del personaje interpretado por Mario Casas, generoso, equilibrado y totalmente desprendido hacia los demás, entra en acción el personaje de Mila (espectacular Milena Smit) un ser disruptor, desafiante, cargado de un erotismo agresivo y lo que parecía un polvo loco de una noche se convierte en una espiral de violencia ininterrumpida.

Como espectadores debemos prepararnos para activar nuestra suspensión de incredulidad, ya que el propósito de Victori no que nos creamos la historia, sino que nos dejemos llevar por un tobogán de emociones que nos tendrá en vilo y con el corazón en la garganta durante una hora, sin apenas respiro, y donde el componente bola de nieve nos acabe arrastrando también junto al protagonista.

Es cierto que el cineasta fuerza la máquina especialmente en el desenlace, pero hasta entonces, ¡menudo viaje!